9 de septiembre de 2014
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En el
periodo comprendido entre 1982 y 1990, estando España gobernada por el PSOE,
fueron 51 los bancos que quebraron o entraron en suspensión de pagos, el costo
para los españoles fue de 866.837 millones de pesetas según los datos del Fondo
de Garantía de Depósitos, ni un solo banquero acabó en prisión. No fue hasta
1993 cuando Mario Conde fue encarcelado, un asunto en el que el gobierno tuvo
que ver y mucho.
Ya en 1977,
recién legalizado el PSOE, Felipe Gonzalez es consciente del poder de la banca
y trata de ganarse su confianza. De inmediato se reúne con los presidentes de
los siete grandes bancos españoles. La reunión se celebra en la planta noble de
la sede de Banesto, los banqueros quedan muy satisfechos con la exposición de
ideas y planes que Gonzalez les transmite y que se llevarían cabo si finalmente
llegaba a la presidencia del Gobierno. Desde ese mismo día el PSOE podía contar
con la financiación que el PSD alemán empezaba a recortarle..... y al mismo
tiempo empezaba a depender de la banca española para subsistir.
No se
equivocaron los banqueros al apoyar a Gonzalez. Poco después de instalarse en
las instituciones, los socialistas autorizan en la Ley de Presupuestos de 1983
una revalorización gratuita de los activos de los bancos, eximiéndoles, junto
con otras empresas, del pago del Impuesto de Sociedades, que suponía el 35% de
los beneficios obtenidos con la revalorización.
Para
sufragar el déficit público Gonzalez convierte a la banca privada en la
financiera del Estado. Las fuertes emisiones de Deuda Pública, a altísimos
tipos de interés que incluso llegan al 14%, supone un excelente negocio para la
banca. Al mismo tiempo Carlos Solchaga, desde el Ministerio de Industria, pone
en marcha la reconversión industrial. El Estado empieza a invertir dinero para
sanear los 12 sectores industriales en crisis y la banca, indirectamente, sanea
también sus activos al cobrar del Estado muchos créditos y avales concedidos a
empresas de estos sectores que ya se daban por perdidos e iban a ir al capitulo
de fallidos de sus cuentas de resultados. En definitiva el dinero que la banca
presta al Estado para reconvertir el sector, préstamos totalmente seguros al
contar con la garantía del Estado, permite que la banca recupere de forma
inmediata créditos incobrables a cargo de empresas quebradas.
Gonzalez es
consciente de la necesidad de que la banca le siga apoyando y no quiere correr
riesgos derivados del conservadurismo politico de sus presidentes, quiere
evitar a toda costa que la derecha les tiente para que retiren sus apoyos al
PSOE. Para blindarse crea un comité de expertos, el denominado "Comité
Lluch", del que forman parte Ernest Lluch, Miguel Boyer y Luis Ángel Rojo.
Las reuniones tienen lugar en la sede del PSOE y el objetivo no era otro que
"jubilar" a los banqueros más conservadores y sustituirlos por
jóvenes progresistas de la alta sociedad española. Solo Botín, el patriarca del
Santander, se salva de la quema pasándose por alto que se trata de una
persona fuertemente conservadora, una persona que le regaló el primer coche
blindado a Manuel Fraga. Acto seguido Botín elabora una lista negra de
banqueros entre los que se encuentran sus principales competidores, los presidentes
del Central, el Hispano Americano y Banesto.
En 1984
Mariano Rubio, gobernador del Banco de España, ( implicado en el caso
Ibercorp por un delito de fraude a Hacienda tuvo que dimitir de su cargo,
nuevamente implicado en el "Caso Mariano"por haber mantenido una
cuenta opaca para el fisco con unos 30 millones de pesetas es condenado y el 5
de mayo de 1996 ingresaba en prisión, de la que saldría bajo fianza a petición
del Fiscal Jefe de Madrid Mariano Fernández Bermejo), .le dice al Hispano
Americano que tiene un agujero de 30.000 millones de pesetas. Año y medio más
tarde Emilio Botín se hace con el Banco Hispano Americano e inicia la guerra de
los depósitos por medio de cuentas de ahorro altamente remuneradas, obligando
al resto a subir sus tipos. A finales de 1987 Mario Conde llega a la
presidencia de Banesto con todos los plácemes del Banco de España y del
gobierno socialista, aunque en 1989 y con la intervención de Enrique Sarasola,
gran amigo conseguidor de Gonzalez, se trata de sustituir a Conde por Boyer,
estrategia que fracasa.
