LO QUE SE DEBE SABER ACERCA DE LOS 21 BILLONES QUE ESCONDEN EN PARAISOS
FISCALES
Veintiún billones, con b, de dólares. He
aquí lo que las personas más ricas del mundo esconden en paraísos fiscales
internacionales. Aunque, la cantidad real podría sea mayor –podría llegar a los
32 billones– dado que, por supuesto, es casi imposible conocerla con exactitud.
Internacional
| SARAH JAFFE / ALTERNET | 27-08-2012 |
Al mismo
tiempo que los gobiernos recortan el gasto público y despiden a los
trabajadores, en aras de una mayor “austeridad” obligada por la desaceleración
de la economía, los súper ricos –menos de 10 millones de personas– han
escondido lejos del alcance del recaudador de impuestos una cantidad igual a
las economías japonesa y estadounidense juntas . Se afirma en un nuevo informe
de TaxJustice Network 1 (Red para la justicia tributaria) cuyas conclusiones
son impactantes. Los ingresos fiscales perdidos gracias a los refugios fiscales
extraterritoriales – offshore –, señala el informe, “son lo suficientemente
grandes como para marcar una diferencia significativa en todas nuestras medidas
convencionales de la desigualdad. Dado que la mayor parte de la riqueza
financiera desaparecida pertenece a una pequeña élite, el efecto es asombroso.”
James S.
Henry, ex economista jefe en McKinsey& Co., autor del libro The Blood
Bankers (Los banqueros ensangrentados) así como de artículos en publicaciones
como The Nation y The New York Times, buscó su información en el Banco de Pagos
Internacionales, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, las
Naciones Unidas, bancos centrales y analistas del sector privado, y descubrió
los contornos de la gigantesca reserva de dinero que flota en ese lugar
nebuloso conocido como offshore . (Y eso que sólo se ha ocupado del dinero en
efectivo: el informe deja de lado cosas como bienes raíces, yates, obras de
arte y otras formas de riqueza que los súper ricos esconden, libres de
impuestos, en los paraísos fiscales extraterritoriales.) Henry se refiere a
éstos como un “agujero negro” en la economía mundial y señala que, “a pesar de
tener mucho cuidado de quedarse corto, por prudencia, los resultados son
asombrosos.”
Hay una gran
cantidad de información que analizar en este informe, por lo que nos hemos
limitado aquí a seis cosas que debe usted saber sobre el dinero que los más
ricos del mundo esconden al resto de nosotros.
1. Les presentamos
al Top 0,001%
“Según
nuestras estimaciones, al menos un tercio de toda la riqueza financiera
privada, y casi la mitad de toda la riqueza offshore, es ahora propiedad de las
91.000 personas más ricas del mundo: sólo un 0,001% de la población mundial”,
dice el informe. Estos 91.000 que forman el vértice de la pirámide tienen
alrededor de 9,8 billones de dólares del total estimado en este informe, y
menos de diez millones de personas detentan todo el montón de dinero en
efectivo.
¿Quiénes son
esas personas? Sabemos que son los más ricos, pero ¿qué más sabemos de ellos?
El informe menciona a “especuladores inmobiliarios chinos y magnates del
software de Silicon Valley, con edades en torno a la treintena de años”, y
luego están aquellos cuya riqueza proviene del petróleo y el tráfico de drogas.
No menciona, pero podría, a los candidatos presidenciales de Estados Unidos.
Por ejemplo, a Mitt Romney que recibió fuertes críticas por tener dinero
guardado en una cuenta bancaria en Suiza y en inversiones ubicadas en las Islas
Caimán, según el sitio web Politifact 2 .
Los
narcotraficantes tienen necesidad, por supuesto, de ocultar sus ganancias
ilícitas, pero muchos de los otros súper ricos pretenden simplemente evitar el
pago de impuestos, para lo cual construyen complicadas redes de empresas e
inversiones sólo para deducir un poco más de la factura fiscal que pagan en su
país de origen. Todo sirve.
2. ¿Dónde
está el dinero? Difícil saberlo
Offshore ,
según Henry, no es ya un lugar físico, aunque haya bastantes lugares, como
Singapur y Suiza, señala, que todavía se especializan en proporcionar
“residencias físicas seguras y fiscalmente interesantes” a los ricos del mundo.
