ISLANDIA Y EL RECHAZO DE LA AUSTERIDAD
Artículos de Opinión | Salim Lamrani* | 13-10-2012 |
Ante la
crisis económica, mientras la Unión Europea ha elegido el camino de la
austeridad y ha decidido salvar a los bancos, Islandia, en cambio, ha procedido
a la nacionalización de las instituciones financieras y ha rechazado las
políticas de restricción presupuestaria. Con una tasa de crecimiento de un 2,7%
en 2012, hasta el Fondo Monetario Internacional (FMI) saluda la recuperación
económica del país.
Cuando en
septiembre de 2008, la crisis económica y financiera golpeó a Islandia, pequeño
archipiélago del Norte de Europa con una población de 320.000 habitantes, el
impacto fue desastroso, como en el resto del continente. La especulación
financiera llevó a los tres principales bancos a la quiebra, cuyos activos
representaban una suma diez veces superior al PIB de la nación, con una pérdida
neta de 85.000 millones de dólares. La tasa de desempleo se multiplicó por 9
entre 2008 y 2010, mientras que antes el país gozaba del pleno empleo. La deuda
de Islandia representaba el 900% del PIB y se devaluó la moneda nacional un 80%
con respecto al euro. El país cayó en una profunda recesión, con una
disminución del PIB de un 11% en dos años.1
Frente a la
crisis
En 2009,
cuando el gobierno quiso aplicar las medidas de austeridad que exigía el FMI, a
cambio de una ayuda financiera de 2.100 millones de euros, una fuerte movilización
popular lo obligó a renunciar. En las elecciones anticipadas, la izquierda ganó
la mayoría absoluta en el Parlamento.2
No obstante,
el nuevo poder adoptó la ley Icesave –cuyo nombre procede del banco online que
quebró y cuyos ahorradores eran en mayoría holandeses y británicos–, con el fin
de rembolsar a los clientes extranjeros. Esta legislación obligaba a los
islandeses a rembolsar una deuda de 3.500 millones de euros (un 40% del PIB)
–9.000 euros por habitante– en quince años con una tasa de interés del 5%.
Frente a las nuevas protestas populares, el Presidente se negó a ratificar el
texto parlamentario y lo sometió a referéndum. En marzo de 2010, el 93% de los
islandeses rechazó la ley sobre el reembolso de las pérdidas de Icesave. Cuando
se sometió de nuevo a referéndum en abril de 2011, el 63% de los ciudadanos
volvió a rechazarla.3
Una nueva
Constitución, redactada por una Asamblea Constituyente de 25 ciudadanos
elegidos por sufragio universal entre 522 candidatos, que se compone de 9
capítulos y de 114 artículos, se adoptó en 2011. Ésta prevé un derecho a la
información, con un acceso público a los documentos oficiales (Artículo 15), la
creación de un Comité de Control de la Responsabilidad del Gobierno (Artículo
63), un derecho a la consulta directa (Artículo 65) –un 10% de los electores
puede pedir un referéndum sobre las leyes que vota el Parlamento–, así como el
nombramiento del Primer Ministro por el Parlamento.4
Así, al
contrario que las otras naciones de la Unión Europea en la misma situación, que
aplicaron escrupulosamente las recomendaciones del FMI que exigía medidas de
una austeridad severa como en Grecia, Irlanda, Italia o España, Islandia eligió
una vía alternativa. Cuando en 2008 los tres bancos principales del país,
Glitnir, Landsbankinn y Kaupthing, se derrumbaron, el Estado islandés se negó a
inyectar fondos públicos como lo había hecho el resto de Europa. Al revés,
procedió a su nacionalización.5
Del mismo
modo, los bancos privados tuvieron que cancelar todos los créditos con tasas
variables que superaban el 110% del valor de los bienes inmobiliarios, lo que
evitó una crisis de subprime como en Estados Unidos. Por otra parte, la Corte
Suprema declaró ilegales todos los préstamos ajustados a divisas extranjeras
que se otorgaron a particulares, obligando así a los bancos a renunciar a sus
créditos en beneficio de la población.6
En cuanto a
los responsables del desastre –los banqueros especuladores que provocaron el
desmoronamiento del sistema financiero islandés–, no se beneficiaron de la
mansedumbre que mostró hacia ellos en el resto de Europa, donde fueron
sistemáticamente absueltos. En efecto, Olafur Thor Hauksson, Procurador
Especial que nombró el Parlamento, los ha perseguido y encarcelado. Incluso al
Primer Ministro Geir Haarde, acusado de negligencia no pudo evitar un juicio.7
Una
alternativa a la austeridad
Los
resultados de la política económica y social islandesa han sido espectaculares.
