A VUELTAS CON EL IDIOMA
Artículos de
Opinión | José Enrique Centén Martín | 13-10-2012 |
El español,
idioma materno de 350 millones de personas en el mundo. Además de España, es el
idioma oficial de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia Costa Rica, Cuba,
República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guinea Ecuatorial, Guatemala,
Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.
Segundo idioma en Brasil. Se habla ampliamente en otras naciones incluyendo
Canadá, Marruecos, Filipinas y los Estados Unidos. Con creciente auge en China
y Japón En España, a muchos les molesta decir que habla español, por supuesta
connotación derechista, pero mucho más ridículo es decir que es el castellano,
para establecer una separación ideológica, yo también lo hice, craso error que
intentaré explicar.
Desde que la
península más occidental de Europa se llamaba, Span o Spania, por fenicios y
cartagineses (significaba país escondido y remoto) extremo de la cultura
mediterránea de entonces. También llamada Shphanimo por los fenicios, (cuyo
significado era tierra de conejos, por su abundancia). O Iberia por los
griegos. Hispania por los romanos.
En algún
momento a finales del siglo VI a.n.e., los primeros habitantes de la región,
los ibéricos, comenzaron a mezclarse con los celtas, pueblos nómadas de Europa
central. Los dos grupos formaron un pueblo denominado Celtibéricos, hablantes
de una forma de celta. Ya entonces hubo aportación de palabras de las
diferentes tribus, el celtíbero (camino o cerveza), el ligur (sufijos como
“asco” para nombres propios como “viascon”, y ”usco” para “orusco” ), el
lusitano ( abolengo y realengo), el ibero ( arroyo, bacalao y boina) y el
tartesio (garabato). Bajo el gobierno del imperio romano, en el año 19, la
región se hizo conocida como Hispania, y sus habitantes aprendieron el primer
idioma como tal, el latín, de comerciantes, colonizadores, administradores y
soldados romanos. Cuando el latín clásico de las clases educadas de Roma se
mezcló con las lenguas pre-romanas de los ibéricos, celtas y cartagineses,
apareció una lengua llamada latín vulgar. Siguió los modelos básicos del latín
pero tomó y añadió palabras de otras lenguas. Es el origen de los dialectos y
de la evolución lingüística del latín vulgar. Los dialectos surgieron en la
península ibérica (Hispania) durante la edad media. El castellano es una de las
lenguas romance en la subfamilia itálica de la familia de idiomas indoeuropeos.
Penetraron por el norte los Vándalos en el 409, procedente de centroeuropa
asentándose en lo que es ahora el País Vasco, y ante el empuje Visigodo pasaron
a África en el 430, los Visigodos lo hicieron por el acoso de las tribus
germánicas de Europa oriental y de lo Hunnos. Al asentarse los Visigodos en la
Hispania romana en el siglo V, el latín continuó siendo el idioma oficial del
gobierno y la cultura, hasta aproximadamente el año 719. Las aportaciones
germánicas al idioma fueron: guerra, tregua, yelmo, estribo, espuela, brida,
guarnir, robar, marca “terreno fronterizo” (por ej. la Marca Hispánica), rapar,
guardar, guisa, triscar, ropa, rico, arpa, bando, barón, blanco, blandir,
dardo, esgrimir, esmalte, esquila cencerro, falda, fieltro, flecha (que
sustituyó al autóctono, derivado de SAGITTA, saeta), gerifalte, guante,
orgullo, agasajar, arenga, espía, espiar, broza, estaca, guadaña, hato, moho,
rapar, rueca, sacar... Cuando grupos islámicos del norte de África, llamados
por los reinos godos en su ayuda en el año 711, penetraron y finalmente
completaron su conquista de toda Hispania. Introdujeron el árabe y un dialecto
afín llamado Mozárabe, ambos se hablaron ampliamente en la España islámica,
excepto en unos cuantos reinos cristianos lejanos que se encontraban en el
norte, como Asturias, en donde el latín vulgar sobrevivió. En las invasiones
árabes también vinieron los bereberes, tribus que en su idioma contienen más de
3.000 fonemas parecidos al euskera, posiblemente por la influencia de los
Vándalos, empujados por los Visigodos hacia el norte de África hasta Túnez a
partir del año 430, ocupando la costa norteafricana. Durante la ocupación
árabe, el intercambio cultural fue muy fructífero y enriquecedor en todos los
sentidos. Fue una época de convivencia entre judíos, musulmanes y cristianos,
lo que dio esplendor a la cultura peninsular. La lengua incorporó una gran
cantidad de arabismos que seguimos usando hasta la actualidad. Unos cuantos
ejemplos son: azul, alfombra, atalaya, aceite, aceituna, acequia, albañil,
alcalde, alcantarilla, alcoba, alcohol, alfalfa, algodón, alhelí, almohada,
alquimia, azahar, azogue, azotea, azúcar, taza, azucena, azufre, azulejo,
cifra, edil, hazaña, álgebra, jarabe, jinete, laúd, jarra, limón, naranja,
sandía, tabique, tambor, zanahoria, albahaca, berenjena y muchas más El catalán
y el castellano son lenguas hermanas: las dos han salido de la misma madre, el
latín, y se han criado en la misma casa, la Península Ibérica. Han crecido
juntas, y como buenas hermanas que son, se han prestado muchas cosas a lo largo
de los años. Por eso en español encontramos hoy un número nada desdeñable de
léxicos de minorías lingüísticas.
