martes, 3 de febrero de 2015

LOS TERTULIANOS DE DISEÑO Y LA SEXTA NOCHE (VÍDEO)




Reflexiones a propósito de la expulsión de Antonio Miguel Carmona de un desahucio
Lunes, 2 de febrero de 2015
Antonio Miguel Carmona es, como posiblemente ya sepan muchos de nuestros lectores, uno de esos tertulianos que la Sexta noche nos exhibe, sábado tras sábado, en un programa de debate en el que los que lo integran están de acuerdo en lo esencial, aunque polemizan furibundamente sobre lo accesorio.
         Por ADAY QUESADA / CORRESPONSAL DE CANARIAS SEMANAL EN MADRID. - Antonio Miguel Carmona es, como posiblemente ya sepan muchos de nuestros lectores, uno de esos tertulianos que la Sexta noche nos exhibe, sábado tras sábado, en un programa de debate en el que los que lo integran están de acuerdo en lo esencial, aunque polemizan furibundamente sobre lo accesorio.
  La Sexta TV, así como también la Cuarta, pasarán posiblemente a la historia de esta devastadora crisis que nos atormenta, como uno de los mágicos trampolines promocionales de políticos de refresco, que el Régimen del 78 estaba demandando desesperadamente.
       La línea programática de ambos canales ha estado encuadrada, sin duda, dentro de  los parámetros ideológicos del PSOE. Pero el tsunami de la crisis y el  progresivo agotamiento del sistema bipartidista de la Monarquía, terminaron dañando seriamente la imagen de los dos partidos que  encargados de gestionar el aparato gubernamental del Estado durante más de treinta años. 
      Con  la tromba de escándalos y corruptelas que cayeron sobre  todas las instituciones y poderes del Estado, partidos políticos y sindicatos, las cosas ya no podían seguir siendo presentadas como lo habían sido hasta ahora. La sociedad necesitaba válvulas de escape a través de las cuales pudiera liberarse la ira y la repulsa  acumulada ante el espectáculo bochornoso que ofrecían aquellos a los que se les había encomendado la custodia de la moral y los bienes públicos.


        El régimen heredero de la dictadura requería de nuevas caras,  discursos frescos y renovados, personajes "alternativos" y "rebeldes" que pudieran reconducir la indignación popular y ayudaran a cambiar algunas cosillas para que en el fondo no cambiara nada. Se  la puesta en marcha de un movimiento o partido que fuertemente jerarquizado pero con apariencia de horizontalidad sustituyeran a un PSOE  decrépito e inservible para el cometido que se le había otorgado. 
       La espontaneidad del 15M  podía haber resultado peligrosa. No tuvo nunca una o varias cabezas con la que poder "negociar", interlocutores controlables. Empezaron a detectarse igualmente síntomas de descontrol, de brotes radicales. ¿Qué podría haber sucedido si esas masas sin una dirección responsable llegaran a desmandarse?   Era necesaria otra cosa, algo "institucionalizadle", más controlable. Ya lo dijo Esperanza Aguirre: "¡Hay que hacer entrar en las instituciones a esos jacobinos revolucionarios!" 
       Los programas de la Sexta y la Cuatro han jugado mediáticamente a las mil maravillas el papel de institucionalizadores de la rebeldía.    Sus tertulianos  debaten agriamente, a cara de perro, sobre cuestiones de carácter secundario, pero  pasando siempre tangencialmente por lo esencial.  Es decir, podemos machacar a Montoro, poner a parir a Felipe González por sus inconfesables compromisos con el  mundo de los negocios, triturar a Rajoy,  hacer trizas a los juguetes rotos de este régimen político,  pero no me toque usted al sistema capitalista, no me lo desenmascare, no me mueva ni una ficha del sacrosanto sistema que genera los males sobre los que luego discutiremos vehementemente en nuestras enconadas  tertulias.
        La cuestión es que han sido estas farsas televisivas las que han construido y dado a conocer a millones de españoles a  unos cuantos ídolos de barro como Antonio Miguel Carmona y Pablo Iglesias. Cada uno con su papel, desde luego. Cada uno con su función, pero todos ellos dentro de lo sistémicamente tolerable. Pero aunque a muchos les resulte difícil de creer, estos guiñoles han sido montados en los talleres del sistema. Y eso ha ocurrido  independientemente de que los títeres  sean conscientes  o no del  papel que les permiten desempeñar.
 EL DURO PATINAZO DE CARMONA
         Con esta previa promoción  televisiva detrás, y metidos ya en plena campaña electoral, el aspirante a primer edil de la capital del estado, Antonio Miguel Carmona, se presentó en la mañana de este lunes a un desahucio que iba a tener lugar en Carabanchel. Para impresionar  a los medios, Carmona apareció pertrechado con un ejército de asesores jurídicos, dispuesto a comerse el mundo o, por lo menos, a llevarse al redil unos cuantos votos.
    Pero lo que no le podía pasar por la cabeza Antonio Miguel era que a estas alturas de la película,  este tipo de "gestos" presuntamente "solidarios" ya no impactan a casi nadie.  La respuesta de los que se habían concentrado  para solidarizarse realmente con la familia desahuciada, no pudo ser más contundente como puede verse en el vídeo.  Antonio Miguel Carmona fue recibido  con gritos de "¡oportunista!”, "PSOE -PP la misma mierda es" y  estruendosos abucheos de desaprobación. Carmona tuvo que salir del lugar con los pies en polvorosa y el rabo cruzado entre las piernas.
   El desahuciado, a quien Carmona quiso hurtarle en beneficio propio los efectos mediáticos de su dramático protagonismo, es Fernando, que ahora mismo cuenta con 29 años. Desde hace más de 10 vive, con su hija,  en  Carabanchel  en un piso que le proporcionó   la Empresa Municipal de la Vivienda (EMVS). 
        Pero hace unos meses, nuestra versión castiza de  Margaret Thatcher, Ana Botella, vendió 1.860 viviendas en alquiler que pertenecían a la Empresa Municipal de la Vivienda  a un fondo buitre con el nombre de "Magic Real Estate Blackstone". Con  esta operación especulativa la casa de Fernando pasó a ser propiedad de este inescrupuloso grupo  inmobiliario.
         Alrededor de  50 vecinos, integrantes de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) y de la Asociación de vecinos de las viviendas sociales de la EMVS en Carabanchel, se solidarizaron con Fernando desplazándose hasta la vivienda de este, para intentar paralizar el desahucio. Afortunadamente, este objetivo fue logrado después de que el inquilino pactara con la empresa un alquiler de €532 y el pago fraccionado de una deuda de €1500. Fernando había permanecido en paro desde enero hasta julio del 2013, hecho que le había imposibilitado para pagar la deuda acumulada.


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