El indicador incluirá el impacto directo de
actividades ilícitas, aunque ya recoge parte de la economía sumergida e ilegal
El PIB solo mide
actividades con valor monetario, por lo que los trabajos de cuidados quedan
excluidos
Algunas economistas reivindican indicadores alternativos que midan
el bienestar de las personas
Ana Requena Aguilar - Madrid
16/07/2014
- 20:29h
Invernadero
de plantas de marihuana. EUROPA PRESS
La
inclusión del tráfico de drogas y de la prostitución en el Producto Interio
Bruto (PIB) ha desatado críticas que cuestionan qué es lo que debe medir este
indicador y por qué no incluye otras actividades, como los trabajos de cuidados
que sostienen los hogares. ¿Qué mide entonces el PIB? El valor de la actividad
económica de un país, es decir, todo lo que conlleva un intercambio económico.
Ese es el requisito que deja fuera los trabajo de cuidados: al no ser
remunerados, no pueden entrar en el PIB.
El
indicador sí que tiene en cuenta la economía sumergida (porque supone un
intercambio monetario), que el PIB ya recoge al menos en parte: para elaborar
el indicador se tienen en cuenta varias estadísticas y entre ellas está la
Encuesta de Población Activa (EPA), que también incluye el empleo en negro.
Además, el dinero que generan las actividades sumergidas sigue fluyendo en el
sistema: una persona que recibe 400 euros en negro por hacer chapuzas gasta ese
dinero en pagar facturas o en hacer compras que sí se reflejan en el PIB.
Lo mismo
sucede con las actividades ilegales. "Están las actividades informales,
como por ejemplo quien da clases particulares en su casa, y las actividades
ilegales, como el tráfico de drogas. Ninguna se contabiliza como tal, pero
dejan rastros a través del consumo, del IVA...", explica el coordinador
del Instituto Flores de Lemus, José Domingo Roselló.
Con todo,
no hay una medición exacta de lo que la economía sumergida aporta al PIB.
Varias estimaciones la sitúan cerca del 20% del PIB, como los estudios del Parlamento Europeo o del economista
Friedrich Schneider, uno de los mayores expertos en la materia. Es decir, del
billón de euros que supone el PIB, 200.000 millones procedería de las
actividades en negro.
La novedad
es que ahora no solo dejarán esos rastros indirectos, sino que la prostitución
y las drogas se contabilizarán de forma directa: sus flujos monetarios se
incluirán en los epígrafes que detallan los sueldos y salarios y los beneficios
empresariales. ¿Cómo? A través de datos que ofrezca la Policía, ONG o
patronales de clubes de alterne.
Para la
investigadora del Instituto de Estudios Fiscales María Pazos, incluir el
tráfico de drogas y la prostitución implica "dar carta de naturaleza"
a estas actividades: "Tal y como se mide la actividad económica es
inevitable que parte de ese dinero que se contabilice proceda de actividades en
negro o ilegales. Ahora bien, una cosa es medir, porque todas las mediciones
pueden servir para profundizar en esos fenómenos, y otra cosa es incluirlos
específicamente en el PIB".
La
catedrática de Economía de la Universidad Pablo de Olavide y especialista en
estudios de género, Lina Gálvez, ve detrás de este cambio una clara intencionalidad política: darle un empujón al PIB en
plena crisis al mismo tiempo que disminuye los porcentajes de deuda. "Si
la base del PIB es más grande, la deuda será más baja. Son actividades que
mueven mucho dinero", dice.
Se supone
que las actividades ilegales añadirán nada menos que 10.000 millones de euros al PIB, según los cálculos de
varios expertos. Se sumará al aumento que ocasionarán otros cambios, como una
nueva forma de media el I+D+i o la producción de armamento, que podrían aportar
otros 10.000 millones.
Algunas
economistas como la propia Gálvez reclaman nuevos indicadores capaces de medir,
no solo el crecimiento, sino también el bienestar y el impacto de algunas
actividades cotidianas. Esta catedrática lo resume así: "Un indicador es
una convención. Hace falta un indicador riguroso que se asuma de forma
universal y que mida el bienestar de las personas. Por ejemplo, si hay un
incendio y se queman miles de hectáres, el PIB puede subir debido a toda la
actividad que se genera en torno a la extinción y recuperación de esa zona. Es
decir, deja fuera el impacto de algunas actividades sobre el medio ambiente o
el de las tareas de cuidados que se producen en la esfera privada y permiten la
sostenibilidad de la vida".
Impacto de
los cuidados en el PIB
Un equipo
de investigación de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla y del Instituto
Andaluz de la Mujer llevó a cabo un estudio para medir el impacto económico del trabajo
doméstico y de cuidados en la economía. El trabajo doméstico sin
remunerar representaría en Andalucía 167.500 millones de euros, una cifra que
supera el PIB de la comunidad, estimado en 140.000 millones de euros. El 62,5%
de esa riqueza está producida por mujeres: cada andaluza realiza cada año
trabajo gratuito por valor de 30.237 euros, el doble de lo generado por un
hombre, de 18.822 euros.
"Era
una forma de poner en valor este trabajo y de reivindicar indicadores que lo
tengan en cuenta. Lo que hicimos fue tomar como base las horas de trabajo no
remunerado y multiplicarlas por el salario hora de un trabajador generalista.
Eso no quiere decir que si esas actividades se mercantilizaran tendrían ese
valor, habría algunas que más y otras que menos", explica Lina Gálvez,
directora de la investigación.
Tanto
Gálvez como Pazos destacan, además, el incremento que sí podría experimentar el
PIB si parte de esas tareas no remuneradas pasaran de la esfera privada a la
pública, por ejemplo, a través de escuelas infantiles o servicios a la
dependencia: "Lo que hay que hacer es emerger ese trabajo", señala
Pazos.
Fuente: www.eldiario.es

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