lunes, 25 de febrero de 2013

EL CORONEL AMADEO MARTÍNEZ INGLÉS CONTESTA A LA AUDIENCIA NACIONAL



El oficial del ejército afronta el proceso como un "campeonato" por la III República
Lunes, 25 de febrero de 2013
Coronel Amadeo Martínez Inglés (*) - Canarias-semanal.org

Campeonato III República española. 2º Asalto. Salón de vistas de la Audiencia Nacional  (calle Goya nº14, 12 de marzo 11,30 horas)

Martínez Inglés contra el presunto jefe de la trama Nóos, señor Borbón (representado este último por el anónimo Juez del Juzgado Central de lo Penal de la AN)
    Estimados amigos, compañeros, demócratas, republicanos, conciudadanos españoles deprimidos por la corrupción, la cara dura y la estupidez de nuestros políticos:   
    El pasado día 19 de febrero recibí en mi domicilio una nueva cédula de citación del alto organismo español FEJUCONATECO, la Federación Judicial contra el narcotráfico, el terrorismo, la corrupción institucional (excepto la del partido en el poder, claro) y el choriceo privado de bajo estánding (el alto, evidentemente no), denominado en tiempos de Franco TOP (Tribunal de Orden Público) y en los de su heredero (el actual jefe del Estado y, presuntamente, también del Instituto Nóos) Audiencia Nacional, por la que se me convoca a personarme en el número 14 de la calle Goya de Madrid, el próximo 12 de marzo de 2013 a las 11,30 horas, a fin de asistir a la vista oral del Procedimiento Abreviado que dicho organismo Deportivo/judicial sigue contra mi persona (segundo asalto del que yo me he permitido denominar, con cierta vanidad ideológica, "Campeonato III República española"), que fue inaugurado en diciembre de 2011 por el  Fiscal "Popular" del Estado y cuyo primer round tuvo lugar, aunque acabara como el rosario de la aurora, el pasado 13 de febrero en los salones que dicha Federación regenta en la calle Prim de la capital de España.
        Segundo asalto, que las huestes fiscal/jurídicas del Partido Popular, dirigido en la sombra por el factotum financiero y "sobredispensador"  universal, señor Bárcenas, pretenden enfrentar y ganar haciendo oídos sordos al conocido refrán popular que reza "Rectificar es de sabios" y tratando de "acollonar" a su adversario (el profesional que suscribe) utilizando torpemente los más elementales parámetros de la guerra psicológica como son la amenaza, la arrogancia, el falso poder  y el cobarde anonimato de aquél que se siente arropado por el corrupto sistema al que sirve.

