Brecht
y la Guerra Civil española
Lunes, 26 de enero
de 2015
Por MANUEL MEDINA / CANARIAS SEMANAL.ORG.- Posiblemente uno de los
acontecimientos históricos que suscitó mayor interés durante la agitada
historia del siglo XX fue la Guerra Civil española. Este acontecimiento bélico
no sólo provocó adhesiones políticas, morales e ideológicas hacia la causa
republicana, sino que fue capaz de poner en pie de solidaridad a un gran
número de intelectuales y artistas europeos y no europeos.
Si bien es cierto que la II República española estuvo amargamente
desasistida durante los tres años que duró la guerra - con la relevante
excepción de la Unión Soviética y la movilización solidaria de los
voluntarios de las Brigadas Internacionales - los apoyos morales que Ésta
recibió de una buena parte de los pueblos del mundo introdujeron un cierto equilibrio
en una confrontación bélica desigual, antesala de otra conflagración de
proporciones gigantescas que incendiaría el planeta.
La Guerra Civil española despertó encendidas pasiones en los
ambientes intelectuales europeos. Fueron los intelectuales franceses y
anglosajones los que más se destacaron en su adhesión al régimen republicano.
Sin embargo, también muchos escritores alemanes se pronunciaron de igual forma
en contra de la rebelión militar fascista en España, aunque sus
posicionamientos fueran menos conocidos por el hecho de que un gran número de
ellos vivían todavía en uno de los países que había servido como eje
organizador de la agresión internacional contra la República. Por otra
parte, no pocos intelectuales alemanes habían sido internados en los campos de
concentración nazis o se encontraban bajo las duras dificultades de un
forzado exilio.
Uno de los intelectuales alemanes exiliados que más pasión e
interés puso en la defensa de los valores republicanos
fue el gran dramaturgo marxista Bertolt Brecht. Hasta 1933, Brecht había
trabajado en Berlín como autor y director de teatro. Pero fue en ese mismo año
cuando Hitler ascendió al Poder, mientras Brecht representaba su obra "La
toma de medidas". En cuanto los nazis tomaron el control de la máquina
administrativa del Estado, la representación teatral del dramaturgo
alemán fue interrumpida por la policía y sus organizadores acusados de
"alta traición".
Justo un día después del pavoroso incendio del Reichstag, urdido por los
mismos nazis como pretexto para acabar con el Partido y los
sindicatos comunistas, Brecht y su familia abandonaron precipitadamente
Berlín, partiendo para un exilio que duraría hasta años después de terminada la
II Guerra Mundial. Apenas transcurridos unos meses de su huida de
Alemania, en mayo de 1933, todos sus libros fueron quemados en las
piras incendiarias organizadas por los nazis, que en una delirante
ceremonia de fuego intentaron proceder de esa forma a la
"purificación de la cultura germánica".
Durante su exilio, Brecht trabajó con fruición en contra del ascenso y
expansión del fascismo, utilizando la maestría de su teatro como arma y
herramienta. Fue durante la década de los 30 cuando escribió
obras como "La vida de Galileo", en la que narraba la
autocondenación de su personaje central ante el Tribunal de la
Inquisición, para poder ratificar de esa manera la validez de su
teoría heliocéntrica. También en el curso de aquellos años, estando
exiliado en Suecia, Brecht escribió un vigoroso alegato
contra la guerra en la pieza teatral "Madre Coraje". Una
devastadora denuncia contra la codicia empresarial, que para
obtener beneficios no duda en provocar conflictos bélicos tratando de
saciar su irrefrenable ambición expansiva. Su obra "Terror y Miseria
del Tercer Reich" (1938) también fue escrita durante esos años en los que
Brecht se vio embargado por un intenso y profundo furor antifascista. Brecht se
había entregado en cuerpo y alma a la tarea de tratar de contribuir a podar el
crecimiento imparable de la hiedra fascista.
BRECHT Y ESPAÑA: "LOS FUSILES DE LA MADRE
CARRAR
Aunque poco conocido, el compromiso específico de Bertolt
Brecht con la causa republicana española fue contundente.
Resultado del mismo fueron dos piezas con un gran un valor artístico y
literario. La primera de ellas fue su obra de teatro «Los
fusiles de la madre Carrar», escrita en la primavera de 1937. Expresión de su
compromiso republicano fue también un extenso y memorable
discurso preparado para el II Congreso Internacional de Escritores de 1937,
celebrado en Valencia y en otras ciudades españolas, y que
terminó concluyendo en París.
Apenas había
transcurrido un año después del inicio de la Guerra Civil - julio
de 1936 - cuando el escritor alemán tuvo la oportunidad de dejar
testimonio literario de la brutal acción represiva de las tropas de
Franco en la toma de la ciudad de Málaga, considerada por los
fascistas como un bastión de la resistencia "roja". A través de
su obra de teatro «Los fusiles de la madre Carrar», el
dramaturgo germano intentó cubrir un doble objetivo. Por una parte,
rendir homenaje al poeta Federico García Lorca, que había
sido asesinado apenas unos meses antes. Por otra,
inspirándose en la desesperada huida de miles de malagueños aterrorizados
por el avance de las tropas fascistas , el escritor alemán trató de
dibujar la magnitud inmensa de aquella tragedia. Brecht, que
residía en esa época en París, apenas tuvo noticias de aquel multitudinario
éxodo y su dramatismo se identificó rápidamente con los sentimientos de
quienes huían despavoridos de la muerte y escribió "Los fusiles de la
madre Carrar".
