Se incuban los huevos de la
serpiente
Miércoles, 3 de diciembre de 2014
Por MÁXIMO RELTI /CANARIAS
SEMANAL.ORG.- Pese a sus truculentas apariencias, y lejos de lo que
algunos creen, el fascismo no es un fenómeno ni pintoresco ni anecdótico.
Su aparición obedece a razones sociológicas muy precisas. Cuando el sistema
capitalista entra en crisis profunda y se ve acosado por el empuje y la toma de
conciencia por parte de los sectores populares, las clases hegemónicas
tratan de desviar la atención de la sociedad fabricando supuestos "enemigos"
que les sirvan para ocultar su propia responsabilidad en los efectos
económicos de la catástrofe económica. En la medida en la que las razones
que provocan la penuria permanezcan difuminadas, lograrán alejar de sí mismos y
del sistema que les permite su enriquecimiento la ira popular.
Históricamente fue
eso lo que sucedió, por ejemplo, en la Alemania de los años treinta,
donde la burguesía de ese país propulsó la financiación del partido nazi
liderado por Adolfo Hitler. A través de ese instrumento partidario los
banqueros y los grandes industriales germanos intentaron hacer recaer sobre las
espaldas de los judíos la responsabilidad por los 7 millones de parados que
existían entonces en ese país. Algo similar había sucedido en Italia una
década antes, con el asalto al poder por parte de Benito Mussolini y sus
correligionarios fascistas. En España, en 1936, cuando la clase
trabajadora ganó unas elecciones que permitieron la constitución de un gobierno
del Frente Popular, los terratenientes y los banqueros, con el apoyo de
sectores de las clases medias, desataron una guerra civil que iba a durar
tres años, y que ocasionaría más de 1 millón de muertos. Se trata de tres
arquetipos históricos exhaustivamente estudiados sobre cuyos orígenes y
evoluciones no existen dudas.
En nuestros días,
al amparo de la crisis, en diversos países europeos comienzan a brotar con
fuerza electoral los grupos ultraderechistas y xenófobos. Los "enemigos"
son ahora los inmigrantes provenientes de países del continente
africano que, sometidos a una suerte de dominio neocolonial por las mismas
metrópolis que los rechazan, son culpabilizados del paro y de las penurias que
sufren ya millones de europeos. Como puede constatarse, los medios de
comunicación del sistema inoculan con éxito en los sectores menos concienciados
de la población trabajadora la semilla del odio y del neofascismo.
EL FASCISMO Y EL MOMENTO POLÍTICO EN EL ESTADO
ESPAÑOL
No parece, en cualquier
caso, que ese fenómeno se esté dando todavía en España. Posiblemente por
razones varias. En principio, porque el partido en el gobierno está integrado
por personas de ideología protofascista. Pero además ocurre que la
batalla política y social en España, debido al dominio de las
concepciones reformistas y claudicantes en los sindicatos y en las
organizaciones que se reclaman de izquierda, no ha alcanzado niveles que
resulten todavía alarmantes para las clases sociales hegemónicas.
Pocos dudan
hoy que la salida de la crisis en España no sólo no está a la vuelta de
la esquina, sino que se asume con resignación generalizada que las
reducidas conquistas sociales de las que hasta ahora se disfrutaban ya no
volverán a restablecerse y que la perspectiva de la recuperación del
empleo no se encuentra entre las previsiones formuladas a medio
plazo. Del mismo modo, la pérdida de poder adquisitivo de los actuales
pensionistas forma parte ya de su vida cotidiana y la percepción de las
pensiones por parte de las generaciones que se incorporarán en los
próximos años a las filas de la jubilación no está asegurada.
Aunque es cierto
que el futuro no se puede prefigurar conceptualmente con absoluta
precisión, ante panoramas como el descrito resulta posible deducir que la
confrontación social se incrementará exponencialmente, y que ello sucederá con
o sin la participación de los partidos y sindicatos que se reclaman de
izquierdas. Será ese el momento en el que el huevo de la serpiente del fascismo
comenzará a eclosionar.
En su tradicional desfile del mes
de noviembre, los fascistas españoles tuvieron como consigna la siguiente
sentencia: "Si España quiere suicidarse, nosotros se lo
impediremos". Como puede observarse en el vídeo que adjuntamos,
sus filas ya no están compuestas sólo por ancianos nostálgicos de la
dictadura franquista. Un número apreciable de jóvenes militarizados y portando
antorchas y bengalas realizaron una peregrinación nocturna en la éltima semana
del pasado mes hasta el llamado Valle de los Caídos.
De acuerdo con lo
que nos enseñan los precedentes históricos en este y otros países , las
condiciones sociales y económicas objetivas para que el fascismo irrumpa
en determinadas áreas geográficas del Estado español están dadas. Que germinen
o no sus semillas dependerá no solo de factores que se escapan a nuestro
control, sino también de que la voluntad colectiva impida que éstas se
terminen propagando irremediablemente
EL ROSTRO DEL
FASCISMO
VIDEO: http://vimeo.com/113484650
Fuente: www.canarias-semanal.org
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