CÁNCER INDUCIDO, ¿UN ARMA DE LA CIA?
Artículos de
Opinión | Percy Francisco Alvarado Godoy * | 10-03-2013 |
Las
operaciones secretas de la CIA mantienen una dirección permanente e invariable,
orientadas lo mismo contra personalidades políticas específicas que desafían el
hegemonismo imperial norteamericano, a los que se trata de eliminar
físicamente, así como contra naciones enteras que sufren las criminales
consecuencias de guerras prefabricadas, agresiones biológicas, campañas
sostenidas de ataques mediáticos, amenazas, invasiones y el aislamiento total
mediante bloqueos y embargos injustificados. Este criminal accionar de la CIA
fue puesto al descubierto por la Asociación para el Disenso Responsable, la que
estimó que, ya en 1987, seis millones de personas habían sido asesinadas como
resultado de las operaciones encubiertas de la CIA. Hoy, al culminar el 2011,
esa cifra ha crecido enormemente.
CHAVEZ TIENE
LA RAZÓN
El
presidente Hugo Chávez destapó ayer la Caja de Pandora al exponer su sospecha
sobre el inusual padecimiento de cáncer por parte de varios mandatarios y
personalidades progresistas latinoamericanos en los últimos meses, entre los
que se destacan su propia persona, la presidenta argentina Cristina Fernández,
el mandatario paraguayo Fernando Lugo, la presidenta brasileña Dilma Rousseff,
el ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, entre otros. "Es muy
difícil explicar a estas alturas ya con la ley de las probabilidades, por
ejemplo, lo que nos ha estado aconteciendo a algunos de nosotros (líderes) en
América Latina", dijo Chávez, apuntando sus sospechas hacia Washington y,
particularmente, a la CIA. Chávez reconoció las sospechas de Fidel sobre este
inusual fenómeno, las que no dejan de carecer de lógica, sobre todo si parten
de quien ha sido objetivo de más de 600 planes de atentado, incluso intentado
usar armas biológicas y venenos, durante uno de sus encuentros con él, cuando
el Comandante le manifestó con suspicacia: “Chávez, ten cuidado... mira,
cuidado esta gente ha desarrollado tecnologías... cuidado con lo que te dan de
comer. Cuidado con una pequeña aguja y te inyectan no se qué”.
Por
supuesto, ni Fidel ni Chávez se equivocan si se tienen en cuenta algunos
elementos y antecedentes esenciales para fundamentar tal acusación,
involucrando en la tangible amenaza a la CIA y a las autoridades
norteamericanas. Varios laboratorios de la CIA y del Departamento de Defensa de
los Estados Unidos dedican desde hace décadas cuantiosos recursos al
bioterrorismo y, particularmente, en la búsqueda de inoculación de enfermedades
como el cáncer, así como otros tipos de virus o bacterias, capaces de infligir
daño masivo sobre personas específicas, fuerzas militares y ciudadanos comunes,
violando las prohibiciones establecidas por las Naciones Unidas. La guerra
biológica o bacteriológica, concebida como un arma de alta efectividad, se
implementa mediante el diseño de bombas y otros tipos de agentes de
esparcimiento de las enfermedades.
De esos
laboratorios han salido el napalm, el agente naranja, la cepa del ántrax, la
gripe AH1N1, la gripe porcina, así como otros virus letales como el VIH y el
ébola. En el caso particular del cáncer se conoce que, desde 1975, se ha
empleado el Fuerte Detrick como instalación donde radica una sección especial
dentro del Departamento Virus del Centro para la Investigación de Guerra
Biológica, conocida como "Instalaciones Fredrick para la Investigación del
Cáncer", bajo supervisión del Departamento de Defensa, de la CIA y del
Instituto Nacional del Cáncer.
Las
investigaciones ultra secretas están encaminadas a desarrollar un programa
especial de virus del cáncer, sumamente agresivo y letal, para el que existe
inmunidad y fue identificado como Virus Humano de la célula T de Leucemia
(HTLV). La insistencia de estos laboratorios de lograr los mecanismos para
elaborar artificialmente células malignas o cancerígenas, sumamente invasivas y
capaces de propagarse en el organismo desarrollando una metástasis
incontenible, se ha mantenido a lo largo de más de cuatro décadas. De acuerdo con
estos proyectos, las enfermedades cancerígenas serían capaces de inhibir
cualquier defensa ante su ataque al organismo humano, diseminándose a través de
la sangre o de la linfa, luego de ser inoculadas en el mismo mediante diversas
vías. La alteración del material genético de las células humanas que provoca el
cáncer por vía artificial en estos laboratorios, son la premisa básica de esta
arma desarrollada con la venía del gobierno norteamericano. Para ello se
elaboran células madres o stem cells, mediante mutaciones monitoreadas y
preconcebidas, convirtiéndolas en un fenotipo maligno más heterogéneo de rápido
desarrollo.