   
     Y digo esto, amigos, porque como podéis verificar en la cédula del Juzgado Central de lo Penal de la Audiencia Nacional cuya fotocopia adjunto el señor Juez que quiere juzgarme, según parece en la clandestinidad más absoluta (veremos si lo consigue dado el trabajo que le ha caído a la AN tras el tsunami cibernético del señor Torres y el escándalo/pantalla prefabricado y antisoberanista de los espías de Método 3), vuelve a hurtar su nombre, su identidad, el número sagrado de su toga, escondiéndose cobardemente, todavía no sé de qué, ni de quien, tras una anodina cédula firmada (esta vez, sí) por su secretaria judicial y reservándose solo para él una  resolución fundamental en el procedimiento.  
    Pues ya digo, este juez, desde el anonimato más absoluto y usando como trinchera el púlpito del que se cree todopoderoso dueño del bien y del mal, se permite el lujo de lanzar contra mi humilde pero honesta persona amenazas extemporáneas y gratuitas que no vienen a cuento (mi inasistencia a la primera vista fue por su culpa) e impartirme órdenes "cuasi castrenses" para las que, evidentemente, no está preparado ni tiene autoridad alguna. Así, me advierte de que en el caso de no presentarme el próximo día 12 de marzo ante su indiscutible personalidad, cambiará ipso facto la orden de comparecencia remitida por otra de detención, enviándome a sus guardias para, lógicamente (aunque esto no lo especifica), llevarme cargado de cadenas a los pies de su justiciera tarima.
   Y también, siguiendo algún impulso autoritario militar escondido en sus genes de príncipe de la milicia frustrado ¡asómbrense probos ciudadanos de una democracia europea sin par como la española actual! en el colmo de su prepotencia, de su chulería y, por supuesto, de una supina ignorancia que le hace hablar por boca de ganso, "me apercibe para que me abstenga de comparecer al juicio oral vistiendo uniforme y/o insignias de esa clase". Dada, dice, "mi situación administrativo-mili
 ¡Lo nunca visto, señores! ¡Un civil con toga usando descaradamente el autoritario "ordeno y mando" de la sempiterna derecha castrense española para decirle a un militar demócrata cuándo y cómo debe vestir su uniforme! Un uniforme que le costó muchos años de esfuerzo y estudio conseguir, vistiendo el cual se jugó repetidas veces la vida defendiendo a su país y que este anónimo togado, que seguramente en los dramáticos momentos que cito se meaba todavía en los pantalones, pretende que no me vuelva a poner jamás sin su egregio permiso ¡De aurora boreal, amigos!
     Por cierto, cuando recibí la cédula de marras, mi capacidad de asombro perdió automáticamente la cobertura y no supe si reír o llorar. Y como lo segundo, está muy mal visto, pero que muy mal, en la profesión de los sables y las pistolas en la que he prestado mis servicios hasta hace bien poco y que acabé pignorando por la de la pluma y el pensamiento (más bien progre), opté finalmente por lo primero aunque la realidad es que tuve que  luchar bastantes minutos con mi, todavía, belicoso cerebelo que, en máxima alarma, me urgía a lanzarme en tromba al garaje, coger el coche y salir disparado, con el GPS echando humo, en busca del atolondrado leguleyo. Que, a todas luces, con una presunta disfunción bipolar grave en su azotea,  se cree Napoleón, Hitler, Obama, Merkel, el capitán general de Madrid o el mismísimo ex tesorero Bárcenas.
 Pero bueno, como en el escrito de contestación a la fascistoide cédula del Juzgado Central de lo Penal de la Audiencia Nacional que comento y que transcribo a continuación para conocimiento de todos mis lectores, amigos, compañeros y ciudadanos en general doy cumplida respuesta a las prepotentes, ridículas y autoritarias amenazas y consignas del innominado titular del mismo, os invito a todos a leerlo y a sacar vuestras propias conclusiones. Resulta meridianamente claro que seguimos en la lucha, combatientes por la República, afrontando este segundo asalto que yo, por supuesto, he aceptado con el espíritu enhiesto, como el primer día, en un momento clave de la historia de España, cuando los muros de la corrupta y vacía monarquía juancarlista/franquista se derrumban estrepitosamente vapuleados por sus propios errores, por su mangancia y por la que ellos creían inmunidad absoluta.    

Escrito de contestación a la Audiencia Nacional
 Al  Sr. Juez titular del Juzgado Central de lo Penal de la Audiencia Nacional
En contestación a la cédula de citación remitida por la secretaria de ese Juzgado con fecha trece de febrero de 2013 en base a una resolución (no enviada y por lo tanto desconocida para el que suscribe) de su autoridad en el Procedimiento Abreviado 54/2012 le manifiesto lo siguiente:
Primero
    ¿Me podría comunicar, señor Juez, su identidad? Le agradecería que me dijera (creo que tengo derecho pues es la autoridad que me va a juzgar) cómo se llama usted, cual es su nombre, a que digna persona corresponde la judicial responsabilidad de ese respetable órgano Central de lo Penal de la Audiencia Nacional porque, claro, usted (aunque sea a través de la señora secretaria) formula en la cédula de comparecencia una serie de amenazas y órdenes de tipo castrense, como las que afectan al uso de mi uniforme e insignias militares, que no creo sea muy ético, ni estético, pronunciarlas desde el anonimato más absoluto.
   Pero usted, señor Juez, y perdone la posible impertinencia de mis preguntas ¿A qué tiene miedo? ¿Por qué, escrito tras escrito, permanece oculto en la sombra de la clandestinidad? ¿Es por necesidades del servicio? ¿Por práctica habitual de ese Juzgado? ¿Por seguridad personal ahora que les han quitado a los jueces de la AN los escoltas y los coches blindados?  ¿Es por eso o por miedo puro y duro? ¿O es quizá que el meterse en el jardín de un proceso contra un escritor por presuntas calumnias e injurias graves al rey cazador que tuvo que pedir perdón a su pueblo por sus golferías y ahora se sabe que, "presuntamente" también, era el jefe de la mafia (perdón, Instituto sin ánimo de lucro) Nóos, resulta harto arriesgado? 
 ¡Identifíquese, hombre, sin miedo que el tener que relacionarse con un papel y una autoridad judicial (o de cualquier otro tipo) sin saber su nombre resulta incómodo y hasta grotesco para cualquier mortal! Yo por lo menos, en mis largos años de servicio en un puesto de mucha más responsabilidad y categoría que el suyo actual y teniendo que relacionarme con muchísimas más personas que usted (en algún momento llegaron a depender de mis órdenes directas más de cinco mil) jamás he escondido mi nombre. Es verdad que ustedes tienen que vérselas con algunos tipos de especial peligrosidad como los políticos corruptos actuales pero aún así no es de recibo el anonimato.
Segundo
   