La madre Teresa Carrar era una pescadora andaluza que había perdido a su marido
en la revolución de Asturias, en 1934. Impactada por el drama de esa pérdida
intentó mantenerse - ella y a los suyos - al margen del conflicto civil en el
que vivía atrapado el país, impidiendo con todas sus fuerzas que sus hijos
fueran reclutados para luchar contra Franco. Pero el asesinato de sus
vástagos por los fascistas mientras se encontraba pescando, la obliga a
abandonar su resistencia a verse comprometida con el conflicto y
termina arrastrándola al combate.
Con esta obra, Brecht quiso poner de relieve la imposibilidad de mantener una
posición de "neutralidad" ante unos acontecimientos de la envergadura
de la Guerra Civil española, donde lo que se estaba dilucidando era una
dolorosa confrontación ideológica entre quienes lo tenían todo y aquellos otros
a los que todo se lo habían arrebatado. Teresa Carrar era el arquetipo
de la madre que se debate en el dilema planteado por su
amor desgarrado hacia sus hijos y su proposito de impedir que estos
fueran a la guerra, obligándolos así a renunciar a sus convicciones
ideológicas. A través de este personaje materno, Brecht expresa su convicción
de que "la humanidad tiene que hacerse guerrera en los tiempos que
corremos para no ser exterminada".
Pero
esta obra de Bertolt Brecht no sólo alude a la confrontación interna entre
españoles. Señala también acusadoramente a la política de "No
Intervención" hipócritamente aplicada por las llamadas
"democracias europeas", que abandonaron a la II República
a las huestes de Hitler, Mussolini y a la tiranía de las clases
dominantes españolas. Esta alusión queda claramente expresada en el texto de la
obra en el que Brecht manifiesta a través de uno de sus
protagonistas obreros: "Si usted participa de la No-Intervención,
aprueba en el fondo cada baño de sangre en que estos generales sumen al pueblo
español".
Con "Los fusiles de la madre Carrar", Brecht quiso
mitigar en cierta medida el daño que la intervención militar alemana
había ocasionado al pueblo español. A través de ella el dramaturgo alemán
no solo pretendía sacudir los sentimientos del espectador, sino
también arrastrar al público a pensar y reflexionar sobre el mensaje que
intentaba transmitir. Brecht tenía la firme convicción de que mediante el
arte y la cultura era posible contribuir a la transformación revolucionaria del
mundo.
"Los
fusiles de la madre Carrar" fue estrenada en París en 1937. Y la
representación del personaje principal en esta pieza teatral corrió a cargo de
la propia esposa del autor, la actriz Helene Weigel .
II CONGRESO INTERNACIONAL DE ESCRITORES EN DEFENSA
DE LA CULTURA
En 1937, varios cientos de escritores
procedentes de diferentes puntos del planeta se reunieron en diversas ciudades
– Barcelona, Valencia, Madrid y París– con la finalidad de hacer patente su
resistencia ante el avance del fascismo en Europa. En las jornadas
del "II Congreso Internacional de Escritores en Defensa de la
Cultura" participaron los intelectuales y artistas más conocidos de la época,
tales como Louis Aragon, Thomas Mann, Hemingway,André Malraux, Antonio
Machado, Selma Lagerloff, Rafael Alberti, Virginia Woolf, Nasim Ikmet, Pablo
Neruda, César Vallejo, Tristán Tzara, Raúl González Tuñón, León Felipe,
Román Karmen, Antonio Machado, Cesar Vallejo , Mijail Koltzov, Gerda Taro,
Alexis Tolstoi, Erwin Kisch, Anna Seghers y el propio Bertolt Brecht.
El Congreso había sido organizado por la Alianza de Intelectuales Antifascistas
en Defensa de la Cultura. Aunque fue oficialmente convocado en octubre de 1936,
sólo se celebró en julio del año siguiente. Su acto inaugural tuvo lugar en
Valencia, que en aquellos momentos había sido convertida en la capital de la
República como consecuencia del peligro que corría Madrid ante los ataques de
los militares insurrectos. De esta inauguración ofrecemos un breve documento
videográfico en esta misma página.
Bertolt Brecht contribuyó al II Congreso con un extenso
escrito en el que el escritor denunciaba sin paliativos la amenaza fascista, al
tiempo que analizaba las semejanzas existentes entre la situación alemana y la
española. En él, Brecht llama la atención de sus colegas en
relación con el peligro que supone el fascismo para la Cultura. Brecht precisa
que el concepto de Cultura no es una abstracción, sino que, por el contrario,
significa la permanencia de las conquistas políticas y económicas de la clase
trabajadora. En su alegato, Brecht, a la vez que exhorta sus colegas
intelectuales a "batirse" en la lucha antifascista, trata de
poner de relieve que la amenaza autoritaria trasciende, incluso, de
la concreta coyuntura de la Guerra Civil española, convirtiéndose en un reto
enmarcado en la etapa histórica que a su generación le había tocado vivir.
VÍDEO: SECUENCIAS DEL SEGUNDO CONGRESO DE ESCRITORES
ANTONIO MACHADO,
CESAR VALLEJO Y GERDA TARO en VALENCIA el 4 DE JULIO DE 1937
Fuente: www.canarias-semnal.org
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