Arturo González
02 feb 2015
Me da vergüenza haber votado varias veces al PSOE a lo largo
de estos casi cuarenta años. Claro que nunca había llegado a tal grado de
degeneración como ahora con el señor Sánchez, que ayer firmó un pacto
antiterrorista presionado por Rajoy y que supone el consentimiento a la cadena
perpetua por muy revisable que sea y diga el Código Penal, aprobado en
solitario por el Partido Popular, y tras veinticinco o treinta años de prisión.
¡El Partido Socialista Obrero Español firmando cadena perpetua contra el
espíritu y la letra de la Constitución! Por mucho también que este señor
Sánchez diga que la suprimirán si llegan al poder. Que no llegarán ni la
eliminarían. El grado de credibilidad del PSOE es cero. Que nunca más el PSOE
me hable de la defensa de las libertades y los derechos humanos. El señor
Sánchez se ha convertido en un títere de Rajoy y una burla de la representación
de la izquierda. Efectivamente tenían razón quienes sostienen que PP y PSOE la
misma mierda son. Por no generalizar, yo al menos nunca más les creeré en nada.
Me repele su falsedad, su ambigüedad interesada y su acercamiento a las
posturas más reaccionarias y comerciales. Por un puñado de votos y por una
tonelada de vanidad y torticero sentido de Estado, el PSOE ha caído en la
abyección, aunque la mano dura y los bajos instintos le resultasen rentables
electoralmente. Sería lícito pensar que, si hiciera falta, firmarían medidas
durísimas contra la inmigración.
Y encima se produce la paradoja de que es muy posible que
este partido sea el fiel de la balanza que incline el poder hacia la derecha o
hacia la decencia. Aunque en un juego fatuo de niños el señor Sánchez crea que va
a ser Presidente del Gobierno, lo cual se nota que le pirra. Afortunadamente no
lo será. Reúne todos los defectos de la derecha y carece de todas las virtudes
de la izquierda, a la que, cómicamente, dice representar. El PSOE se ha
convertido en una ameba, una plaga, una desgracia para la sociedad española. En
Andalucía lo veremos hacia dónde se inclina como socio necesario. Ni siquiera
son capaces de afrontar con seriedad, autocrítica y asunción de
responsabilidades los escándalos de los ERE y los cursos de formación. El PSOE
es tan corrupto como el PP.
Ni en lo económico serian deseables, creíbles. Es esclavo de
la troika y de los poderes financieros, y haría lo que le mandasen con la misma
sumisión que el PP. ¡Qué asco de PSOE, qué pena de PSOE! Han desprestigiado,
asesinado, su historia. Este señor Sánchez es una broma macabra de la política
española. Va de simpático y de pretendido progre o progresista. La ignominia de
la cadena perpetua le perseguirá perpetuamente. Ayer lo tuvo a huevo para no
firmar. Pero firmó y definitivamente se ahorcó. No existe nada más grotesco que
creerse un hombre de Estado sin serlo ni en su mínima expresión. Ya solo le
votarán los despistados, los ignorantes y sus fanáticos. Vergüenza de PSOE.
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