El Banco
Urquijo es reflotado gracias a todo tipo de ayudas impulsadas por Boyer y
Solchaga. Ayudas que no resultan suficientes y hacen necesaria la venta de la
sede central de banco, el edificio de las Siete Chimeneas, situado a espaldas
de la Gran Vía madrileña, la operación se lleva a cabo por 8.000 millones de
pesetas. Con nuevas ayudas de la banca privada, del Hispano y del Fondo de
Garantía de Depósitos el banco se sanea e inmediatamente es vendido a la Banca
March, obteniéndose unas plus valías de 35.000 millones de pesetas. El Banco de
España mira y calla, Boyer y Solchaga ríen, Gonzalez se entera por la prensa.
También la
Banca March, la banca que financió sin límite la sublevación militar de 1936, y
la Corporación Financiera Alba, presidida por Carlos March, un habitual de la
"Bodeguilla de Moncloa" y de las cacerías organizadas por los
poderosos en Ciudad Real y Toledo, se aprovechan de sus relaciones con
Gonzalez. En 1989, sus sociedades obtienen cerca de 33.000 millones en
operaciones bursátiles. Un par de años antes, en octubre de 1987, coincidiendo
con el crack de la bolsa de Nueva York, el grupo March había obtenido 4.000
millones de pesetas en una jugosa operación de tiburoneo realizada a costa de
Luis Valls y el Banco Popular. Rompiendo un pacto tácito de respeto mutuo que
existía hasta entonces en el seno de la banca española y con la inestimable
ayuda de Claudio Boada, que le vende un gran paquete de acciones de Banif, el
Grupo March se hace con un 14% de las acciones de Popularinsa, la sociedad de
cartera del Banco Popular.
El Grupo
March esconde además un as en la manga. A través de un pacto con el BHA, puede
controlar otro 6% de de los valores de las cinco filiales del Popular. El
presidente del Popular recurre al banco de España, pero Mariano Rubio con
el visto bueno del Gobierno socialista apoya al Grupo March y el banquero
ligado al Opus Dei acaba teniendo que desembolsar 4.000 millones de pesetas
para recuperar las acciones de Popularinsa.
Lo anterior es
solo un pequeño resumen de los desorbitados beneficios que Gonzalez proporcionó
a la banca. Nada cambió para ellos salvo el aumento de sus beneficios. Las
esperanzas del ejecutivo del fondo de Garantía de Depósitos, José María
Gonzalez Cobos, basadas en que el PSOE metiera en cintura a los bancos
corruptos se vieron rápidamente defraudadas.
En octubre
de 1982, poco después de las elecciones generales que le dieron el poder,
Felipe Gonzalez trataba de ofrecer una explicación sobre el slogan electoral
socialista ante las cámaras de televisión, a preguntas del entonces director de
Cambio 16, José Oneto : ¿Qué es el cambio?, Felipe Gonzalez respondió: El
cambio es que España funcione. Después el cambio, para un partido que se
auto-proclamaba socialista fue, por encima de todo, que los bancos funcionen.
Lo cual no está nada mal para los banqueros y los grandes accionistas, pero que
resultó fatal para los españoles que veían como parte de sus impuestos iban a
parar a la banca en forma de intereses desproporcionados y ayudas estatales
acordadas en despachos, bodeguillas y cacerías.
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..... y
quién te ve.
