Artículos de
Opinión | Varios | 09-03-2013 |
Mar ya no tenía
miedo. El temor era sutil y fugaz, sólo por la posibilidad
de volver a los momentos en los que no le pertenecían sus temores. Pero
siempre, cuando entraba en una cueva, se adentraba mientras se acariciaba al
vientre de la Montaña, donde sabía que si quería expresarse, la
escuchaban:
- Aquí estás segura, puedes explicármelo – dijo
resonando una voz familiar.
Mar no tenía
tiempo que perder. Tuvo la certeza del tiempo del sí, y arrancó a
comunicarse desde la voz de una realidad que no le pertenecía sólo a ella:
- Estamos rehaciendo el hogar. Te lo digo con la
firmeza y la confianza de la coherencia. Nos estábamos descuidando de poner
leña al fuego, y los palos no nos dejaban de caer. Muchas compañeras pensaban
que las pisarían si salían del camino trazado y por ese motivo bajaban la
mirada.
Ahora hemos aprendido, caminamos libres, y nos hemos
comprometido a construir juntas. Continuamos por el sendero que ya pocas
dignamente caminaban: hacia la liberación y la reconstrucción de las
condiciones de nuestra existencia como sujeto colectivo. Lo llamamos Revolución Integral, y sabemos que
te gustará.
La voz de la Montaña pronunció un
largo silencio al tiempo que hacía memoria de todas las veces en que a lo largo
la historia había visto florecer procesos revolucionarios. Recordó las
revoluciones manipuladas, las que no cambiaron nada; las que no eran
revoluciones. Pero, también, recordaba las florecillas rebeldes, las más
dignas, las más puras; aquellas que nunca han dejado de resistir y batallar por
la descolonización. Las originarias que conservan en la sabiduría de sus
pueblos la receta del vivir bien, no del bienestar individual, sino del
convivir con abundancia de lo que es fundamental, en el fluir de los
sentimientos y de la vida alegre.
Lo comprendió de repente: la semilla de esta
Revolución germinará reforzada por las capacidades de aquellas que le dan el
agua y la luz; la capacidad de vincularse con el entorno y recuperar los
saberes ancestrales.
Ella, la Montaña, se comprometió a aportar la Tierra
donde hacer crecer la Revolución Integral.
- Una nueva revolución, ¡Qué emocionante! ¿Y qué más
necesitáis? – Respondió animada la voz de la Montaña.
- Lo que de verdad necesitamos lo tenemos claro.
También lo que no. No necesitamos todo aquello que desde la manipulación
mediática nos han dicho que tenemos que desear. No necesitamos que ningún
Estado nos diga cuáles son las prioridades, porque no lo serán si no vienen de
nuestros consensos.
Necesitamos únicamente dar más pasos firmes para autogestionar
en colectivo lo que nos permita abastecernos de lo que de verdad hace
falta: saludes, educaciones, energías, hogares …, justícias.
- Por fín – respondió la voz de la Montaña
aliviada-, ya dudaba de si seríais suficientemente valientes para dar este
paso. Pero, esto que estáis haciendo es complejo. Os hará falta gente con
experiencia y estudios, también hace falta dinero, porque aún vuestro mundo
funciona con esos papelitos perversos… ¿Tenéis autorizaciones, permisos y
subvenciones? ¿Quien os ayudará?
- Nosotras mismas. Esta vez es diferente. Precisamente
queríamos hablarte de esto: no pediremos permiso para ser libres. No hay autoridad legítima más allá de la propia conciencia. Cuando
prescinden de nuestras maneras, sólo nos queda desobedecer.
En este punto nos mantendremos firmes, ya nunca
acataremos lo que nos limita en la construcción del mundo nuevo que llevamos
dentro: una nueva sociedad donde todas tenemos voz y oportunidad de acción;
también tú. Te lo explicamos para que hagas radiar el apoyo a la Desobediencia Integral.
Hubiera preferido poder ver los ojos de la Montaña
para explicarle esta parte, pero Mar se dio cuenta que era lo mismo que
mirarse a sí misma y vivir, a través de sus propios ojos, los acuerdos que
habían tomado. Más concisa y calmada, continuó:
- Rompemos de raíz el contrato social con los estados
y el mundo financiero. Creamos un nuevo contrato social basado en la
proximidad, el apoyo mutuo y la confianza entre cada una de nosotras y las
comunidades a las que nos sentimos vinculadas. Este es el gran plan: no hay
gran plan. Esto no va de teorizar e imponer, tampoco hay que salir a la calle
hasta agotarnos. Podemos ir más allá, podemos desobedecer cualquier autoridad
ajena. Podemos transformar nuestras relaciones humanas y dejar de aceptar
discriminaciones y enjuiciamientos.
