Las grabaciones
de Granados difundidas por El Mundo abren un nuevo escenario que puede afectar
a las aspiraciones de Esperanza Aguirre e Ignacio González
El futuro del
caso depende de que la Fiscalía, la jueza o el PSOE, personado en la causa,
pidan nuevas diligencias tras las revelaciones que apuntan a Granados
El espionaje a
los rivales políticos de Aguirre coincidió con su intento por arrebatar a Rajoy
el poder en el PP tras la derrota electoral de 2008
20/02/2015 - 20:46h
Ignacio González y Esperanza Aguirre en una imagen de
archivo
El espionaje de la 'gestapillo' a políticos en Madrid
puede estallar al Partido Popular en plena campaña tras las grabaciones que ha
publicado El Mundo, que no solo involucran a Francisco Granados sino
que señalan directamente a Salvador Victoria, número dos de Ignacio González en
el Gobierno regional. Estas revelaciones pueden dar un vuelco a la causa
judicial, que dormita en un juzgado desde hace seis años, después de que la
jueza que instruye el caso lo haya archivado dos veces contra el criterio de la
Audiencia Provincial, que le obligó a abrirlo en las dos ocasiones.
Ahora está en manos de la jueza Carmen Valcarce, el
fiscal o el PSOE -que ejerce como acusación popular en la causa- solicitar que
se incorporen las nuevas pruebas que apuntan a Granados, en prisión por la
Operación Púnica. Los principales afectados por el espionaje, el exvicealcalde
de Madrid, Manuel Cobo y el exvicepresidente autonómico, Alfredo Prada, se
apartaron como acusación del caso después de que se lo pidiera María Dolores de
Cospedal.
La número dos del PP les exigió que retiraran el
recurso que habían presentado contra la decisión de la jueza de archivar el caso
en 2010. Lo hicieron por lealtad con el partido, pese a que la dirección había
llegado a suspender de militancia a Cobo por criticar a Aguirre en una
entrevista. El vicealcalde llegó a decir que tenía "miedo" ante lo
que pudieran hacer quienes habían ordenado el espionaje. La diputada Carmen
Rodríguez Flores desistió años después al ver que la causa no avanzaba.
Cobo y Prada esperan que el fiscal actúe de oficio
tras las revelaciones que confirman que Granados era el encargado de ordenar
los seguimientos. Fuentes de la acusación socialista han informado a
eldiario.es de que pretenden hacer movimientos pero que deben esperar a que el
fiscal se pronuncie definitivamente sobre el sobreseimiento que solicitó. El
PSOE se opuso a esa medida y la Fiscalía tiene que resolver el recurso.
En el PP de Madrid hay sumergido un nuevo
enfrentamiento después de que El Mundo publicara las grabaciones en las que
revela que un miembro del Gobierno regional intentó sobornar a uno de los
imputados por el espionaje a cambio de su silencio. La conversación apunta a
Salvador Victoria, el hombre de confianza del presidente de la Comunidad:
"¿Tú crees que si lo llama Salvador Victoria lo puede parar?", le
dijo el actual director general de Justicia al abogado de uno de los implicados
en la trama.
Ignacio González señala a Esperanza Aguirre como
responsable última del espionaje al recordar que se produjo en su etapa como
presidenta regional. Las grabaciones dejan claro que fue Granados, entonces
consejero de Interior y Justicia del Gobierno de Aguirre, el que encargó los
seguimientos a sus adversarios políticos. "El tema judicial no va a ningún
sitio mientras que no llegue Sergio Gamón y diga: a mí me lo ordenó Francisco
Granados", expresó el exdirigente del PP en una conversación con los
exguardias civiles que se encargaron de espiar a Cobo y Prada.
Gamón, que entonces era director de Seguridad, era un
hombre de la máxima confianza de la presidenta. Fuentes del partido señalan que
es imposible que Aguirre desconociera el espionaje si él lo llevaba a cabo por
mucho que Granados fuera el que lo encargara directamente.
La sombra de la sospecha sobrevuela a los dos líderes
madrileños en plena puja por encabezar las listas del PP en la Comunidad y en
el Ayuntamiento. Los pasos que den la jueza y la Fiscalía pueden ser
determinantes para el futuro de Aguirre y González y, en el caso de que se
amplíe la investigación, puede estallar al PP en plena campaña electoral.