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Más adelante
vino la desaparición de Argentaria ( Caja Postal de Ahorros) y de los bancos
públicos, Hipotecario de España, Exterior, Banco de Crédito a la Construcción,
Banco de Crédito Local, Banco de Crédito Industrial, Banco de Crédito Agrícola,
Caja Central de Crédito Marítimo y Pesquero...entidades que gracias a Gonzalez
quedaron en manos de la banca privada española, en una operación privatizadora
llevada a cabo con el consenso de los conservadores y justificada por entender
que el sistema financiero privado era capaz de atender toda la demanda de
crédito de la sociedad española, desmontando erróneamente el principio de
necesidad de existencia de la banca pública como fuente de financiación de
aquellas operaciones que el sector privado no atiende y además sin tener
en cuenta que esto suponía un aumento brutal en los tipos de interés que desde
entonces se aplicaron. Se mantuvo un ICO residual para intervenir en casos
excepcionales, un ICO que, no nos engañemos, para poco o nada ha servido y para
poco o nada sirve. La corporación bancaria de Rumasa se expropia totalmente y
sus bancos son repartidos entre los banqueros que el poder socialista elige.
A pesar del
tiempo transcurrido las cosas no han cambiado nada, la banca sigue estando
favorecida por el estado independientemente de quien gobierne, sencillamente
porque es la banca quien mantiene a los gobiernos gracias a la incompetencia de
éstos para gestionar los recursos de tal forma que sean suficientes, de ser
incapaces de evitar el derroche en gastos inútiles. Por si fuera poco el
Estado, en el colmo de la dependencia bancaria, pide dinero a Europa para
ayudar a los bancos españoles, inyectar dinero en sus arcas, hacerse cargo de
sus activos tóxicos vía la Sareb, sanearlos y luego mal venderlos a otros bancos,
en ocasiones regalarlos y en ocasiones hasta poniendo más dinero encima de la
mesa. Se nos dice que ayudar a la banca es vital, que si no se hace sería una
catástrofe para el país y esto es sencillamente mentira. Hay ejemplos en la
reciente crisis de países que han dejado caer a bancos y no ha pasado nada.
Esta maniobra me recuerda a la operación antes comentada de Gonzalez relativa a
la "reordenación" de los bancos y que supuso la concentración de la
banca en manos de unos pocos, en esta ocasión han sido las cajas de ahorro las
que han pasado a manos de la banca a precios de saldo, eliminando así la gran
competencia que éstas suponían para la banca y haciendo desaparecer del
panorama unas entidades de caracter social que desde tiempos inmemoriales eran
las principales captadoras del ahorro de las familias y su principal, por no
decir única, fuente de financiación. Unas cajas de ahorro que cumplían una
función social hasta que su politización llegó al máximo, siendo finalmente
quebradas por la Comunidad Autónoma de turno, por unos políticos que destinaron
sus recursos a inversiones políticas, al enriquecimiento personal y el de sus
amigos de turno.
Hoy la dependencia de la banca es sistémica y de muy difícil eliminación, la enorme cantidad de dinero que representa la deuda pública (100% del PIB y creciendo) garantiza a los bancos el control de la política por tiempo indefinido. La directriz del BCE basada en no prestar directamente dinero a los Estados miembros de la UE, obligando a que sean los bancos privados los que actúen como prestamistas a interés variable con un dinero que previamente han retirado del BCE a un interés del 0,05 % agrava aún más la situación y aumenta la dependencia de la banca hasta niveles nunca vistos.
Nadie está en la cárcel , ni banqueros, ni políticos..... y todos están literalmente forrados.
Benito Sacaluga
Fuente consultada: El dinero del Poder. ISBN: 84-7679-190.9 (1991)
Hoy la dependencia de la banca es sistémica y de muy difícil eliminación, la enorme cantidad de dinero que representa la deuda pública (100% del PIB y creciendo) garantiza a los bancos el control de la política por tiempo indefinido. La directriz del BCE basada en no prestar directamente dinero a los Estados miembros de la UE, obligando a que sean los bancos privados los que actúen como prestamistas a interés variable con un dinero que previamente han retirado del BCE a un interés del 0,05 % agrava aún más la situación y aumenta la dependencia de la banca hasta niveles nunca vistos.
Nadie está en la cárcel , ni banqueros, ni políticos..... y todos están literalmente forrados.
Benito Sacaluga
Fuente consultada: El dinero del Poder. ISBN: 84-7679-190.9 (1991)


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