La hostilidad creciente entre Norte y Sur
no solucionará el vacío de ideas para revitalizar el proyecto europeo
Un collage de fotos de ciudadanos
europeos en la Comisión, en Bruselas. / YVES HERMAN (REUTERS)
Ya sabíamos
que el fútbol es el nuevo campo de batalla de un mundo en paz y que ha
sustituido a las guerras que ya no libramos. Pero la feroz competencia entre
alemanes y españoles se convirtió esta semana en Granada en la formidable
metáfora de una colisión que, sin ser bélica, no es ni mucho menos solo
deportiva. Alemania y España. El Norte y el Sur. La austeridad que impone Berlín
y el estrangulamiento que sienten los trabajadores de las economías más
débiles. Las pasiones, y ya no solo futboleras, se empiezan a cruzar con
peligrosa hostilidad.
El escenario
era un hotel tan escondido en la montaña que los helicópteros de la policía
asustaron a fondo a perdices y liebres acostumbradas a pasear a sus anchas sin
motores a la vista. La ocasión, un encuentro de gobernantes y políticos
alemanes, españoles, portugueses e irlandeses auspiciado por la Fundación Konrad Adenauer
para intentar arrojar luz al futuro de Europa. Y el contexto, el sobradamente
conocido: la Europa del euro es la única zona del mundo que sigue en recesión
tras años de austeridad. La medicina no funciona. Y esta fue la primera de las
certezas que estuvieron sobre la mesa. El listado completo se puede leer como
un libreto de teatro en el que cada personaje lucha por su verdad. Lo malo es
que, en este espectáculo, si gana uno, pierden todos. Veámoslo:
1) ESTA MEDICINA NO FUNCIONA
Eso es lo
que Enda Kenny, un primer ministro sin pelos en la lengua, proclamó en nombre
de Irlanda:
“Nosotros hemos cumplido 100%. Hemos hecho reformas, recortes de pensiones,
todo. Pero el sufrimiento sigue siendo enorme y nuestros negocios lo tienen
mucho más difícil que los de Finlandia, por ejemplo”, aseguró. “Por ello, si
las decisiones que hemos tomado han sido europeas, es la hora de que entendamos
que también las responsabilidades son europeas”. Irlanda, presidente de turno
de la UE, defendió junto a Portugal y España una unión
bancaria en junio como el motor que impulse la economía de los
países más castigados y como un test de la credibilidad europea. “Porque al
final esto va de gente, de hombres y mujeres que deben trabajar, desarrollar
sus carreras y vivir”.
2) ALEMANIA NO VA A CAMBIAR
Que nadie
espere cambios ni urgencias de innovación por parte de Berlín, ni ahora ni tras
las esperadas elecciones de septiembre. Un representante del Gobierno alemán
defendió que la unión bancaria llegará cuando se den las bases fiables para
ello, es decir, sin prisa. Y el crecimiento es importante, claro, pero no se va
a resolver con política monetaria y con más deuda. ¿Soluciones? Que cada cual
asuma su responsabilidad, desde la Comisión Europea, que tiene atascados
programas de empleo en Grecia durante interminables meses, hasta los Gobiernos
que están actuando como oposición. Hay desconfianza en Italia o España o
Grecia, sí, reconoció Berlín, pero sus problemas no se arreglan en Alemania y
sus líderes deben decirlo claro. Si fallamos en esto, vino a decir, si pedimos
siempre a los demás que vengan a solucionar nuestros problemas y creamos
esperanzas no realistas, será peligroso.