Otro
elemento sobre el desarrollo de la guerra biológica por parte del gobierno
norteamericano, particularmente relacionado con el cáncer, lo es el testimonio
grabado del Dr. Maurice Hilleman, prestigioso investigador en vacunas de los
Laboratorios Merck, donde admite que sus laboratorios produjeron vacunas
contaminadas con leucemia y virus de cáncer en la década de los setenta, las
que fueron administradas deliberadamente a ciudadanos soviéticos. Este hecho
macabro salió a la luz gracias al Dr. Len Horowitz, investigador de la guerra
biológica de la CIA, quien lo plasmó en su documental In Lies We Trust: The
CIA, Hollywood, and Bioterrorism, estrenado el año 2007.
La CIA ha
perfeccionado sus métodos para asesinar, particularmente induciendo el cáncer
en determinadas personas. Ha dejado atrás, por citar un ejemplo, el método
empleado contra Jack Leon Ruby, mafioso que asesinó al presunto homicida del
presidente John F. Kennedy, y quien muriera en prisión, supuestamente por un
cáncer, el 3 de enero de 1967. En realidad, Ruby murió a causa de una
intoxicación con Talio, la que le produjo un deterioro acelerado de su salud y
su muerte en poco tiempo. Los síntomas que presentó luego de ingerir el Talio,
arma química letal, soluble en agua, incoloro y prácticamente inodoro e
insípido, capaz de ser colocado en los alimentos de la víctima sin ser
detectado, fueron similares a una reacción invasiva de células cancerosas:
fiebre alta, caída del cabello, insuficiencia cardiaca o respiratoria, desplome
del sistema nervioso, dolores musculares, parálisis o inmovilidad en
determinadas zonas corporales y una muerte dolorosa.
Las
administraciones norteamericanas han cuidado celosamente sus programas súper
secretos de guerra biológica, al extremo de que, según un informe elaborado por
el escritor Steve Quayle para Free Press International, en marzo del 2006,
sugirió que cerca de 40 microbiólogos murieron sospechosamente entre el 2002 y
ese año. En todos los casos, no se han encontrado culpables de las muertes,
sospechosos suicidios o accidentes llenos de interrogantes. Washington
reaccionó escueta y cínicamente a las declaraciones de Hugo Chávez, tildando de
“horrendos y reprensibles”, los supuestos de que EE UU esté involucrado en las
enfermedades cancerígenas de los mandatarios latinoamericanos, a través de
Victoria Nuland, portavoz del Departamento de Estado.
LA GUERRA
BIOLOGICA DE LA CIA Y EL PENTÁGONO
La CIA y
otras agencias del gobierno norteamericano tienen amplia experiencia en
bioterrorismo y guerra bacteriológica. De acuerdo con informaciones aparecidas
en varios sitios web, el gobierno de los Estados Unidos ha desarrollado
múltiples proyectos secretos de guerra biológica, entre los que han
sobresalido: 1947- La CIA comenzó a estudiar el Acido Lisérgico (LSD) para
emplearlo como arma biológica contra seres humanos. En 1960, el Equipo
Asistente Principal de la Inteligencia del Ejercito (ACSI), autorizó el empleo
del LSD en Europa y en el Lejano Oriente, para evaluar las reacciones en
humanos. Ambos proyectos fueron codificados como Tercera Oportunidad y Sombrero
de Hongo, respectivamente.
1953- La CIA
inició el Proyecto MK ULTRA, el cual se extendió durante once años de
investigación, siendo concebido para producir y probar drogas y microorganismos
para controlar la mente y modificar la conducta de los seres humanos, sin el
consentimiento de los mismos. 1965- La CIA y del Departamento de Defensa
comenzaron el Proyecto MK SEARCH, con el fin de manipular la conducta humana a
través del uso de drogas psicodélicas.
1966- La CIA
inició el Proyecto MK OFTEN, dirigido a probar los efectos toxicológicos de
ciertas drogas en los humanos y los animales. 1966- El Pentágono hizo quebrar
varias ampollas con la bacteria Bacillus Subtilis en las rejas de ventilación
del metro de Nueva York, exponiendo a más de un millón de civiles de forma
deliberada. 1967- La CIA y el Departamento de Defensa implementaron el Proyecto
MK NAOMI, sucesor del MK ULTRA, diseñado para mantener, reservar y probar las
armas biológicas y químicas.
1970- La
División de Operaciones Especiales en el Fuerte Detrick, desarrolló técnicas de
biología molecular para producir retrovirus. (VIH). 1970- La CIA y el Pentágono
desarrollaron "armas étnicas", diseñadas para eliminar grupos étnicos
específicos, susceptibles por sus diferencias genéticas y las variaciones en el
ADN.
