El antiguo dirigente de la izquierda abertzale, responde
a Público sobre la trayectoria del proceso de paz en Euskadi, la nueva
situación política y cómo influye el proceso soberanista catalán en los
intereses nacionalistas vascos
Karmelo Landa Mendibe (Ea,Bizcaia,
1952) es un político con larga trayectoria dentro de la izquierda abertzale.
Comenzó como eurodiputado por Herri Batasuna a principios de los 90. Años
después ocupó un escaño con la misma formación en el Parlamento Vasco y se le
recuerda, sobre todo, comomiembro de la Mesa Nacional de HB, siendo el portavoz
de la formación dentro y fuera de las cámaras.
Landa pasó por la cárcel en 1998, al igual que
todos los miembros de la Mesa Nacional de HB, acusado de un delito de
pertenencia a banda armada y, actualmente, está procesado por el mismo
delito en el conocido como el caso de las herriko tabernas. Este
fin de semana ha impartido un taller en la IV Universidad de Verano de
Izquierda Anticapitalista.
¿Cómo resumiría la actual situación
política en Euskadi?
La definiría como una situación nueva
en relación a un periodo histórico anterior. Euskal Herria ha sido escenario de
confrontación violenta que ha generado víctimas, mucho dolor y, felizmente,
creo que estamos abriendo las puertas a que todo eso pueda terminar y se inicie
un nuevo periodo histórico en el que va a haber debate y confrontación
democrática, pero no debe ya haber más violencia. Hemos dado pasos de gigante en
ese sentido, pasos unilaterales pero que no tienen marcha atrás y son
definitivos. Espero que todos los agentes políticos, sociales e institucionales
sepan estar a la altura de las circunstancias. Nosotros, desde luego, lo vamos
a estar.
¿Cómo está encarando la izquierda abertzale este proceso de
normalización desde que ETA decidió abandonar la lucha armada?
La iniciativa para abrir esta situación
nueva es anterior al anuncio de ETA de abandonar definitivamente las armas.
Empieza con una reflexión profunda de cambio de ciclo dentro de la izquierda
abertzale llamada Zutik Euskal Herria y que supone poner los cimientos de una
convivencia política y social completamente nueva: reclamar que todo tipo de
conflictos se puedan resolver de forma pacífica y democrática.
“Abrimos las puertas a un nuevo periodo
histórico de debate y confrontación democrática, pero sin violencia”La decisión
de ETA fue una medida posterior derivada inevitablemente de la iniciativa
anterior. Entre medias hubo una declaración muy importante con agentes
internacionales de primer orden, la declaración de Aiete, en la que se pidió
expresamente a ETA -por un lado-, y a los Gobiernos español y francés -por
otro-, que se emprendieran una serie de iniciativas. ETA respondió de forma muy
positiva a pocos días de esta declaración. Lo que sí es verdad es que la otra
parte, los Estados español y francés, no han respondido de la misma manera y
creo que éste es un elemento de sombra preocupante en el contexto actual. Un
elemento que no va a cortar el camino irreversible hacia un marco de democracia
en Euskal Herria, pero sí que plantea importantes obstáculos y trabas.
¿Cómo valora el papel del Gobierno en
el actual proceso?
“El Gobierno del PP tiene una actitud
negativa, de retroceso, sólo pone trabas”
Es una actitud negativa e, incluso, de
retroceso. La verdad es que tenemos que analizarla en la situación misma del
propio Gobierno. El PP, la construcción política de la derecha posfranquista en
el Estado español está en una crisis profundísima y, como consecuencia, su
Gobierno también.
Su actitud es la de poner trabas, algo
incomprensible, porque si anteriormente podía tener el argumento de que había
que luchar contra el terrorismo, hoy esto ha desaparecido. Se hace
incomprensible que ante esta oportunidad histórica de que haya un proceso de
paz en el País Vasco mantenga actitudes como las que está manteniendo.
¿Qué pasos debería dar el Gobierno para
que llegue una normalización política y social es Euskadi?
No somos nosotros los que estamos
pidiendo los pasos. El proceso de paz y normalización democrática en Euskal
Herria no está diseñado sólo por la izquierda abertzale. Es un proceso de
diseño multipolar incluso con agentes internacionales. Por lo tanto, se le pide
que se implique es este proceso. Que hable con ETA, que lleguen a acuerdos
sobre el desarme y la disolución de ETA, que haya un acuerdo sobre los presos y
los exiliados, algo que incluso el propio ministro del Interior llegó a apuntar
hace unos meses y que ahora está olvidando. Se pide también un acuerdo sobre
las víctimas. Esto es una comisión de la verdad, para poder conocer sin
exclusión todas las víctimas que ha generado el conflicto y se pueda
resarcir a todas ellas.
“ETA y el Gobierno tienen llegar a
acuerdos sobre el desarme, los presos, los exiliados y las víctimas”
¿Cómo afectan, en esta coyuntura, los
actuales procesos abiertos como el de las herriko tabernas y Segi?
