La
jurista francesa desvela datos sobre el negocio de los controles fronterizos o
los centros de detención de extranjeros
Cultura |
TerceraInformación | 27-02-2013 |
A la
política migratoria en el mundo occidental no le afecta la crisis. Desde los
años 90 la preocupación por la seguridad ha ido en aumento, provocando el
blindaje sistemático de las fronteras materializado en faraónicas obras e
ingentes inversiones. Tras el 11 de septiembre esta tendencia se radicalizó más
allá de la lógica generando una industria cuyos beneficios no han parado de
crecer.
La jurista
francesa del GISTI (Grupo de Información y Apoyo a los Inmigrantes) y
cofundadora de la red europea Migreurop, Claire Rodieres, presenta en "El
negocio de la xenofobia" (Editorial Clave Intelectual) una rigurosa
investigación y desvela quiénes son los beneficiarios y los damnificados de la
empresa titánica de poner -literalmente- puertas al campo y controlar a los
seres humanos que se atreven a burlar las fronteras.
Este libro
revela así, en primicia, los nombres propios y las cifras del negocio de los
controles fronterizos y los centros de detención de extranjeros, una industria
que ha permanecido opaca hasta hoy.
En "El
negocio de la xenofobia" la autora recorre los principales focos de
interés del control migratorio a lo largo del planeta. Desde el Sistema
Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) que se usa para controlar las aguas de
las islas Canarias, Baleares y el sur de España, a las murallas que se alzan
entre México y Estados Unidos o Israel y Palestina.
Con este
trabajo Rodier critica la implicación política de la ultraderecha en la
ideologización de la xenofobia que recorre la Unión Europea o Estados Unidos y
pone al descubierto el lucrativo negocio del control de la inmigración, que se
hace patente en la renovación constante de los sistemas de vigilancia de las
fronteras, en la gestión de los centros de detención de extranjeros y su
posterior expulsión.
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