Mientras la Unión Europea se encuentra en plena recesión, Islandia se benefició
de una tasa de crecimiento de un 2,1% en 2011 y prevé una tasa de 2,7% para
2012, y una tasa de desempleo de un 6%.8 El país hasta se dio el lujo de
proceder al reembolso anticipado de sus deudas al FMI.9
El
presidente islandés Olafur Grímsson explicó este milagro económico: “La
diferencia es que en Islandia dejamos que los bancos quebraran. Eran
instituciones privadas. No inyectamos dinero para salvarlas. El Estado no tiene
por qué asumir esta responsabilidad”.10
Contra todo
pronóstico, el FMI saludó la política del gobierno islandés –el cual aplicó
medidas en las antípodas de las que preconiza–, que ha permitido preservar “el
precioso modelo nórdico de protección social”. En efecto, Islandia dispone de
un índice de desarrollo humano bastante elevado. “El FMI declara que el plan de
rescate al modo islandés ofrece lecciones para los tiempos de crisis”. La
institución agrega que “el hecho de que Islandia haya logrado preservar el
bienestar social de las unidades familiares y conseguir una consolidación
fiscal de gran envergadura es uno de los mayores logros del programa y del
gobierno islandés”. No obstante, el FMI omitió precisar que estos resultados
fueron posibles sólo porque Islandia rechazó su terapia de choque neoliberal y
elaboró una programa de estímulo económico alternativo y eficiente.11
El caso de
Islandia demuestra que existe una alternativa creíble a las políticas de
austeridad que se aplican a través de Europa. Éstas, además de ser
económicamente ineficientes, son políticamente costosas y socialmente insostenibles.
Al elegir ubicar el interés general por encima del de los mercados, Islandia
muestra el camino al resto del continente para escapar del callejón sin salida.
1 Paul M.
Poulsen, «Comment l’Islande, naguère au bord du gouffre, a pu se rétablir», Fond
monétaire international, 26 octubre de 2011.
http://www.imf.org/external/french/... (sitio
consultado el 11 de septiembre de 2012).
2
Marie-Joëlle Gros, «Islande: la reprise a une sale dette», Libération, 15 de
abril de 2012.
3 Comité
d’annulation de la dette du Tiers-monde, «Quand l’Islande réinvente la
démocratie», 4 de diciembre de 2010.
4
Constitution de l’Islande, 29 de julio de 2011.
http://stjornlagarad.is/other_files... (sitio
consultado el 11 de septiembre de 2012).
5 Antoine
Grenapin, «Comment l’Islande est sortie de l’enfer», Le Point, 27 de febrero de
2012.
6
Marie-Joëlle Gros, «Islande: la reprise a une sale dette», op. cit.
7 Caroline
Bruneau, «Crise islandaise : l’ex-premier ministre n’est pas sanctionné», 13 de
mayo de 2012.
8 Ambrose
Evans-Pritchard, «Iceland Wins in the End», The Daily Telegraph, 28 de
noviembre de 2011.
9 Le Figaro,
«L’Islande a déjà remboursé le FMI», 16 de marzo de 2012.
10 Ambrose
Evans-Pritchard, «Iceland Offers Risky Temptation for Ireland as Recession
Ends», The Daily Telegraph, 8 de diciembre de 2010.
11 Omar R.
Valdimarsson, «IMF Says Bailout Iceland-Style Hold Lessons in Crisis Times»,
Business Week, 13 de agosto de 2012.
*Salim
Lamrani Dr. profesor universitario, investigador, escritor, especialista en
relaciones Cuba-EE.UU.
Opera Mundi
Enviado por
el autor a: Martianos-Hermes-Cubainformación
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