Pero en
estos tiempos que corren, la riqueza offshore es virtual. Henry lo describe
como algo nominal, hiperportátil, multijurisdiccional, a menudo lugar temporal
de redes de entidades y arreglos legales o cuasi legales. Una empresa puede
estar situada en una jurisdicción, ser propiedad de un fideicomiso ubicado en
otro lugar y estar administrada por fideicomisarios de un tercer lugar. “En
última instancia, por lo tanto, el término offshore se refiere a un conjunto de
capacidades” y no tanto a uno o varios lugares.
También es
importante, señala el informe, distinguir entre los “paraísos intermedios”
–lugares en los que piensa la mayoría de la gente cuando habla de paraísos
fiscales, como las islas Caimán de Mitt Romney, las Bermudas o Suiza– y los
“paraísos de destino”, que incluyen los EE.UU., el Reino Unido e incluso
Alemania. Estos destinos son deseables ya que proporcionan “mercados de valores
relativamente eficientes y regulados, bancos respaldados por grandes
poblaciones de contribuyentes, y compañías de seguros. Además de códigos
jurídicos desarrollados, abogados competentes, poder judicial independiente y
Estado de derecho.”
Así pues,
los mismos que escapan al pago de impuestos barajando su dinero por diferentes
lugares, se aprovechan de los servicios financiados por los contribuyentes para
hacerlo. Y aquí, en EE.UU., algunos estados han comenzado, desde la década de
1990, a ofrecer entidades jurídicas a bajo costo “cuyos niveles de
confidencialidad, protección frente a los acreedores y ventajas fiscales
rivalizan con los de los tradicionales paraísos fiscales secretos del mundo.”
Añada a esto el porcentaje cada vez menor de los impuestos que pagan los ricos
y las empresas estadounidenses y verán que estamos empezando a tener un aspecto
muy atractivo para aquellos que buscan escamotear su dinero.
3. Grandes
bancos rescatados dirigen este negocio
¿Pero, quién
facilita este proceso? Algunos nombres familiares salen rápidamente a la
superficie cuando se escarba en los datos: Goldman Sachs, UBS y CreditSuisse
son los tres primeros, y el Bank of America, Wells Fargo y JP Morgan Chase
están en el Top 10 . Según señala el informe, “Ahora podemos añadir algo más a
su lista de distinciones: son los actores principales de los refugios fiscales
de todo el mundo y herramientas clave del injusto sistema tributario global.”
A finales de
2010, los mayores 50 bancos privados gestionaban alrededor de 12,1 billones de
dólares en “activos transfronterizos” invertidos por sus clientes. Es más del
doble de la cifra de 2005, y representa una tasa media de crecimiento anual
superior al 16 por ciento.
“Desde
bancos a empresas contables y abogados corporativos, algunas de las mayores
empresas del mundo son parte de la trama de evasión fiscal global”, escribe en
The Guardian la investigadora financiera (y ex trader de Goldman Sachs) Lydia
Prieg. “Estas empresas no son personas jurídicas a las que podamos llamar la
atención para que paguen su parte justa; su razón de ser consiste en maximizar
sus ganancias y las de sus clientes.”
“Hasta
finales de la década de 2000”, señala Henry, “la sabiduría convencional entre
los capitalistas evasores era ‘¿Qué hay más seguro que los bancos suizos,
estadounidenses o británicos etiquetados como “demasiado grande para quebrar?”’
Sin los rescates que acompañan a la crisis financiera de 2008 –añade– muchos de
los bancos que están escondiendo dinero en efectivo para los ultra ricos ya no
existirían. “Dar por sentado el apoyo de los gobiernos es precisamente la razón
principal por la que los súper ricos hacen sus negocios con los bancos de mayor
tamaño.”
4. La
desigualdad es peor de lo que creíamos
Con toda
esta riqueza oculta en todo el mundo, imposible de contar y de hacer tributar
–señala Tax Justice Network–, no cabe duda de que estamos subestimando la
desigualdad de ingresos y riqueza realmente existente. Stewart Lansley, autor
de The Cost of Inequality (El costo de la desigualdad), aseguró a Heather
Stewart, de The Guardian: “No hay absolutamente ninguna duda de que las
estadísticas sobre la renta y la riqueza de los de arriba disminuyen la
magnitud del problema”.
Al calcular
el coeficiente Gini, que mide la desigualdad en una sociedad, dijo, “No se
recogen los multimillonarios y billonarios, e incluso cuando se hace, no es
adecuadamente”.
