Toni Cantó
no es un loco. Representa a la versión moderna vestida de Armani de la derecha
extrema europea del siglo XXI. El programa electoral de UPyD es un libro blanco
neofalangista contra la igualdad de género. El programa con el que Rosa Díez
concurrió a las elecciones generales aboga por la eliminación de los Juzgados
de Violencia de Género y la modificación de la actual ley contra la violencia
machista.
En UPyD
consideran que la “ideología de género” va en contra de la igualdad y
desprotege a los hombres. Sin complejos y sin vergüenza. UPyD representa a la
España que da patente de corso a leyendas urbanas falsas como que los chinos no
pagan impuestos o que la mayoría de las denuncias por violencia de género son
falsas. Su escuela es la calle y su terreno de juego el analfabetismo.
No es la
primera vez que Toni Cantó, el infame portavoz de UPyD en la Comisión de
Igualdad del Congreso de los Diputados, afirma que a quien hay que proteger es
a los hombres “que están discriminados por las feminazis”. Y como lo dice él,
un hombre afeminado que ha tenido escarceos con hombres, nadie se alerta del
peligro. Cantó es también muy aficionado a pedir la custodia compartida
obligatoria, a pesar de que su expareja tuvo que denunciarlo ante la Justicia
para que éste aceptara la paternidad de su hija. La desvergüenza convertida en
escaño.
Es la
estrategia de la nueva ultraderecha europea: partidos formados por mujeres
machistas, homosexuales homófobos y árabes que odian a los musulmanes. Nada
como que la oposición la haga uno de los tuyos para legitimar la
discriminación. Nadie diría que Rosa Díez está en contra del euskera y de las
comunidades autónomas, fue ella quien gestionó el traspaso de competencias de
Educación al País Vasco y quien gobernó durante siete años junto al PNV.
Tampoco
nadie dudaría de que otro miembro ilustre de UPyD abiertamente homosexual,
Álvaro Pombo, diga que le produce risa cuando un hombre se refiere a su marido.
O aseverar que “con Franco, España vivía mejor”. Nadie puede pensar que un
homosexual sea homófobo, pero existen. Su enfermedad se llama autohomofobia.
Pim Fortuyn,
el fundador de la ultraderecha holandesa, abiertamente homosexual, fundó la
estética de la extrema derecha del siglo XXI que ahora siguen todas las
formaciones del ramo nacidas al albor de la crisis económica. El peligro de la
extrema derecha está en su estrategia de invisibilización. Han cambiado el
decorado, los atuendos y los discursos, pero se sigue nutriendo de la
desesperanza convertida en odio contra todo lo que no sea su visión
uniformadora.
Todos los
partidos modernos de derecha extrema tienen secciones gays en sus filas.UPyD no
es la excepción. Su militancia está nutrida de homosexuales que le dan esa
imagen de modernidad en el Orgullo LGTB y que legitiman las cantadas de Toni
Cantó o las bravuconadas de Rosa Díez. Marine Le Pen también es una diva gay
francesa.
Tras la
reunión de Toni Cantó con la Federación de Afectados por las Leyes de Género,
un contubernio que ampara la violencia contra las mujeres y que ejerce de lobby
para criminalizar a las mujeres maltratadas que denuncian, el diputado ha
salido reforzado en sus tesis machistas. Y para demostrar que odiar a las
mujeres está amparado con datos estadísticos, ha escupido proclamas machistas y
criminales en Twitter para legitimar su machismo enfermizo.
Tras la
tormenta de críticas, se ha arrepentido porque UPyD no se puede permitir el
lujo de asomar tan abiertamente su patita de derecha extrema. Ellos son de todo
lo que haga falta pero siempre y cuando no signifique perder votos. Cantó ha
pedido perdón pero no ha dimitido tras decirle a las mujeres maltratadas que si
denuncian, pasarán a ser sospechosas y militantes de las organizaciones
feminazis. Para evitar que los Cantó vuelvan a cantar, hay que leer los
programas electorales antes de ir a votar. A votar se va leído. Nos jugamos la
democracia, la convivencia y los derechos humanos.
Raúl Solís
(RaulSolisEU)
No hay comentarios:
Publicar un comentario