Todavía resuena
el eco del grito desgarrado que se ha escuchado esta semana en numerosas
ciudades de España: «Pan, trabajo, techo y dignidad». Cientos de miles de
personas, han salido a la calle, como respuesta colectiva de la clase
trabajadora, la mayoría social y los pueblos, denunciando la difícil situación
en la que viven miles de personas, lo que representa una auténtica emergencia
social. También se ha pedido la dimisión del gobierno, por la política que
sigue contra la gente.
Las Marchas de la
Dignidad, con esta semana de lucha, han dado una respuesta colectiva en favor
de la clase trabajadora ante una situación que califican de «emergencia
social», denunciando el pago de una deuda, que consideran «ilegítima y odiosa,
que los ciudadanos no han contraído» y que condena a la clase trabajadora al
paro, al exilio económico de la juventud y al desmantelamiento de los derechos
sociales y civiles. Todo ello en una situación extrema y límite, de emergencia
social, que requiere respuestas apropiadas y drásticas, que favorezcan avanzar
hacia un futuro, en el que el bienestar social sea el objetivo.
Cientos de miles
de familias han perdido su casa. Millones de trabajadores y trabajadoras se
encuentran sin empleo, lo que es aprovechado por los empresarios desaprensivos
para bajar salarios y empeorar condiciones de trabajo. La juventud está abocada
a buscarse la vida en el extranjero, como antes tuvieron que hacer nuestros
padres y abuelos. Los derechos de las mujeres son perseguidos. Se niega el
derecho a decidir de los pueblos, con argumentos que recuerdan cruzadas
históricas y represión. Mientras, los ricos y multimillonarios son más ricos, a
costa de empobrecer aún más a la clase trabajadora y a las personas más
indefensas, que son cada vez más pobres.
El gobierno del
Partido Popular, está desmantelando el Estado, para apropiarse de sus bienes en
su propio beneficio y el de sus amigos «del alma». Privatizan lo rentable,
mientras recortan los gastos sociales en salud, educación y dependencia.
Reducen el presupuesto en transportes públicos, agua, energía y comunicaciones,
lo que redunda negativamente en los derechos ciudadanos. Elimina derechos,
mientras se produce un empobrecimiento generalizado de la mayoría social, en
nombre del pago de una deuda contraída por la mala gestión de los caudales
públicos. Los mayores sufrimos una constante pérdida en el poder adquisitivo,
mientras muchos ven como sus ahorros de toda la vida han desaparecido, por la
estafa bancaria de las preferentes.
No hay día que no
aparezca en los medios de información, nuevos casos de empresarios y políticos
implicados en la corrupción generalizada que se vive. Mientras unos padecen,
otros se enriquecen ilegítimamente. A espuertas, se llevan el dinero a paraísos
fiscales, usando tarjetas opacas y regalando decenas de miles de millones del
dinero público, que sale de nuestros impuestos, hacia los bancos y los
especuladores corruptos.
Las Marchas por
la Dignidad, han venido a denunciar el «Tratado de Libre Comercio» (TTIP) entre
la Unión Europea y los Estados Unidos de América del norte. Un Tratado que se
negocia secretamente, que beneficia a las grandes multinacionales y perjudica
al pueblo soberano. Ante la protesta ciudadana contra las tropelías del
gobierno, blindan la represión con la ley mordaza, criminalizando el ejercicio
de los derechos fundamentales. El gobierno de Rajoy, representante de la
derecha más rancia y reaccionaria, con la excusa de la crisis, recorta derechos
sociales y suprime libertades democráticas, llevándonos a un modelo totalitario
en el que tan a gusto se sienten.
La crisis
económica, social, política e institucional, está significando un auténtico
drama humano para la gran mayoría. Este Sistema ya no es capaz de resolverlo.
Además, el gobierno hace todo lo contrario a lo que debería hacer, para
solucionar las necesidades sociales. En esta situación, es la ciudadanía quien
tiene que organizarse para actuar en defensa de un modelo social basado en la
justicia social, la igualdad, la solidaridad, los valores democráticos y los
derechos económicos, sociales, civiles y laborales.
La crisis ha
incrementado las desigualdades sociales. En España se produce una desigual
distribución de la renta, con un sistema tributario injusto y regresivo. La
crisis económica no está afectando a todos por igual, ni todas las rentas
contribuyen con la misma intensidad al sostenimiento del gasto público. Lo que
dicen desde el gobierno, al servicio del poder económico es: arreglároslas como
podáis; no vamos a pagar impuestos para que jubilados, enfermos y parados vivan
del cuento ¡que se jodan!, ¿recuerdan el desprecio? Efectivamente sin recursos
suficientes, no puede haber una adecuada política social. Lo saben y por eso
destruyen estructuras y privatizan servicios.
La
universalización de las prestaciones sociales, pensiones, sanidad y educación,
son principios y derechos que caracterizan al «estado social». Mientras
cambiamos el sistema, por otro republicano, hay que cumplir el mandato que la
Constitución hace a los poderes públicos, para que desarrollen políticas
redistributivas activas, que garanticen, de forma real y efectiva, los
principios de igualdad, justicia y participación. Para la derecha, la crisis es
una buena excusa para eliminar los derechos de todos, y proteger los intereses
de algunos. Hay que dar la vuelta a la tortilla.
Nos hemos
movilizado y lo seguiremos haciendo por unos servicios públicos y de calidad,
por el empleo digno, contra la precariedad y contra el paro, por la renta
básica. Por la sanidad pública, por la educación sin religión, por el derecho a
la vivienda y la dación en pago, contra los presupuestos restrictivos de las
administraciones públicas, contra el pago de la deuda. Por las libertades
democráticas, contra la represión y la corrupción. Por una sociedad de hombres
y mujeres libres, contra los gobiernos que agreden nuestra dignidad. Contra el
#terrorismoMachista. Por el derecho a decidir. Por el daño que hacen, dimisión
del Gobierno y de todos aquellos que recorten derechos sociales. Por la
transformación, por la justicia social, por la igualdad real y efectiva, por la
solidaridad. Por la República.
Fuente: www.nuevatribuna.es
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