Usted, señor Juez, en su cédula de comparecencia dice lo siguiente: "…bajo apercibimiento que caso de no comparecer el día y hora señalado en el lugar expresado, la orden de comparecencia podrá convertirse en orden de detención (art. 487 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal).
  Esto, dejando de lado la mejorable sintaxis con la que está redactada, es una amenaza en toda regla, prepotente y gratuita, que no puedo aceptar y más viniendo de un señor que se esconde tras su toga ¡Uy qué miedo! ¡El señor Juez me va a mandar a sus guardias y yo con estos pelos
    Está bien, señor Juez, si tiene que hacerlo ¡Hágalo! Aunque no creo que haga falta. Pero, por favor, si lo hace que sea a una hora prudencial. ¡Déjese de altas horas de la madrugada, que las carga el diablo y, además, resultan muy incómodas para todos! Supongo que conocerá aquello tan manido de la democracia y el lechero.
    Pero vamos a ver ¿Con quién se cree usted que está tratando, hombre de Dios y de la ciega Justicia? ¿Con alguno de los muchos chorizos institucionales que pasan a diario por sus manos, con millones de euros en Suiza y más cara que espalda? ¿O con  algún caradura de titanio como "el del Jaguar", que no tuvo la delicadeza de decirle a su mujer que el cochecito le había tocado en una tómbola, en la de la corrupción, claro? ¿O con el primer corrupto del país, el presunto jefe de la trama Nóos, coronado él, que, evidentemente, todavía no ha pasado por sus justicieras manos, ni pasará, pero que en un futuro cercano puede ser que sí lo haga por otras más fiables que las suyas?
  ¡Entérese de una vez, señoría, con quien se juega los cuartos! Y para ello me permito informarle de una pequeña cuestión de microeconomía doméstica que me afecta y mucho. En la primera citación que usted me cursó, y que cambió a última hora en lo relativo al lugar de la vista, su bromita judicial me salió por un ojo de la cara: 300 euros (desplazamiento, hotel, cena, desayuno, taxis…). ¿Y ello por qué? Pues por la sencilla razón de que vivo a 40 kilómetros de Madrid y para asegurarme la puntualidad en la cita (los militares somos así) y dado que la autovía A-2 se colapsa a diario por las mañanas, decidí irme a un hotel de la capital a pasar la noche y presentarme, muy limpio y muy guerrero, eso sí, aunque no le guste a usted, a la hora exacta de la vista.
    ¿A que no se imaginaba usted esto en medio de una crisis? Pues ya lo sabe. La próxima vez no voy a repetir la experiencia, pues la penuria nos atenaza a todos. A no ser, claro está, que ese Juzgado me adelante los 300 euros de la excursión  nocturna previa a la dichosa vista oral; circunstancia ésta que no creo se llegue a producir vista la escasez de medios en que se desenvuelve la Justicia española en general y la AN en particular. En consecuencia y pensándolo bien (estética aparte, pues nunca resulta bonita la entrada en tromba de los GEO,s en casa de uno gritando como posesos ¡Policía1 ¡Policía!) no me vendría mal su hipotética y amenazante orden de detención pues así podría hacer  el viaje a Madrid en coche oficial y con un par de chicos del orden protegiéndome los costados. Pero, bueno, no se preocupe, señor Juez, que esto es una simple especulación personal y, amenazas aparte, pienso ir (si hay que ir se va)  al lugar indicado y a la hora prevista el próximo 12 de marzo. Siempre, claro está, que la autovía A-2 no me juegue una mala pasada de buena mañana… Usted, por si acaso, tenga preparados a sus guardias.  
Tercero
   En cuanto a la prohibición de ir vestido de "uniforme y/o insignias" a la vista oral ¿Está usted de broma, señor Juez, o es que quiere quedarse conmigo? Mire. El uniforme militar me lo puse por primera vez en el año 1953 cuando con toda seguridad usted no había nacido  y, desde entonces, durante sesenta años, he procurado vestirlo con dignidad, respetándolo al máximo y defendiéndolo con honor a la par que defendía con él a millones de españoles, entre ellos a usted. En la guerra no permití que me lo tocaran, y mucho menos que me lo quitaran, decenas y decenas de enemigos armados hasta los dientes y con bastantes más "togones" que usted. Y después, durante lustros, he trabajado día y noche para darle lustre y brillantez con múltiples estudios, cursos profesionales, diplomas españoles y extranjeros (entre ellos tres diplomas de Estado Mayor), medallas y destinos voluntarios en las mejores Unidades del Ejército y en los "puestos de mayor riesgo y fatiga", como recomiendan los reglamentos militares.
   Y ahora me viene usted y, alegremente, sin puñetera idea de lo que dice pues no se ha molestado en informarse adecuadamente, basándose en lo que usted califica como  "situación administrativo-militar" me apercibe para que me abstenga de comparecer al juicio oral vistiendo uniforme y/o insignias de esa clase. Entérese, probo juez, en el ministerio de Defensa, de cual es mi verdadera situación administrativa y allí podrán ponerle al corriente de una resolución judicial del año 2004 (que fue recogida por abundantes medios de comunicación) que deja muy clarito que yo soy un coronel con todos mis derechos intactos ya que nunca fui expulsado del Ejército ni nunca cometí delito alguno; solo fui represaliado disciplinariamente  por la cúpula castrense franquista del momento por intentar modernizar las FAS españolas erradicando un obsoleto servicio militar obligatorio que causaba más de doscientos muertos anuales en la sociedad civil. Meta que, finalmente, conseguí.
      Mire, señor juez, para no enfadarme en demasía con este tema y tener que contestarle en lenguaje cuartelero (que aunque lo conozco muy bien no suelo utilizarlo casi nunca, sólo con reyes y mangantes parecidos) voy a dar por no recibido su estúpido apercibimiento. Métase en sus cosas, cuídese de su toga y, si acaso, de la de sus compañeros y déjeme a mí elegir el terno (militar o civil, soy las dos cosas) con el que, en su caso, acudiré a la cita. Ahora bien, si a usted  tanto le molesta mi presencia uniformada y se ratifica en su clara postura antimilitarista (no es por nada, pero a día de hoy una de las profesiones mejor valoradas por la ciudadanía española y una de las pocas que mantiene intactos los valores éticos y morales propios de una sociedad democrática y avanzada), una solución plausible sería que usted se personase en mi domicilio escasos minutos antes de mi salida y, lisa y llanamente, procediera a quitarme el uniforme y a sustituirlo por un conjunto civil dentro de mi modesto pero diversificado fondo de armario. ¿Qué no se atreve? ¿Qué resultaría harto incómodo? ¿Qué podría resultar inconveniente desde el punto de vista de la moral heterosexual? Pues, sinceramente, creo que no. Creo que semejante escenario se podría gestionar bastante bien por parte de los dos (sin guardias cotillas, por supuesto) y finalizar la operación con cierto éxito. Aunque también le digo que no es nada probable que el profesional que suscribe saliera de ella vestido de lagarterana.    