Son muestras claras de este
estancamiento por parte del Estado español pero, a iniciativa del Gobierno,
porque el fiscal es el Gobierno. Una parte del sistema judicial español
directamente influenciado por el Gobierno y está retomando estas iniciativas en
un tiempo que ya no es momento para este tipo de actuaciones. El proceso de la
herriko tabernas es muy antiguo, se comenzó a instruir en 2002 y estaba en un
cajón. Eminentes figuras judiciales han reiterado la imposibilidad de llevar
este proceso a una vista y, sin embargo, ahora, en 2013, de una forma
incomprensible desde el punto de vista judicial, se saca y se abre una vista
oral.
Se va a poder comprobar que es un
proceso inviable. Además se ha añadido un proceso a 40 jóvenes
independentistas. .No
estamos en tiempos de procesos políticos y de llevar a la gente a la cárcel por
sus opiniones o actividades políticas totalmente legítimas, sino para generar
resoluciones pacíficas a los conflictos y acabar con las consecuencias del
conflicto. Actúan en sentido contrario a los intereses de la Historia.
¿Qué medidas con respecto a los presos
darían un impulso al proceso de paz?
En este tipo de procesos de final de
conflictos armados con centenares de víctimas, las soluciones siempre apuntan
en el mismo sentido. Lo deseable y aconsejable es que todos los presos que ha
generado terminen, más pronto que tarde, reincorporándose a la vida social y
civil. Muchos de ellos han cumplido sobradamente sus condenas. Queremos que se
termine con la política de venganza, de continuación innecesaria del castigo
después de acabar con la confrontación violenta y que, por lo tanto, los presos
sean reintegrados a la vida social. Al igual tiene que pasar con los exiliados.
“Lo deseable es terminar con la
venganza: que todos los presos se reincorporen a la vida social y civil”
De inmediato se pueden tomas medidas,
que son urgentes y las están demandando en conjunto de la sociedad en Euskal
Herria, que es el acercamiento inmediato de los presos a sus lugares de origen.
¿Cree que si ETA entregase las armas se
produciría un acercamiento de los presos?
ETA ha mostrado ya reiteradamente su
decisión firme de entregar las armas. Lo que es lógico es que se establezcan
las condiciones para que esto se pueda hacer de una forma funcional y correcta.
En todos los procesos de este tipo se hace así y yo creo que aquí se debería
facilitar también. Tengo la presunción de que eso va a suceder, incluso a pesar
de la obstinación del Gobierno español actual de no facilitarlo.
Influye mucho y muy favorablemente.
Apunta a un problema de fondo: la estructura del Estado está en crisis y, ni el
Gobierno ni las fuerzas que rigen el Estado tienen propuestas para establecer
otro marco. Esto hace que naciones como Catalunya y Euskal Herria planteemos de
una forma práctica nuestro derecho a decidir y la posibilidad de organizarnos
como un ente política y administrativamente independiente.
“Lo lógico es que Catalunya y Euskal
Herria se puedan organizar como Estados europeos”
Esto es muy natural teniendo en cuenta
el comportamiento histórico de los sucesivos Gobiernos españoles con Catalunya
y Euskal Herria y también teniendo en cuenta la situación de crisis actual.
Este Estado tampoco hace ofertas a estas dos naciones de una nueva integración.
Ante eso, lo lógico es que éstas y otras naciones reclamen una vía propia, que se
respete su decisión soberana y se puedan organizar políticamente como Estados
propios en Europa.
En el caso de Catalunya, creo que es
una obligación del conjunto de la ciudadanía en todo el Estado. Debe reclamar y
exigir el derecho de Catalunya a decidir, porque es un derecho imposible de
negar. Es un principio democrático que debe respetarse y la decisión que adopte
el pueblo catalán también debe respetarse.
¿Se ve la izquierda abertzale llegando
a pactos de gobierno con el PSE?
Nosotros tenemos el compromiso de
gobernar, queremos hacerlo en la medida de lo posible con alianzas y
coaliciones. Bildu es ya una coalición y queremos ampliar ese arco de
coaliciones lo máximo posible. Naturalmente, una posibilidad es que ese arco
pueda también incluir al PSE. Lo importante ahí es tener claro para qué. Si los
objetivos son los de consolidar este proceso democrático en Euskal Herria y
resolver positivamente todas las consecuencias de este largo y duro conflicto,
creo que es posible llegar a acuerdos.
“Sí es posible llegar a acuerdos con el
PSE, pero hay que tener claro para qué”
Digo más: con posiciones como las que
algunos dirigentes del PSE están manifestando públicamente son factibles los
acuerdos. Hablo por ejemplo de Jesús Eguiren, presidente del PSE. Ojalá esas
posiciones tengan seguimiento en su partido.
También miramos al Partido Socialista
de Navarra, donde ahora mismo hay una situación de crisis profundísima. El
Gobierno de [Yolanda] Barcina es insostenible y se mantiene de forma artificial
para evitar un gobierno de progreso. Ahí hay que apelar a la responsabilidad
del PSOE navarro para que modifique esa posición de apoyar a la derecha más
corrupta y cavernícola que hay en todo el Estado, que es UPN y Barcina.
publico.es
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