Este es un
asunto tan importante que Tax Justice Network incluyó un segundo informe, al
mismo tiempo que el de Henry, titulado “Inequality: You don’t know the half of
it” 3 (Desigualdad: no conoce usted ni la mitad). El informe detalla todos los
problemas de la forma en que ahora calculamos la desigualdad; a menudo parecen
ser, en esencia, que no tenemos una medida exacta de la verdadera riqueza de
los súper ricos. Los datos sobre ingresos fiscales están disponibles, pero si
en realidad hay billones escondidos por todo el mundo en los paraísos fiscales,
¿cómo calcular los ingresos reales de los más ricos del mundo?
La
desigualdad se ha disparado en todo el mundo, según los cálculos comúnmente
utilizados. Si el 1 por ciento superior de la población de EE.UU. no sólo es
dueño de un 35,6 por ciento de la riqueza, por ejemplo, sino que también tiene
un paquete de dinero mucho mayor escondido en algún lugar, ¿qué significado
tiene esto para nosotros? No olvidemos, señala el informe, que “la desigualdad
es una opción política.” Es decir, nosotros decidimos qué hacer como sociedad
basándonos en el monto de desigualdad que consideramos tolerable o justo. Si
ese monto es mucho mayor de lo que pensamos, ¿de qué modo sesga nuestras
prioridades?” Muchos estadounidenses ya de por sí están mal informados acerca
de nuestro nivel de desigualdad, pero este informe confirma que incluso los
supuestos expertos están subestimando en mucho el problema.
5. Los
países “endeudados” no deben, en realidad, nada
El informe
de Henry destaca un subgrupo de 139 países, de ingresos bajos o medios
ingresos, y destaca que según la mayoría de los cálculos, dichos 139 países
tenían en conjunto una deuda superior a 4 billones de dólares a finales de
2010. Pero si se toma en cuenta todo el dinero que se atesora offshore , los
países en realidad tendrían una deuda negativa de 10 billones de dólares, o como
Henry escribe: “Una vez tomados en consideración estos activos ocultos y los
ingresos que generan, muchos antiguos países “deudores” resultan ser, de hecho,
países ricos. Pero el problema es que su riqueza está depositada offshore , en
manos de sus propias élites y sus banqueros privados.”
Henry señala
además que los países en desarrollo en su conjunto resultan ser acreedores del
mundo desarrollado, en lugar de deudores, y lo han sido durante más de una
década. “Esto significa que se trata realmente un problema de justicia
tributaria, no simplemente de “deuda.”
Pero esas
deudas, como hemos señalado, recaen en los hombros de los trabajadores de esos,
que no pueden disfrutar de las ventajas de los sofisticados paraísos fiscales.
Y esto, por
supuesto, no es sólo un problema del mundo en desarrollo. Hoy día, señala
Henry, el mundo desarrollado tiene su propia crisis de la deuda (véanse los
problemas actuales de la zona euro). El economista francés Thomas Piketty
señala, “la riqueza depositada en paraísos fiscales es probablemente de un
monto suficiente como para convertir a Europa en un acreedor neto muy grande
con respecto al resto del mundo.”
6. ¿Cuánto
estamos perdiendo?
He ahí el
meollo del asunto, ¿no es así? Es imposible saber a ciencia cierta, por supuesto,
debido a que las cifras son sólo estimaciones, pero Henry calcula que si estos
21 billones de dólares no declarados obtuvieran una tasa de rendimiento del 3
por ciento y los ingresos se gravaran a un 30 por ciento, por sí solos
generarían ingresos fiscales de alrededor de 190.000 millones de dólares. Si la
cantidad total de dinero colocada en paraísos fiscales fuera cercana a la
estimación más alta, es decir a 32 billones de dólares, se obtendrían cerca de
280.000 millones, que es aproximadamente el doble del monto que los países de
la OCDE gastan en ayuda al desarrollo. En otras palabras, un montón de dinero.
Y eso teniendo en cuenta que un rendimiento del 3 por ciento es un cálculo muy
prudente.
Estamos
hablando únicamente de impuestos sobre la renta: los impuestos sobre las
plusvalías, impuestos a la herencia y otros aportarían aún más.
Por eso
Henry afirma que, a fin de cuentas, podríamos tomar este asunto como una buena
noticia. “El mundo acaba de localizar un montón enorme de riqueza financiera
que podría utilizarse para contribuir a la solución de los problemas mundiales
más acuciantes”, escribe. “Tenemos la oportunidad de pensar no sólo acerca de
cómo prevenir algunos de los abusos que han conducido a esta situación, sino
también de pensar en la mejor manera de hacer uso de los ingresos actualmente
no tributables que genera.”
1 James S.
Henry, The Price of Offshore Revisited , 2012
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