- Me llegan hasta el fondo tus palabras sinceras
mientras vuelven una y otra vez por el eco de esta cueva. Sólo me preocupa una
parte, no penséis que desconfío de vuestras intenciones, pero temo que vuelva a
no haber justicia. Llevo toda la Vida observándoos atenta, y en todos
los calendarios y geografías, os habéis sometido al yugo por no ser capaces
vosotras mismas de equilibrar las balanzas. Además, no os dejarán en paz,
querrán atacaros, encarcelaros …
La voz empezaba a temblar, un nudo ahogaba estas
palabras y empezó a preocuparse, como se preocupa cualquier madre … Al mismo
tiempo, era consecuente, sabía que Mar era una mujer libre, de las
que conservan vivo el espíritu de justa rebelión que la educación paternalista
no ha podido obstruir, culpabilizar y sancionar.
La Montaña rompió la objetividad con la que
habitualmente hablaba y se posicionó claramente en contra de la falsa
democracia que institucionaliza la injusticia, es un tema que le toca de cerca,
ya que cada día ve como son perseguidas aquellas que la defienden y la cuidan.
- Las leyes no son más que papel mojado que contradice
con impunidad a quienes las dictan y ejecutan. EL Estado paternalista se
plantea mejoraos la vida y no hace más que enturbiárosla con un asistencialismo
caduco a la par que ineficiente; mantenéis a los que dicen deber al pueblo su
existencia y en realidad le atentan en contra. ¿Cómo lo habéis permitido
durante tanto tiempo?
La mal llamada justícia es uno de los poderes
opresores corruptos, que se encubren mutuamente para obedecer a la destrucción
y mostrar un espejusmo de independencia y equidad que ya no hay quién se crea
Los que están en el poder, ya sea político, financiero o judicial, no son
juzgados. En cambio se acosa a quienes denuncian públicamente las injusticias y
se trata de cortar las alas y penalizar a las activistas sociales que tratan de
reequilibrar las injusticias.
- Como tú, lo sufrimos de primera mano, por eso mismo
no les damos legitimidad para juzgarnos. Por eso mismo desobedecemos sus leyes
y tiramos adelante con propuestas que no necesitan el beneplácito de los
estamentos oficiales: propuestas de acciones directas del pueblo y para
el pueblo.
Con una mirada más profunda y un tono de voz más vivo,
Mar añadió:
- Todo esto que te digo tiene un objetivo que va mucho
más allá de cubrir las carencias de los estados … Queremos una nueva
construcción social del derecho y los acuerdos de convivencia que
vivencialmente surjan de nosotras. Al contrario de lo que ocurre en las
actuales democracias capitalistas, donde las normas son fruto de la burda
reforma de épocas anteriores más oscuras.
No iremos al ritmo de ese paso lento y manipulado, no
se trata de pedir cambios insustanciales, se trata de la coherencia de
resolver los conflictos a nuestra manera, desde la democracia de las asambleas
horizontales entre personas que se miran, se tocan y se huelen.
Las personas afectadas participan en la resolución de los conflictos y vamos generando el consenso, hasta llegar a un acuerdo que todas las partes aprueben.
Las personas afectadas participan en la resolución de los conflictos y vamos generando el consenso, hasta llegar a un acuerdo que todas las partes aprueben.
El sistema de justicia que planteamos se basa en que
los colectivos humanos nos acogemos y participamos activamente de la
continua definición de nuestros derechos y deberes, afines a los principios y
recursos que nos unen.
- ¿Cuántas sois ya? Veo el crecimiento cualitativo que
estáis haciendo, pero no el cuantitativo. Sabes que nunca he dudado de que unas
pocas personas pueden cambiar el mundo y por ello os doy todo mi apoyo. Espero
que muchas más estén a vuestro lado y se sumen, desde sus luchas y a su manera.
- Hasta ahora éramos pocas, pero encontramos en todas
partes rebeldes que, si es necesario, no obedecerán las leyes; más cuando
conocen los intereses de control que las promueven y desconfían de las
intenciones de los que las dictan; más cuando son personas que se sienten
capaces de crear y convivir.
En este sentido, remarcamos como una dimensión
importante de la Revolución Integral, los radios de apoyo y protección para aquellas que sientan que deben
desobedecer para llevar a la práctica su voluntad profunda de emancipación.
Las palabras acompañaron a Mar por el canal de
salida de la cueva
Declarada ya en alegre y constructiva rebeldía, no se
escondería nunca y dejaría volar al mundo miles de llamadas como esta:
La cueva se contrajo, el ojo de luz se dilató, y
Mar volvió al mundo.
A todas las
mujeres que han parido la Marea de la Revolución
Firman: Mujeres
Comprometidas, Resistentes, Enredadas, Austeras, Revoucionarias, Activistas,
Desobedientes, Integrales, Creadoras, Activas, Libres, Soñadoras
8 de marzo de 2013
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