A sus 73 años se ha convertido en el gran
rostro de la indignación local y asegura que le queda «cuerda para rato»
A
Coruña 18 de febrero de 2013 05:00
Nicanor
Acosta confiesa que vive «instalado en la perplejidad». Ve tanta injusticia a
su alrededor que no lo duda: «La situación actual es verdaderamente
escandalosa». Ello no lo paraliza. Todo lo contrario: «Tengo que estar ayudando
en lo que pueda. Y lo voy a seguir haciendo. Rara vez me tomo un día libre». Su
labor incluye desde los afectados de las preferentes a los desahucios, pasando
por los inmigrantes. Todos cuentan con el respaldo de Nicanor.
A sus 73
años, este exsacerdote no tiene pensando dar ni un paso atrás. «Me queda cuerda
para rato», asegura. Convertido en uno de los rostros más conocidos del
activismo social en A Coruña, sostiene que esas concentraciones de causas
aparentemente perdidas sirven. Y de mucho: «Es una visibilidad de cara a la
ciudadanía, pedagogía que se hace en plena calle. Esto se pega y fortalece al
ciudadano. Da poder. Y eso es muy importante».
Sabe de lo
que habla. No es precisamente un recién llegado. De hecho, su lucha en pos de
la justicia le llevó en dos ocasiones a la cárcel. «Fue en el franquismo
-recuerda-. Yo era cura en la iglesia de San Jorge. Vigilaban mi actividad
pastoral. La gota que colmó el vaso fue un documento sobre las torturas que
circulaba por todo el país. Yo hice una asamblea con un grupo de curas que
pensé que podían entenderlo. Además, lanzamos unas octavillas pidiendo libertad
sindical».
El resultado
fue el previsible. Nicanor acabó entre rejas. «En el trullo», apunta empleando
una jerga impropia, en teoría, de su edad. Se ríe como quien comete una
travesura y continúa rememorando: «Primero estuve menos de un mes, pero luego
me mandaron al penal de Zamora casi un año. La experiencia me activó aún más.
Estar en contacto con gente tan comprometida me espabiló, me despertó».
Todo aquello
ocurrió en 1969. Ahora, en el 2013, hay otras cosas por las que luchar. Y
nuevas generaciones a las que adherirse. De todo el movimiento vinculado al 15-M,
Nicanor es el mayor. ¿El abuelo de los indignados? «No te creas -contesta-.
Ellos me tratan como un compañero más. No hacen distingos y yo tampoco los hago
con ellos. Me encuentro muy a gusto y aprendo cada día algo nuevo de ellos».
Frente a los que sostienen que el 15-M coruñés pasó a la historia con el
desmantelamiento del campamento del Obelisco, Nicanor opina todo lo contrario:
«Hemos parado varios desahucios y también hemos logrados que paguen a mucha
gente en preferentes».
Desahucio de
Aurelia Rey
Hoy la
agenda de Nicanor tiene un nombre, Aurelia Rey, y una dirección, Padre Feijoo.
Allí estará junto a la plataforma Stop Desahucios. Intentarán impedir que el
desahucio de esta mujer de 85 que no pagó un mes de alquiler se lleve a cabo.
No estará solo, todos los partidos de la oposición municipal han anunciado que
intentarán parar el desahucio de Aurelia.
Fuente: www.lavozdeGalicia.es
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