lunes, 1 de diciembre de 2014

NI PACTO ANTICORRUPCIÓN, NI REFORMA CONSTITUCIONAL: LOS PUENTES ENTRE PP Y PSOE ESTÁN ROTOS




Sánchez dijo claramente que no habrá un acuerdo por la regeneración democrática porque los populares "no son de fiar". La postura del líder del PSOE sobre el artículo 135 de la Constitución dinamita cualquier acercamiento de reforma de la Carta Magna
MANUEL SÁNCHEZ Madrid 01/12/2014 07:00
Se avecina un año electoral que, posiblemente, sea uno de los más apasionantes, impredecibles y novedosos de toda la etapa democrática. Por ello, desde hace ya algunas semanas, cada actuación de cada formación política está dirigida más a su estrategia de cara a las urnas, que a tomar decisiones coyunturales en este momento.
De ahí que resulte absolutamente inviable que ninguno de los dos pactos que los dos grandes partidos quieren proponerse el uno al otro salga adelante: ni el PSOE va a aceptar ir de la mano del PP en un gran acuerdo contra la corrupción, ni el PP va a dar a Sánchez la más mínima esperanza en que se inicien los trabajos para la reforma de la Constitución.
Ni el PP va a aceptar reformar la Constitución ni el PSOE pactar con el PP en materia anticorrupción
En el PSOE, el último acuerdo con el PP ha suscitado muchas críticas internas. El hecho de pactar con los populares una reforma poco transparente sobre los viajes que realizan los parlamentarios con dinero público —tras el escándalo de José Antonio Monago y sus devaneos por Tenerife—, no ha gustado a casi nadie. Aunque al final la dirección socialista lo haya intentado arreglar diciendo que ellos sí detallarán públicamente lo que hagan sus senadores y parlamentarios.
La crítica fundamental, desde distintos entornos socialistas, es que el PSOE no gana nada si continúa yendo de la mano del PP y, sobre todo, con medidas que no contentan a nadie y que siguen sin atender lo que exigen los ciudadanos.
Tal vez, por ello, Pedro Sánchez dejó bien claro en el debate anticorrupción celebrado el pasado jueves que no habrá un gran pacto con los populares sobre medidas de regeneración democrática, rechazando el ofrecimiento de Mariano Rajoy. El líder del PSOE dijo en el debate que el PP "no era de fiar".
Sánchez ya no se puede permitir ir más de la mano del PP, pese a que el Gobierno ha incorporado a su enésima propuesta de medidas anticorrupción buena parte de las iniciativas que incluía el texto alternativo de los socialistas, para ponérselo difícil. Pero el PSOE, en todo caso, no hará un pacto global.
Y tampoco lo habrá en la reforma de la Constitución que abanderan los socialistas y que, tímidamente, quieren iniciarla presentando una propuesta de subcomisión para que se empiece a debatir.
Al PP, desde el principio, no le gustaba la idea, pero no descartaba aceptarla bajo ese dicho tan extendido en el Congreso de los Diputados de que, cuando algo quieres que no salga adelante, lo mejor es crear una subcomisión.
La relación de Rajoy con Sánchez no es como la que tenía con Rubalcaba. No se fía del nuevo líder socialista








Sin embargo, la actitud de Sánchez con el artículo 135 le da alas a los populares para cerrarse en banda. ¡Cómo van a reformar la Constitución con un partido con el que pactan un artículo y a los dos años se echa para atrás!
El PSOE, no obstante, presentará su propuesta de la subcomisión y su nuevo articulado para garantizar en la Carta Magna derechos fundamentales como la Sanidad, la Educación y el Sistema Público de Pensiones. Pero la receptividad del PP va a ser absolutamente nula a estas propuestas.
Detrás de todo ello también se esconde que las relaciones Rajoy-Sánchez no se parecen en nada a las que el presidente del Gobierno mantenía con Rubalcaba. Ha pasado poco tiempo, pero a Rajoy no le gusta ni se fía de Sánchez, lo que ya dijo claramente en la sesión de control del pasado miércoles, aunque en el fondo le hizo un gran favor al nuevo líder socialista.
Por tanto, lo que queda de legislatura será de trámite, algún pequeño golpe de efecto y poco desarrollo legislativo más de lo que ya está tramitándose en la Cámara Baja. Los acuerdos entre los dos grandes partidos se antojan imposibles. Aunque después de las elecciones... ya veremos.





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