La
aportación léxica del catalán:
Desde el
nombre de nuestra moneda hasta la llegada del euro la PESETA. La primera pieza
que se acuñó con la inscripción pesetas fue una pieza acuñada en Barcelona de 2
1/2 pesetas, en 1808, durante la dominación napoleónica. La palabra peseta
procede de la catalana peceta "piececita", diminutivo de peça
"pieza’", nombre con que se conocía desde el siglo XV a algunas
monedas de plata y que más tarde designó al real de a dos. Aportó al
castellano: paella, alioli, dátil, turrón, ensaimada, perol, butifarra, paella,
seo, nao, anguila, anís, armatoste, bandolero, barraca, cartel, clavel, cortapisa,
cuartel, entremés, faena, forastero, grúa, ferretería, vinagre, peseta, cordel,
cantimplora, capicúa, faena, granel, papel, retal, esquirol, bajel, guante,
pólvora, pincel, sastre, orate, charnego, forastero, barraca, retrete,
picaporte clavel, trébol, añoranza, salvaje, y otras muchas sin sospechar que
en su día fueron préstamos.
La
aportación léxica del euskera:
Ciertos
rasgos del vasco están en los cimientos del castellano, este contiene cinco
vocales, y son precisamente las mismas con las que cuenta el euskera. La
pérdida de la F inicial latina, producida en los dos idiomas, en las mismas
épocas. La indistinción entre B y V, así como la aparición de A ante un
complemento directo. Por supuesto, el español incorporó también vocablos del
vasco, tales como izquierda, pizarra, ascua, boina, aquelarre, angula, chabola,
aquelarre, chabola, mús, chistera, chabola, chirimbolo, chirimiri, chatarra,
por su parecido fonético, por ejemplo: Bizarro: bizar, barba, cencerro:
zinzerri, chaparro: txapar, charro: txar, malo, chistera: txistera, gabarra:
kabarra, gamarra: gamar, ganzúa: ganzu, ódago: hor dago (ahí está), socarrar:
sugartu, zamarra: zamar, zurrón: zorro, izquierda: ezquerra, sin olvidar que
los bereberes también introdujeron algo del vasco, ya que existen alrededor
3000 fonemas iguales.
La
aportación léxica del gallego:
Ledo,
alguien, morriña, macho, sarao, chubasco, chopo, achantarse, vigía, arisco,
payo y, cómo no, Galicia.
La
aportación léxica de América:
Traído por
los conquistadores, pertenecientes a lenguas vernáculas (taino, náhuatl,
quechua): maíz, maní, papaya, tabaco, tomate, chocolate, mandioca, coco,
cóndor, pimiento, tiburón, mapache, guanaco, puma, tucán, chinchilla, canoa,
piragua, carpa, cayo, huracán, cigarro, ají, chile, porotos, verdes, ejotes,
choclo, elote, palta , aguacate, cacahuete…
Todos ellos
se han influenciado entre sí, y aquel primitivo castellano lo han convertido en
el español actual. Los mestizajes de los pueblos desde la antigüedad ha sido
parte de la variedad lingüística, algunos intentan amoldar vocablos al suyo
como si fuesen propios. Ninguna de las lenguas del pueblo español es pura,
todas están influenciadas por todas, y cuando llaman algunos de ellos al idioma
de la nación, español de forma peyorativa, insulta al suyo propio, su lengua
está íntimamente ligada a él. Desde Span, Spania, Iberia, Hispania, Al-Ándalus,
Sefarad, el crisol de lenguas aportadas por todos los pueblos fuesen invasores
o peninsulares, como fueron los iberos, tartesos, occitanos, celtas, ligures, lusitanos,
romanos, germanos, árabes, castellanos, gallegos, euskaldunes, catalanes,
valencianos, el artículo balear, el bable astur…, o los importados como el
taino, náhuatl, quechua, todos ellos han conformado el idioma español.
Actualmente incluso la influencia del anglicanismo también se está
contemplando, en nuestro diccionario.
Por ese
motivo no me avergüenzo al decir que hablo, español.
Todos los
países tienen una lengua oficial, muchos de ellos con minorías lingüísticas, a
veces ignoradas, aun siendo importante para los distintos pueblos el conservar
su lengua y no perder sus raíces. No es nuestro caso, como tampoco debe ser el
imponer la lengua propia como lengua para su comunidad, en detrimento de la
oficial del Estado. La cooficialidad significa segunda lengua, tras la del
Estado. Pero determinados dirigentes, de una comunidad en concreto de España,
se expresan siempre ante los medios nacionales en su lengua vernácula,
exasperando por la falta de respeto al resto del Estado y de las comunidades autónomas,
esa actitud los convierte en lo mismo a aquellos a quienes critican por
condenar toda diversidad lingüística.

No hay comentarios:
Publicar un comentario