Libertad de expresión
Día
22.08.12
Pasan cosas
tan lamentables en la política de nuestro país y del mundo entero y estamos tan
acostumbrados a que se dé a las protestas políticas otro calificativo para
poder así dictar sentencias punitivas, que el caso de las tres chicas,
integrantes del grupo Pussy Riot que parecía ir a convertirse en uno de
los juicios más movidos y peligrosos para el señor Putin, no han encontrado en
nuestro país demasiado eco. Afortunadamente existe la gente joven, esos que los
conservadores de todo el mundo descalifican sistemáticamente porque no actúan
como ellos, que en las redes sociales ya se han ocupado de defender a las
chicas y de repetir hasta la saciedad el objetivo de un acto que no era más que
una protesta por la política dictatorial de Putin.
El pasado
mes de febrero tres chicas de las cinco que integran el grupo Pussy Riot,
Nadezhda Tolokónnikova de 22 años, Maria Alyokhina de 24 y Yekaterina
Samutsevich de 29, entraron con el rostro cubierto en la catedral ortodoxa de
Cristo Salvador de Moscú y organizaron un concierto espontáneo y una actuación
para denunciar el apoyo del patriarca Kirilde la Iglesia Ortodoxa a la campaña
electoral de Putin, que entonces era primer ministro, para volver al Kremlin.
Esta es la
realidad, pero hace un par de días en el juicio que tuvo lugar en Moscú donde
se las había mantenido en la cárcel durante seis meses, se condenó a las chicas
a dos años de cárcel tras ser halladas culpables del delito de "vandalismo
motivado por odio religioso" según la jueza Marina Syrova en un veredicto
recibido con múltiples protestas de simpatizantes del grupo y opositores al
presidente ruso, Vladimir Putin.
Las chicas
reconocieron que habían podido cometer un "error moral" pero negaron
que tuvieran odio religioso, dijeron que solo habían querido mostrarsu
disconformidad con el apoyo de la iglesia ortodoxa a Putin y a la misma
política de Putin y se declararon inocentes de los cargos de vandalismo de los
que se les acusaba. "Nunca dijimos nada para insultar a los creyentes, a
la Iglesia o a Dios", aseguró Tolokonnikova en un comunicado leído por los
abogados del grupo durante el juicio.
Recibieron
el apoyo de medio mundo aunque no sirvió de nada a la hora de ser condenadas,
ni siquiera los de Paul McCartney, Red Hot Chili Peppers, Björk, Patti Smith,
Madonna, Sting, Faith No More o Yoko Ono e inclusoGary Kasparov que asistió a
la manifestación convocada ante el tribunal de Moscú para solicitar la
absolución de las chicas y fue vapuleado por la policía como puede verse en un
vídeo que corre por la red.
También
entre los suyos han surgido miles de personas que las apoyan como la joven de
22 años que se crucificó en la entrada de una iglesia de San Petersburgo para
protestar contra la persecución que está padeciendo Pussy Riot y otros
seguidores que lograron más de 34 mil firmas en una carta donde se pide que
sean liberadas "Las chicas no mataron a nadie, no actuaron con
violencia ni robaron", contó una sus fans. Y lo que no sabemos que
dijeran pero que vale la pena recordar, es el coraje y valentía demostrados por
esas chicas para protestar en un país como Rusia contra el apoyo que un Pope ha
dado a la dictatorial política de Putin.
Es
impresionante que para poder condenarlas y aunque estaba claro, porque así lo
decían las canciones y lo declararon los testigos, que era un acto político
contra Putin en el que tres ciudadanas utilizaron el derecho a la crítica, y a
la manifestación de sus ideas que, como todo el mundo sabe y los rusos por poco
tiempo que lleven en democracia también deberían saber, que la libertad de
expresión está refrendada por la democracia misma. Pero no cuando la religión
tiene la palabra. Y aunque los rusos llevaron cincuenta años siendo un país
laico, al parecer la religión ha renacido con más furor que nunca, y aunque los
popes o sacerdotes o lo que sea de esta Catedral hayan proclamado a los cuatro
vientos que ellos las han perdonado, la justicia rusa no puede dejar de
referirse al hecho religioso para tener segura la condena de las chicas.
¿Odio
religioso? ¿Y qué si lo tuvieran? ¿Vandalismo por cantar en el presbiterio de
la Catedral? ¿No lo hacen todos los curas que quieren modernizarse para
acercarse a los fieles?
Las
religiones tienen el poder porque se lo dan los gobernantes, tanto en Rusia
como en España como en la mayoría de los países occidentales. En los orientales
no siempre lo tienen aunque les es más fácil entrar y permanecer en el corazón
de los hombres y mujeres que a los dioses occidentales, pero esta ya es otra
historia.
Lo cierto de
la historia de hoy es que del mismo modo que la economía, aunque sea la
bastarda economía de las estafas, va por delante de de los servicios sociales
de la población; del mismo modo que las estrategias electorales o incluso
personales de los políticos pasan por delante de la ideología, también es
cierto que la iglesia, sea cual sea ella misma y sean cuales sean sus
creencias, va por delante de la democracia no solo en la imposición de sus
verdades pseudo científicas que pronto o tarde se demuestran falsas sino, como
en este caso, para aplastar con su presencia uno de los derechos fundamentales
que creíamos tener los humanos que vivimos en países democráticos, el derecho a
la libertad de expresión.
ROSA REGÀS
Fuente: http://www.elmundo.es

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