Cada mes de julio, la tapia del cementerio
protagoniza un homenaje a los allí asesinados. Cada mes de julio, y ya van
seis, el alcalde manda a operarios municipales a retirar la placa por un
problema de "normativa"
Juan Luis
Valenzuela | 12/03/2013
¿Por qué le
molesta esta placa al alcalde de Granada?
Una noticia
destacaba ayer entre las que podríamos calificar como originales. Se trataba de
la que informaba que el Ayuntamiento de Granada instaló ayer lunes en el cementerio
municipal una zona wifi a la que se puede acceder de manera gratuita. Se
intenta con ello dotarse de una herramienta para hacer más llevadera la
estancia de las personas que acuden al camposanto en “esos complicados
momentos”.
Nada que
objetar a la iniciativa del derechoso alcalde popular de Granada, José
Torres Hurtado. El regidor está en la onda, es un señor moderno de toda
modernidad y un avanzado en llevar internet a lugares que hace años nadie
imaginaba. Hasta ahí, bien por el internauta Torres.
Pero da
vergüenza ajena recordar que este avanzado y pionero primer edil en dotar al
camposanto de las últimas tecnologías de la comunicación es el mismo que hasta
seis veces ha mandado a trabajadores municipales a retirar la placa que cada
mes de Julio, familiares de las 3.968 personas fusiladas junto a la tapia
colocaban. Sí, casi cuatro mil represaliados por el franquismo no merecen para
este moderno capitoste del PP granadino ni una simple plaquita recordatoria.
Nueve de cada diez de los pasados por las armas fueron asesinados en los años
de la Guerra Civil, entre 1936 y 1939. La última víctima, Ricardo Beneito
Sopena, lo fue en 1956.
Cada mes de
julio, la tapia del cementerio protagoniza un homenaje a los represaliados.
Tras el acto impulsado por asociaciones de la Memoria Histórica de Granada y
los familiares de los asesinados siempre se ha finalizado con la colocación de
una pequeña, austera y pequeña placa conmemorativa en recuerdo y reconocimiento
de los fusilados por sus ideas o simplemente por la barbarie fascista. Pero de
igual manera que se coloca, el wifero Torres Hurtado manda días después
retirarla por parte de operarios del Ayuntamiento de Granada por no ajustarse a
la legalidad y la normativa del camposanto.
¿Es que esa
placa molesta, duele o daña a alguien señor Alcalde? ¿Es que no eran tan dignos
los cuatro mil republicanos como los familiares que ahora podrán comunicarse
vía internet desde la zona wifi del cementerio?
La
comunicación que ayer usted, señor alcalde, puso en marcha, sería elogiable
sino fuera por la “incomunicación” a la que el franquismo y ahora un primer
edil supuestamente democrático mantienen con respecto a los fusilados de la
valla, por cierto, entre ellos un presidente de Diputación, cinco alcaldes y
varios concejales que fueron elegidos en unas urnas como lo fue Torres Hurtado.
Pero para ellos ni una puñetera plaquita.
La
señalética moderna que el Ayuntamiento ha colocado a la entrada del cementerio
informando al ciudadano de que ha entrado en una zona wifi, contrasta con la no
autorización de una nimia señal que indique lo que le ocurrió a miles de
granadinos por oponerse a un régimen de barbarie. Las placas del wifi son
correctas pero la plaquita a los fusilados no, porque “no se atienen al modelo
establecido por la Dirección General de Memoria Democrática en base a su
decreto”.
Paradójico
resulta que paralelamente se mantenga en la ciudad un monumento a un destacado
representante de ese mismo régimen fascista como es el monolito homenaje a José
Antonio Primero de Rivera. Para los republicanos, comunistas, socialistas,
libertarios y demócratas asesinados operarios para retirarles la placa; para
los falangistas monumentos y su mantenimiento con operarios dando brillo y
esplendor al mármol joseantoniano las veces necesarias. Magnífico señor Torres
Hurtado: ¡Para los vivos wifi, para los fusilados desprecio!
Fuente: www.elplural.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario