DOCTOR, EL ENFERMO AGONIZA
Artículos de
Opinión | Rosa María Artal | 14-10-2012 |
El FMI acaba
de presentar un informe demoledor sobre las previsiones económicas mundiales,
augurando “riesgos alarmantemente altos” de frenazo global. La culpa, explica,
la tiene Europa. España es el penúltimo de la fila de 105 países valorados.
Sólo estará peor en 2013 y en adelante Grecia. Hasta Croacia, San Marino o
Sudán van a comportarse mejor. No digamos ya Kirguistán, Ghana, Bostwana o
Senegal que se encuentran en el grupo de cabeza.
Resulta que
el FMI nos había pronosticado el año pasado que en 2013 ya estaríamos
recuperados y creciendo al 1,8%. Ahora dice que no, que vamos a bajar un 1,3%,
que se añade al 1,5% de este 2012. Y que hasta 2017 no cumpliremos el control
del déficit para dejarlo en el 3%. Y que eso va a llevar el paro español a la
estratosfera.
El FMI es un
médico que sabe diagnosticar el estado del enfermo una vez que lo ve amarillo y
con los ojos vidriosos. Pero parece incapaz de reconocer cómo le agravan los
tratamientos que le receta. Y en los que sigue insistiendo con pertinaz
ceguera. A la manera de la medicina medieval, prescribe sangrías a un paciente
aquejado de anemia. En cada visita, lo encuentra más depauperado, pero ladea la
cabeza y pincha y recorta un poco más. En aquella época –como en ésta- el
índice de mortandad era muy elevado.
Lo peor es
que el FMI es solo uno de los portavoces de esta corriente mágica. Aún sale el
Eurogrupo a pedir a España que “continúe con su estrategia de consolidación
fiscal”, es decir, con las sangrías. El organismo que dirige Lagarde culpa a la
UE de la recesión mundial. Es cierto, hasta Alemania –que viene a ser la
multinacional farmacéutica que se beneficia de la epidemia- va de capa caída. Pero
todos ellos se empecinan en el tratamiento: recortes, sangrados (de la
población).
¿No saben lo
que tanta gente vemos? Salvo, bien es cierto, la categoría “encuestados de los
telediarios”, que vienen a ser los homólogos a “votantes de Bush o Romney”… o
del PP. Ay, cuánto dolor nos hubiéramos evitado si nos hubieran hecho caso, si,
siquiera, hubieran abierto los ojos y usado la cabeza para algo más que para
peinarse.
Algunos
parece que no. Así tenemos aquel inefable “tendría” que funcionar… pero no
funciona, de Luis De Guindos, que aún debe estar preguntándose cómo se les
hundió la empresa, Lehman Brothers, si “tendría” que haber ido todo de perlas.
O cómo es ministro de economía, aunque seguro que se lo explica conociendo a
Mariano Rajoy.
Otros sí lo
saben. No tienen más que leer, por ejemplo, entre cientos, a Juan Torres López
cuando explica las consecuencias de este “desfase” entre los presupuestos de
Rajoy y las previsiones reales:
“En primer
lugar, los Presupuestos 2013 están basados en un escenario macroeconómico
completamente irreal. Es materialmente imposible que, con las políticas que se
están aplicando y con las previstas, así como con la evolución presente de
nuestra economía se pueda conseguir que la caída del PIB sea solo del 0,5% en
2013. Como también lo es que el consumo privado disminuya tan escasamente como
se prevé (-1,4%), que la inversión solo descienda un 2,1%, frente a la caída de
quizá más del 10% que va a tener en 2012, que las importaciones disminuyan tan
poco (-1,5%), cuando lo más seguro es que el precio del petróleo suba bastante,
o que las exportaciones crezcan un 6% (frente a un 1,6% estimado para 2012)
cuando sabemos que nuestra producción de automóviles, por ejemplo, está cayendo
un 22%, que las pernoctaciones turísticas disminuyeron un 10% en este verano, o
que la economía europea se va a resentir cada vez más por el efecto de las
políticas de austeridad.
Lo que hace
el Gobierno es recurrir a un viejo truco: se infla la proyección de crecimiento
y así las cifras presupuestadas de ingresos son mayores, pudiendo presentar
entonces mejores registros de saldo presupuestario”.
Es eso. En
la receta funciona, no en la realidad. El enfermo agoniza. Yendo a lo práctico:
el triple de caída de nuestra economía indica que… serán precisos más recortes,
dirán los médicos medievales. El paciente está ya desahuciado. Solo queda
rezar. A lo mejor por eso se han apuntado a la tarea con tal fruición las
piadosas damas del PP.

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