"Nos
decían que la técnica de tortura conocida como el submarino era realmente
efectiva, y "que no era tortura"
Miércoles, 11 de febrero de 2015
La tortura era una política de Estado de EEUU, dijo en una entrevista
el ex agente de la CIA John Kiriakou, condenado a prisión por sacar a la luz el
programa de torturas de George W. Bush.
La tortura era una política de Estado de EEUU, dijo en una entrevista con la revista Sputnik el ex agente de la CIA John Kiriakou, condenado a prisión por sacar a la luz el programa de torturas de George W. Bush. "La CIA no torturaba por iniciativa propia, sino que la tortura era una política de Estado oficial", confesó.
La tortura era una política de Estado de EEUU, dijo en una entrevista con la revista Sputnik el ex agente de la CIA John Kiriakou, condenado a prisión por sacar a la luz el programa de torturas de George W. Bush. "La CIA no torturaba por iniciativa propia, sino que la tortura era una política de Estado oficial", confesó.
Kiriakou, que salió
recientemente en libertad tras pasar dos años en prisión por una condena bajo
la Ley de Espionaje, criticó en su primera entrevista la falta de protección a los
que se atreven denunciarlo.
El ex agente se considera sobre todo un
patriota. Esto fue lo que lo llevó a estudiar árabe, interiorizar la amenaza
del terrorismo y unirse a la CIA. Recibió varias medallas por su trabajo,
incluyendo la Medalla al Servicio Antiterrorista y la Medalla de Honor al Mérito
del Departamento de Estado.
Sin embargo, su sentido de patriotismo
fue lo que lo impulsó también a revelar lo que llegó a ver como "crímenes
de lesa humanidad" cometidos por su Gobierno.
"No hay protección para quienes denuncian las torturas", dice ex agente de la CIA
"No hay protección para quienes denuncian las torturas", dice ex agente de la CIA
"Nos decían que (la técnica de
tortura conocida como) el submarino era realmente efectiva, que no era tortura
y que gracias a esto podíamos obtener información valiosa", dijo.
"Yo lo creía. Todos lo creían".
Confesó que "a los pocos años
nos dimos cuenta que esto no es así". "La agencia nos había mentido.
La tortura no le servía al país, no era una política coherente. Fue un error
desde el principio", afirmó.
Luego de las primeras filtraciones sobre
casos de tortura, resultó cada vez más claro que el programa no estaba dando
los resultados esperados. El gobierno de Bush en su defensa culpó a la agencia,
diciendo que las torturas eran cometidas por "agentes sin
escrúpulos".
"Como alguien que había servido fielmente a
la CIA, me sentí muy ofendido por la mentira pública emitida por la Casa
Blanca", dijo. Su decisión de ir a la prensa y difundir que
"la CIA no torturaba por iniciativa propia, sino que la tortura era una
política de Estado oficial" cambió su vida de la noche a la
mañana. Fue despedido, sus amigos se alejaron de él y el FBI comenzó a
investigarlo. Después, fue acusado de violar la Ley de Espionaje.
Denunciantes desprotegidos
No hay protección para
agentes de inteligencia que denuncian crímenes cometidos por agencias
gubernamentales, aseguró Kiriaku. "Si formas parte de los
servicios de inteligencia, no hay protección alguna. Tienes que pensártelo bien
antes de publicar este tipo de información porque tu vida cambiará radicalmente
si lo haces", advirtió.
Muchos cuestionaron por qué Kiriakou
no usó los canales internos de denuncia o por qué no acudió a miembros del
Congreso para informarles sobre lo que sucedía. Kiriakou insiste en que intentó
"informar a sus superiores", pero esos canales internos
estaban cerrados.
"Supongamos que
encuentras evidencia de tortura y acudes a tu superior; él forma parte de ese
programa de torturas", explicó Kiriako. "Acudes a su superior, pero
fue él mismo el que ordenó el programa de tortura. Acudes al consejo general y
ellos fueron quienes aprobaron el programa. Vas a los comités; todos fueron
puestos al tanto y no levantaron ninguna objeción. ¿Adónde más se puede acudir?
Lo único que queda es la prensa", sentenció.
En 2012, el presidente de EEUU Barack
Obama comenzó a tomar medidas para cumplir su promesa de campaña de proteger a
denunciantes en el gobierno federal. Se abrieron canales nuevos para que
funcionarios que vean algo extraño "lo denuncien". Sin
embargo, estas reglas no se aplican para los miembros de los servicios de
inteligencia.
Un martillo para intimidar
Kiriakou también denunció
que el Gobierno usa la ley de Espionaje "como un martillo" para
intimidar y obligar a declararse culpable". "La Ley de
Espionaje se ratificó en 1917 para detener a saboteadores alemanes. Es
anacrónica. No se pensó para enjuiciar a personas que revelen información a la
prensa, sino que para castigar a quienes cometan traición contra EEUU vendiendo
información secreta para beneficio propio", subrayó.
Además, señala que la práctica del
Estado de acumular cargos se emplea para obligar a los acusados a aceptar
acuerdos extrajudiciales. Kiriakou cita un estudio de ProPublica
que indica que más del 90% de los acusados a nivel federal nunca llevan su caso
a juicio porque aceptan acuerdos. En su caso parcicular, Kiriakou enfrentaba a
tal número de acusaciones que se vio obligado a aceptar la oferta de la
fiscalía.
"Hay un problema en
el sistema judicial estadounidense. Lo que hizo el Departamento de Justicia fue
acumular tantos cargos, que terminé arriesgándome 45 años de cárcel por hablar
con la prensa", dijo Kiriaku. "Habría pasado el resto de mi
vida en la cárcel, y luego la fiscalía te dice "o si quieres, puedes
aceptar nuestra oferta, te declaras culpable de un solo crimen y pasas solo dos
años en la cárcel".
El exfuncionario de la CIA
salió en libertad el 4 de febrero pasado luego de estar dos años y medio en
prisión. Fue quien sonó la alarma y expuso a la luz pública el programa de
torturas en el marco de la Guerra contra el Terrorismo de George W. Bush.
Fue sentenciado a 30 meses de prisión en 2013 y se declaró culpable de confirmar a la prensa la identidad de un oficial encubierto, aunque el periodista no publicó esta información.
Fue sentenciado a 30 meses de prisión en 2013 y se declaró culpable de confirmar a la prensa la identidad de un oficial encubierto, aunque el periodista no publicó esta información.
Sus partidarios insisten que el gobierno de Obama buscó hacer de
Kiriaku un ejemplo en su lucha contra denunciantes de crímenes del Estado y que
el castigo fue injusto. Kiriaku fue el primer funcionario de la CIA que
confirmó públicamente el uso por parte del gobierno de Bush de la técnica de
tortura conocida como submarino.
Larry Downing
Fuente: www.canarias-semanal.org
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