12 DE OCTUBRE – DÍA DEL APOCALISIS
12 de octubre, quinientos veinte años de
resistencia:
¡Poco porque celebrar y mucho porque
luchar!
Artículos de
Opinión | Rafael Riofrío Tacuri | 13-10-2012 |
Para la
memoria de los humanos, es la memoria pública la que se convierte en la única
garante de nuestros recuerdos, pues cumplir un año más, dos, cinco diez o cien
años más, está bien, pero en la escala histórica hace falta la existencia de
los relatos así mismo históricos, pues sólo ellos, sobrepasan el límite de la
existencia humana y duran más que sus miembros para recordarnos los
acontecimientos de las sociedades, de sus culturas y creencias.
Seguramente
los españoles tienen motivo suficiente para conmemorar el viaje de Cristóbal
Colón en el que accidentalmente descubrió para el mundo occidental un nuevo
continente, muchas son las interpretaciones de este hecho en la marcha
posterior de nuestros pueblos, pues aún nos queda el reto del mayor
descubrimiento de América, aquél donde “los latinoamericanos nos descubramos a
nosotros mismos”.
Aquel 12 de
octubre de 1492, fue la coyuntura que aprovechó el reino Español para allanar
el camino de la invasión y explotación, dejando sus huellas de exterminio
brutal de millones de aborígenes y de redes culturales y de saqueo de nuestra
riqueza por todos los rincones que iba incorporando a su “mundo colonizado”.
Hay quienes
califican este hecho como un “diálogo entre dos mundos”, tal vez un diálogo
impuesto por las armas y la biblia de los europeos sobre nuestros pueblos. La
verdad es que son más de quinientos años de resistencia de nuestros pueblos y
nacionalidades contra las distintas formas de opresión y sometimiento impuestas
por las prácticas colonialistas y neocolonialistas. Claro que no hay proceso
colonizador sin resistencia. Resistencia que de una u otra manera a resguardado
alguna de las formas de organización y valores ancestrales de nuestros pueblos,
como una reafirmación de la lucha por la soberanía y liberación nacional
reflejada actualmente en la lucha de los trabajadores, campesinos, empleados
públicos, educadores, amas de casa y pueblo en general en su enfrentamiento con
el mismo enemigo: el capitalismo que solamente cambió de nombre o mejor dicho,
de amo.
No obstante,
en estos quinientos veinte años de recordación de este acontecimiento
histórico, debe convocarnos no sólo a la reflexión teórica sino de manera
particular, a la profundización de los esfuerzos por el fortalecimiento de la
unidad latinoamericana para aprovechar el entretejido de ensayos
socioculturales y políticos junto a nuestra riqueza natural y diversidad
cultural sirva para construir una patria justa y solidaria, donde el pueblo
tenga una vida digna, para lo cual, obviamente hay que cambiar la teoría de la
dependencia por los procesos de liberación a través de la participación, la
investigación social y la creación de un sistema educativo nuevo, emancipador.
Durante
estos quinientos veinte años de resistencia al sometimiento imperial, los
pueblos junto a los hombres y mujeres progresistas nos hemos convencido que la
dolorosa realidad colonial e imperialista debe quedar atrás, que aquellas
tortuosas formas de explotación y dominación no pueden continuar, porque “los
latinoamericanos ya empezamos a descubrirnos a nosotros mismos”, porque hemos
desarrollado los nuevos contenidos democráticos y antiimperialistas, porque
sabemos que “otro mundo es posible” si asumimos como pilar fundamental para
este avance, a la educación liberadora y al rescate cultural de nuestros
pueblos.

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