LA DEVALUACIÓNDEL DÓLAR Y LA NUEVA GUERRA DE DIVISAS
Artículos de
Opinión | Marco Antonio Moreno | 20-09-2012 |
El anunciado
plan de la Fed para reactivar la economía de Estados Unidos que comentábamos ayer no sólo es una medida
desesperada sino que también es un arma de doble filo. Las devaluaciones competitivas son siempre una estrategia
de lucha contra la crisis en los momentos de contracción económica que
benefician al país que la aplica y hacen daño a los socios comerciales. Su
objetivo básico es abaratar las exportaciones y encarecer las importaciones
para mejorar el saldo de la balanza comercial y disminuir la deuda.
En rigor, esto es lo que podrían hacer Grecia, Italia y España si fueran países con una moneda soberana. Pero su anclaje al euro se los impide. Y pese a que al devaluar el dracma, la lira o la peseta, se generaría una importante recuperación económica en estos países, es la obediencia a los dictados de la UE lo que los hunde más en el pantano. Son los costos de endosar la soberanía monetaria al hipotético Estados Unidos de Europa, algo que los Estados Unidos de América si poseen. Y a la luz de los interesantes comentarios sobre la reciente acción de la Fed, va esta reflexión sobre los alcances de mediano plazo que puede tener la nueva devaluación del dólar.
En rigor, esto es lo que podrían hacer Grecia, Italia y España si fueran países con una moneda soberana. Pero su anclaje al euro se los impide. Y pese a que al devaluar el dracma, la lira o la peseta, se generaría una importante recuperación económica en estos países, es la obediencia a los dictados de la UE lo que los hunde más en el pantano. Son los costos de endosar la soberanía monetaria al hipotético Estados Unidos de Europa, algo que los Estados Unidos de América si poseen. Y a la luz de los interesantes comentarios sobre la reciente acción de la Fed, va esta reflexión sobre los alcances de mediano plazo que puede tener la nueva devaluación del dólar.
Una
devaluación siempre tiende a abaratar las exportaciones, encarecer las
importaciones y fortalecer el mercado interno, lo que implica una mayor demanda
y un aumento en el empleo. En este caso la acción de la Fed responde plenamente
a la idea de un plan de estímulo. Si Grecia, España o Italia pudieran abaratar
sus exportaciones al resto del mundo, sin duda que las economías de estos
países experimentarían una recuperación vigorosa. Como han renunciado a su
soberanía monetaria esta posibilidad no existe.
Estados
Unidos, sin embargo, es un país que cuenta con una moneda soberana y la
devaluación le ayuda en su objetivo de estimular la economía. Para este país,
una disminución en el valor de la divisa no sólo puede impulsar las
exportaciones y el mercado interno (y mejorar la situación del empleo) sino que
además le ayuda a licuar la deuda con el resto del mundo dado que ésta, en
gran parte, está en dólares. Por ello los países tenedores de dólares como
China, Japón o Brasil se verán afectados por una disminución en el valor de sus
reservas en dólares.
Un juego de
casino para generar inflación
Pero esta
devaluación del dólar debemos también verla como un juego de casino en el cual
Estados Unidos traslada la crisis a sus socios comerciales, con los peligros de
que esta vez los socios comerciales no están en condiciones de absorber una
crisis dado que ya tienen una muy profunda en sus narices. De ahí que esta
nueva devaluación del dólar sea una pésima noticia para los países europeos. Lo
último que necesita Europa en estos momentos es un euro fuerte. Además, el
proceso de una moneda fuerte siempre está ligado a la especulación financiera y
la creación de burbujas como podemos apreciar en la apreciación del euro desde
octubre de 2000 a abril de 2008 (ver gráfica).
Esta nueva
devaluación del dólar aspira también a otro ansiado tema monetario que es el de
generar inflación para crear las condiciones del necesario impulso al alza
de la tasa de interés. Con tasas de interés reales en torno a cero y
viviendo en plena trampa de liquidez, la economía está empantanada en un curso
deflacionario donde se postergan las decisiones de consumo e inversiòn dado que
comprar o invertir mañana será más rentable y barato que comprar o invertir
hoy. Si se genera un impulso inflacionario del orden del 4% 5 por ciento, las decisiones
de consumo e inversión se adelantan para el presente dado que el presente “se
hace más barato”.
Como he
señalado en otros artículos, la trampa de los precios fijos y
las metas anti-inflacionarias de los bancos centrales alentaron la especulación
y las burbujas en otros mercados como el inmobiliario y la renta variable. Un
proceso que se convirtió en una verdadera trampa de liquidez con el trauma
deflacionario de la post-crisis. La manera de inyectar dinamismo a la economía
y aumentar el consumo y el empleo pasa por un retorno de las expectativas
inflacionarias.
Esta receta
encierra muchos de los peligros advertidos en el post anterior. Desde la guerra
de divisas que puede declarar el BCE al desplegar un arsenal monetario de
grandes proporciones, o las acciones devaluatorias que pueden emprender también
los países asiáticos, de los cuales ya se ha pronunciado China y Japón.
Recordemos además las críticas que se hace siempre a China “por manipular el
yuan” cuando Estados Unidos hace lo mismo.
La
diferencia de la actual devaluación frente a otros episodios devaluatorios es
que hoy todo el mundo está en crisis y cada país quiere tener la ventaja del
dinero barato para superar sus problemas. Es una guerra de divisas en la cual
nadie está a salvo. Y es un serio peligro para los países europeos dado que un
euro fuerte es la mayor amenaza para Alemania. Y si el núcleo europeo se ve
afectado con mayor razón lo serán los países de la periferia.
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