lunes, 23 de febrero de 2015

URGE UN PLAN DE RESCATE PARA ALEMANIA



nuevatribuna.es |Emilio Jurado | 22 Febrero 2015 - 19:47 h.

Así es, tal como se dice en la cabecera de esta columna. Es necesario que entre todos los europeos y algunos allende el continente, elaboremos un plan de urgencia para rescatar a Alemania del triste agujero en el que solita se ha metido, pero a todos nos tiene pendientes.
Y habríamos de hacerlo por razones de distinto orden. En primer lugar por solidaridad, si por esa razón que parece han sido incapaces de articular en el conjunto de sus intereses particulares los propios alemanes. En segundo lugar por razones de sentido común y aversión al ridículo que la UE está haciendo frente al resto de los bloques económicos. Y en tercer lugar por razones de eficacia, ahora sí, para el conjunto de los pueblos europeos coaligados en el proyecto Europa.
La posición alemana y su obsesión por la austeridad sufre tal descrédito y está tan colmada de datos, opiniones y evidencias de su inutilidad, que lejos de desactivarla la convierte en un arma peligrosa...

Se trata de elaborar un plan que en esencia es algo así como poner un puente de plata a enemigo que huye. Porque Alemania está en retirada, aunque se obstinen y simulen que no lo hacen, que prefieren enmascarar esa retirada en la nebulosa del calamar para que lo que parece claro y meridiano para todo el mundo se emborrone y oscurezca en la ilusión de que no se entienda como retirada sino operación de cálculo. La posición alemana y su obsesión por la austeridad sufre tal descrédito y está tan colmada de datos, opiniones y evidencias de su inutilidad, que lejos de desactivarla la convierte en un arma peligrosa. La austeridad para los alemanes es su cinturón explosivo y si no les damos una vía de escape son capaces de inmolarse con él y llevarnos a todos, o a muchos, por delante de la mano de su fundamentalismo. Por ello, ya digo, que con urgencia necesitamos un plan que desactive las raíces de su extremismo.
La clave principal del plan reside gestionar el proverbial sentido ególatra de los centroeuropeos.  Deuschalnd über alles (Alemania sobre todos) no es la estrofa principal de su himno por una cuestión estética o de ritmo. Es una llamada tímbrica al muy acentuado  carácter teutón que les convierte en vecinos incómodos, aunque también en sesudos, pragmáticos y perseverantes. Pero no estamos aquí para tratar la cuestión alemana, sino para pinchar el potencial absurdamente pernicioso de la actitud alemana que  tras una toma de decisión equivocada, en manos de sesudos y contumaces alemanes, puede llevarnos a todos al desastre. La reserva Federal de USA, el FMI, la OCDE, el G-20, los bancos centrales de países no euro, las escuelas y universidades de todo el planeta…en fin todo aquel que debería tener una opinión formada sobre las políticas económicas reniegan de la austeridad o al menos han renunciado a establecer relación alguna entre austeridad fiscal y recortes estructurales con crecimiento y por ende equilibrio en las cuentas. Obsérvese que ni siquiera estamos mencionando cuestiones morales como la desigualdad o la marginación de colectivos sociales marcados por su pobreza galopante y su desconexión con las redes sociales de protección en materia de salud o de educación, si no de racionalidad económica. 
La austeridad para los alemanes es su cinturón explosivo y si no les damos una vía de escape son capaces de inmolarse con él y llevarnos a todos, o a muchos, por delante de la mano de su fundamentalismo

Este varapalo, difícil de aceptar por nadie, mucho menos lo es para un grupo de personas cultivadas en la convicción de que quien rige los destinos de tan gran país, no puede errar y que ya demostraron en su momento que la austeridad permitía restaurar la división de la gran Alemania. Como comprenderás amigo lector, si este grupo de dirigentes son incapaces de relacionar la superación de su división con el esfuerzo y la solidaridad de todos los europeos, nos encontramos de verdad frente a un grupo de botarates engreídos, altamente peligrosos dada su desconexión con la realidad.
Por eso es tan importante tener un plan para rescatar a Alemania de su megalomanía y de las manos de su grupo  talibán fortalecidos entre los muros del Buba (banco central alemán) y su prolongación en el BCE. 
Parece que mucha gente comienza a ser consciente de esta espinosa cuestión: Cómo hacer que la irrenunciable marcha atrás de los dirigentes alemanes no lo parezca, al menos ante los ojos de sus orgullosos conciudadanos y la de sus corifeos perritos falderos en Irlanda, España y Portugal








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