1977-
Audiencias del Senado, en la Comisión Investigación Científica y de Salud,
confirmaron la contaminación deliberada por parte del Pentágono y la CIA de 239
poblaciones con agentes biológicos, entre 1949 y 1969, fundamentalmente en San
Francisco, Washington, D.C., Centro-Oeste de EE.UU., Ciudad de Panamá,
Minneapolis y St. Louis. 1987- El Departamento de Defensa admitió la
investigación y el desarrollo de agentes biológicos en 127 laboratorios y
universidades alrededor de EE UU. 1990- Aplicación en Los Ángeles a más de 1500
bebes negros e hispanos, de seis meses de edad, de una vacuna "experimental"
del sarampión, no autorizada por la CDC.
1994- Se
descubrió, mediante una técnica llamada "rastreador de genes", por
parte del Dr. Garth Nicolson, científico del Centro del Cáncer MD Anderson de
Houston, que los soldados la Tormenta del Desierto fueron infectados con una
cadena alterada de Micoplasma Incognitus, una bacteria normalmente utilizada en
la producción de armas biológicas, la cual contiene un 40 por ciento de la
proteína del virus del SIDA. Luego, en 1996, se admitiría que cerca de 20 000
soldados fueron afectados.
1995- El
Gobierno americano admitió que había ofrecido a los criminales de guerra y
científicos japoneses sueldos e inmunidad de prosecución a cambio de los datos
de sus investigaciones sobre guerra biológica. 1995- El Dr. Garth Nicolson
reveló evidencia de que los agentes biológicos usados durante la Guerra del
Golfo habían sido manufacturados en Houston, (Texas) y Boca Ratón, (Florida) y
probados en prisioneros en el Departamento Correccional de Texas. 1996- El
Departamento de Defensa admitió que soldados de la Tormenta de Desierto fueron
expuestos a agentes químicos, lo que condujo a que 88 miembros del Congreso
firmaran una carta, un año después, exigiendo una investigación sobre el uso de
armas biológicas la Guerra del Golfo.
AGRESIONES
BIOLOGICAS CONTRA CUBA
La Operación
Mangosta de la CIA había concebido en su tarea número 33, luego del fracaso de
Playa Girón, el uso criminal de la guerra biológica contra Cuba, estrenada con
la introducción del virus patógeno New Castle. Años después, en 1978, la CIA
introdujo en la Isla la epifitia Roya de la Caña, afectando las áreas cañeras
del país. La CIA también introdujo la Fiebre Porcina Africana, aparecida
inicialmente en 1971 y que obligó a sacrificar más de 700 cerdos, y que reapareció
entre 1979 y 1980. En el caso del Moho Azul del tabaco, introducido a Cuba
dentro de la tela de tapado de los cultivos importados de Estados Unidos,
destruyendo más del 85% de las plantaciones de esa planta. La consecuencia fue
que Cuba no pudo exportar uno de sus principales reglones.
La acción
más condenable de la guerra biológica contra Cuba fue la introducción del virus
del Dengue Hemorrágico en 1981, ocasionando la muerte a 158 cubanos, de ellos
61 niños. Ese mismo año, la CIA introdujo el virus de la Conjuntivitis
Hemorrágica y, poco después, la Seudodermatosis Nodular Bovina, cuyo agente
etiológico fue aislado en el laboratorio de Camp Ferry, en New York.
Cuba también
fue agredida con la epifitia exótica Sigatoca Negra, con afectación en la masa
ganadera y, en 1994, la CIA introdujo la exótica Hemorragia Viral del conejo.
Dos años después, en 1996, nuevamente la Agencia la Varroasis y el Thrips
Palmi, afectando a la actividad de obtención de miel de abeja, en el primer
caso, y a las producciones de frijol, la papa, pimiento y otros cultivos, en el
segundo caso.
CONCLUSIONES
Poco hay que
comentar sobre las aseveraciones del Comandante Hugo Chávez sobre lo sospechoso
del padecimiento cancerígeno en varios mandatarios y personalidades
latinoamericanas y a su sospecha de que EE UU pudiera ser el responsable. La
señora Victoria Nuland, portavoz del Departamento de Estado, funcionaria de
bajo rango de la administración Obama, apenas si pudo usar argumentos para
desmentir esa posibilidad. La CIA y el Pentágono, mientras tanto, conocen la
verdad. Quien asesinó niños inocentes mediante la introducción del Dengue
Hemorrágico en Cuba, carece de escrúpulos y de piedad. Sin lugar a dudas, algún
día esta sospecha se convertirá en verdad, para vergüenza de Estados Unidos y
sus gobernantes.
* Periodista
y escritor guatemalteco. Luchador antiterrorista
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