3) CUIDADO CON LA GERMANOFOBIA
Es cierto
que algunas cosas han mejorado desde hace un año, cuando el temor a la ruptura
del euro y el rescate de España planeaban sobre el encuentro que entonces se
celebró en Santiago, como recordó Luis de Guindos, pero el estado de ánimo ha
empeorado, el paro se dispara y el rencor hacia
Alemania empieza a calar hasta empapar también a partidos e
instituciones. El posicionamiento de los socialistas franceses, que han calificado de
“egoísta” a Angela Merkel, ha estremecido a la derecha europea y un
representante del Gobierno español en Granada se lo advirtió a Alemania:
“Cuando el PSOE utiliza y menciona a Merkel como adalid de todos los males no
es que algo malo esté pasando. Si el líder del PSOE lo hace es porque está
débil y sabe que esa línea puede ser rentable. Y que atacar a Alemania sea
rentable es algo que conviene que sepáis”, advirtió el representante español. Y
cuidado, respondió un alto cargo de la CDU, el peligro es mutuo: “Cada ataque a
Merkel no solo aumentará sus posibilidades de elección en Alemania, además
dificultará su flexibilidad posterior”.
4) EN BUSCA DE UNA IDEA SEXI PARA EUROPA
Llegados a
este punto, si la medicina no funciona pero no va a cambiar demasiado, si por
el camino las democracias se enfrentan y las opiniones públicas se empiezan a
odiar, ¿qué ocurre con el proyecto europeo? ¿Qué ideal puede volver a vertebrar
una Europa cada vez más euroescéptica? Agotado el discurso de la paz que forjó
su nacimiento, el de la ampliación y la reunificación de Europa, ¿qué queda?
Como recalcó una participante del PP: “Tenemos que crear una narrativa, pero
cuidado con las palabras”. Ni “austeridad” ni “presupuestos equilibrados”
lograrán cimentar un discurso apasionante. ¿Sugerencias en la mesa? La
solidaridad, la cohesión y la prosperidad quedaron flotando en el ambiente y
hasta el representante alemán rememoró el espantajo de los edificios derruidos
en Bangladesh para recordar que esto es Europa y que Europa es diferente, pero
nadie elaboró mucho más.
5) EL CAPITALISMO RENANO COMO MODELO
Y si una
pregunta hizo algo más que flotar en el ambiente fue la que —como un reproche
amable y educado, pero reproche al fin y al cabo— se le hizo al ministro de
Finanzas alemán, Wolfgang
Schäuble. ¿Por qué la zona euro sigue siendo la única en recesión en
todo el mundo? ¿No merece eso una buena repensada? El ministro alemán fue
claro: Lo que le preocuparía aún más es que otras zonas siguieran en recesión.
Pero esto es Europa y europeas deben ser las soluciones, con lo que ello
implica en la defensa de la coherencia social y el Estado de bienestar que han
caracterizado el capitalismo renano. Como recordó Schäuble, desde la quiebra de
Lehman Brothers ya nadie hace chistecitos en Estados Unidos ni Reino Unido
sobre el capitalismo renano, el que ha alimentado ideológicamente la democracia
cristiana que gobierna Alemania y que marcó el encuentro de Granada. Economía
de mercado capitalista sí, pero compensada con el Estado social que permita las
mismas oportunidades y las correcciones necesarias ante situaciones de
necesidad. Por eso salir de la crisis en Europa es más difícil que en Brasil o
Bangladesh.
6) ¡ESOS FUTBOLISTAS TAN CAROS!
El fútbol
fue, decíamos, la gran metáfora que de boca en boca recorrió los discursos de
alemanes y españoles. Pero si todos fueron forzando las declaraciones
políticamente correctas deseando “la victoria de todos” y “de este gran equipo
europeo” mientras los ojillos les traicionaban con chispas de afición nacional
reprimida, hubo algo que Schäuble no se guardó. Después de que su homólogo
Guindos defendiera la “ventaja competitiva” de los trabajadores españoles al
ser más baratos que los alemanes, el alemán no pudo más y bromeó: “¡Pero los
futbolistas españoles son muy caros!”. La audiencia rio a gusto, aunque las
dudas sobre si se refería al socorrido despilfarro español en general también
congelaron alguna sonrisa. Para que no cupieran dudas, pronto se sumó también
al lema repetido por Thomas Stehling, director de la Fundación Konrad Adenauer
en España: esta batalla, el cruce de acusaciones entre unos y otros, no genera
puestos de trabajo.
Y en eso, al menos, todos estuvieron
de acuerdo.
Fuente: www.elpais.com
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