domingo, 31 de marzo de 2013

DE LA MANTILLA DE ‘COLLARES’, A LA PEINETA DE COSPEDAL, O EL REVIVAL DE LA ESPAÑA CAÑI


Catalanas o vascas siempre se negaron a vestir esta prenda, reivindicada por la dictadura franquista y que en Semana Santa adquiere un decimonónico protagonismo
Cuando en la celebración toledana del Corpus Christi de 2011 apareció María Dolores Cospedal con peineta, mantilla, collar de auténticas perlas a juego con anillo y pendientes, nadie en Toledo daba crédito a lo que veían sus ojos: la que semanas después se convertiría en presidenta de Castilla-La Mancha, la secretaria general del Partido Popular, iba vestida con esas guisas decimonónicas que recordaban a otros tiempos donde la pandereta y la caspa identificaban al régimen franquista, o como mínimo ponían de manifiesto el conservadurismo “neocon” que se avecinaba en tierras de Don Quijote. Cospedal repitió “disfraz” en 2012; esta vez sin collar ostentoso, aunque de nada le sirvió desprenderse de la joya porque fue abucheada y pitada hasta la saciedad. Y eso que los toledanos mantienen un escrupuloso respeto en el desfile procesional del Corpus.
Peineta parodiada
Caracterización de Cospedal
Un atuendo poco acertado que fue muy parodiado por el descontento popular para reprochar a Cospedal sus salvajes recortes, “menos mantillas y más plantillas”, decían, o para recriminarle los suculentos sueldos públicos que durante años cobró la madrileña. La moda recuperada por la presidenta de Castilla-La Mancha de lucir copete nos retrae a otros momentos de la historia donde la mantilla y la peineta marcaron un hito. Pero no todas estas armazones y bastidores cabelludos son iguales, ni tampoco sus porteadoras están cortadas por el mismo patrón.
Peineta franquistaCarmen Polo
Así las cosas, además de las modelos de Solana y Zuloaga, que retrataron en sus lienzos la España lúgubre, pesimista y degradada, cuyas mujeres iban tocadas con esta parafernalia, tan venerada por la dictadura y la Iglesia, fue Carmen Polo, “La Collares” (sobrenombre adquirido por su pasión por las joyas que nunca pagaba), esposa del genocida Francisco Franco, la que impuso en la corte franquista la peineta y la mantilla. A partir del Viernes de Dolores, ninguna mujer osaba acudir al Pardo sin este atuendo, que representa la “dignidad, distinción, respeto y sufrimiento porque ¿cuánto han padecido las damas para lucirla?”, dice un modisto español, que mejor no mencionar.
Peineta borbónica
Peintetas borbónicas
La Casa Real tampoco se ha abstenido de lucir “palmito”, y desde la Reina a las Infantas, pasando por la Princesa de Asturias, todas han vestido en alguna ocasión peineta y mantilla, si bien es cierto que Doña Sofía exhibe otro porte distinto al mostrado por su antecesora y residente del Pardo. Pero es Elena, sin lugar a dudas, el moño genético de La Zarzuela por excelencia; verla lucir peineta nos recuerda a todos a sus antepasadas goyescas, inmersas siempre en infidelidades palaciegas.
Peineta aristocrática La duquesa de joven con mantilla
Pero claro, siempre ha habido clases, cuerpos y portes para llevar cualquier prenda. Por muy antigualla que sea, no es lo mismo una peineta en el penacho de la secretaria general del PP, que en el cabello aristocrático de la Duquesa de Feria. Naty Abascal, o la Condesa de Romanones, o la Duquesa de Alba, han nacido con estos complementos en sus cabezas, de ahí el mimetismo que adquieren estas ornamentaciones en sus tocados. Tal vez por eso, el modisto Lorenzo Caprile es muy claro en esta cuestión: “La mantilla, si se lleva bien, estiliza cualquier figura”.
Peineta folclórica
Lola Flores
Como no podía ser de otra forma, nuestra amplia galería de folclóricas, siempre acordes y fieles servidoras del régimen franquista, se unieron a la moda ahora recuperada por Cospedal, y no dudaron en poner sobre sus analfabetas cabezas todo tipo de peinetas y mantillas, popularizándolas en las tardes de toros donde los no menos colaboracionistas matadores brindaban sus astados a las reinas del “tablao”. Una de ellas brilló con luz propia: “La Faraona”, o si se quiere, La Lola (Flores) de España.
Peineta “PePera”
Rita Barberá y Luisa Fernanda Rudi
Y ya se sabe, si hablamos de toros, de folclore, de Santiago y cierra España, entones hablamos de destacadas lideresas del Partido Popular que tampoco han dudado un momento en imbuirse en esta filosofía casposa y pasear sus cuerpos serranos por las calles de Valencia o de Zaragoza. Nos referimos a la alcaldesa del Turia, Rita Barbera y a la presidenta maña, Luisa Fernanda Rudí. De la primera, mejor no decir nada, salvo que siempre complementa la mantilla con un “Louis Vuitton” en la mano, mientras que Luisa Fernanda hace gala de la protagonista homónima de la zarzuela.
Peinetas “Las Manolas”
Manolas
En nuestra reducida lista no podían faltar las llamadas “Manolas”, señoras vestidas de luto riguroso, con peineta, mantilla y collar de perlas, que acompañan en los desfiles procesionales de Semana Santa a numerosos pasos. Pero como en todas las categorías hay “Manolas” y “Manolos”. Las primeras, localizadas sobre todo en Andalucía, visten estos trajes, en ocasiones con colores más alegres, en muchos actos no necesariamente religiosos.
Otras peinetas
Las peinetas de Aznar y Bárcenas
Pero una peineta no tiene que ser obligatoriamente de carey de caparazón de tortuga, o de nácar; ni la mantilla de blonda, chantilly o tul. No, hay peinetas que han dado la vuelta a España y que, ¡fíjate por dónde!, han sido mostradas por el expresidente del PP, José María Aznar, y por el extesorero del mismo partido, Luis Bárcenas. Ambos han convertido en una obscenidad al dedo corazón erguido, provocando y mosqueando a los receptores de este insulto gestual que habla por sí solo de los individuos que lo hacen.
 Fuente: www.elplural.com

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