      Y ya para terminar, señor juez, una última consideración. ¡Déjese de una vez de dirigirse a mi persona con el detestable apelativo jurídico/denigrante de "Acusado". ¡Pero quien coño (lo ve, ya se me ha escapado el cuartelero grito "made in Tejero") me ha acusado a mí? ¿Una pandilla de políticos corruptos y cortesanos del partido en el poder que están arruinando y envileciendo este país? ¿Algunos fiscales que cumplen ordenes de esos corruptos? ¿Algunos jueces que, asimismo, cumplen  ordenes de los que previamente han sido ordenados?  ¡Venga ya, hombre, que aunque bastantes menos que el que suscribe lleva usted algunos años en este perro mundo y ya va siendo hora de que sepa lo que dice y a quien se lo dice! ¡Guárdese sus muletillas jurídico/panfletarias para quien correspondan! Que sí usted, por su cargo, tiene derecho al tratamiento de Vuestra Señoría (VS), este escritor y militar republicano (¿usted todavía no lo es?) por su empleo militar, por sus méritos tanto en la guerra como en la paz, por sus estudios, por sus medallas y por haberse jugado la vida con honor y valor por personas como usted, que tal vez no lo merecían, lo tiene al  de "Excelentísimo Señor" "Vuecencia" o si lo prefiere más corto "VE". Aunque a mis amigos, compañeros y conciudadanos en general (salvo políticos corruptos), y más si son republicanos, no se lo exijo para nada. ¡Faltaría más!
¡Nos vemos, señoría!
                              
                                  Alcalá de Henares 23 de febrero de 2013-02-23
                         
                                 
                          Fdo.: Amadeo Martínez Inglés
                                         
                        Coronel. Escritor. Historiador

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