Espionaje en plena batalla por el
poder
El País reveló en enero de 2009 que el Gobierno
madrileño tenía un servicio secreto para espiar a políticos. Entre ellos se
encargó de hacer seguimientos a Prada y Cobo, que fueron los principales adversarios
de Aguirre en la batalla por liderar el PP tras la derrota electoral de Mariano
Rajoy en 2008.
La derecha mediática comenzó en ese momento a impulsar
a Aguirre como sucesora de Rajoy en Génova. La presidenta madrileña también se
movió para intentar arrebatar el cargo al presidente del partido en el congreso
de julio de ese año. Cobo, que era el número dos de Alberto Ruiz Gallardón en
el Ayuntamiento de la capital, aseguró que Aguirre no se presentaría finalmente
porque no tenía apoyos. Esas declaraciones las hizo en abril de 2008. En esa
misma fecha hay partes de seguimientos efectuados por los agentes de
contravigilancia próximos a Granados en los que apuntaron los movimientos de
Cobo y los diputados Alfredo Prada y Carmen Rodríguez.
Al conocerse el contenido de los partes, los hombres
próximos a Gallardón presentaron sendas denuncias al considerar que se habían
malversado fondos públicos para espiar a los rivales de Aguirre. Los escritos
recayeron en el juzgado número 5 de instrucción. La titular de ese juzgado, a
quien fuentes próximas a la investigación describen como partidaria de Aguirre,
ha intentado archivar la causa dos veces.
El primer intento fue en el verano de 2010, cuando
aseguró que había falta de pruebas y de indicios de delito en los hechos
denunciados. La jueza consideraba que los partes no acreditaban que se hubieran
producido los seguimientos y, además, defendía que si se hubieran acreditado,
no serían constitutivos de delito. La Audiencia Provincial de Madrid rebatió a
la magistrada y le obligó a seguir la investigación al entender que había
"indicios suficientes de la comisión del delito de malversación de
caudales públicos".
Tras algunas diligencias, entre ellas el análisis de
las llamadas de los agentes, la jueza volvió a archivar la causa. A pesar de
que los informes policiales y periciales apuntaban a que los teléfonos
coincidían con los seguimientos, la jueza argumentó que no era posible concluir
que los vehículos o teléfonos relacionados hubieran sido utilizados en los presuntos
seguimientos. Fuentes próximas a la investigación explican que la ubicación de
los teléfonos de los espías no coincidían con la de los políticos porque no se
ofrece la localización exacta sino la de la torre de telefonía más cercana.
La Audiencia volvió a rechazar la postura de la jueza
y le obligó a abrir la causa por segunda vez. "Existen indicios
suficientes de delito (...) basados en las declaraciones de los tres asesores
imputados, por su ausencia de credibilidad, en que los seguimientos no se compadecen
con la idea de reforzamiento de la seguridad ordinaria, en la pericial
caligráfica que considera a José Manuel Pinto (empleado autonómico) autor de
las anotaciones manuscritas que aparecen en algunos de los partes de
seguimiento, en las declaraciones de los asesores que ponen de relieve que
recibían instrucciones de Sergio Gamón, y en que los cinco imputados son
funcionarios teniendo a su disposición teléfonos móviles, vehículos,
combustible además de gozar de una nómina mensual durante el tiempo que se
realizaron los seguimientos", decía el escrito del tribunal.
Desde entonces -mayo de 2012- el caso ha reposado en
ese juzgado. Una de las últimas actuaciones fue la declaración como testigo de
Granados, que negó cualquier conocimiento del espionaje en la Comunidad de
Madrid. Las grabaciones en las que el exdirigente del PP se destapa a sí mismo
como ordenante de las vigilancias han dado un vuelco a la causa en una nueva
guerra interna por liderar las candidaturas en Madrid.
Génova no quiere que Aguirre y González sean un tándem
por lo que es posible que uno de los dos caiga. La investigación, por su parte,
depende de los movimientos de la Fiscalía -que recientemente había pedido el
sobreseimiento-, la jueza y el PSOE madrileño, personado en el caso.
Fuente: www.eldiario.es
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