CARLOS SLEPOY: “HAY RAZONES PARA
SER OPTIMISTA, LOS CRÍMENES DEL FRANQUISMO VAN A SER JUZGADOS”
Escrito por María
José Esteso
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Martes, 05 de Junio de 2012
03:50
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Argentina tiene abierta una
querella para juzgar los crímenes del Franquismo. Su impulsor fue el abogado
Carlos Slepoy, que reclamó a su país devolver al Estado español ’el favor’ que
permitió acabar con la impunidad.
Carlos Slepoy, abogado experto en derechos
humanos, lleva años luchando para que se juzguen los crímenes de lesa
humanidad. Al inicio de la dictadura argentina, en marzo de 1976, fue secuestrado y torturado, y estuvo
preso más de un año. Tras su liberación se exilió a España y ha
ejercido como abogado de la acusación popular en los juicios que instruyó el
juez Baltasar Garzón contra el dictador argentino Rafael Videla y otros
miembros de la dictadura. Consiguió
que se juzgara al militar Adolfo Scilingo en el Estado español, condenado por
el Tribunal Supremo en 2007 a 1.084 años de prisión.
En 2010, Carlos Slepoy fue el promotor de la
apertura de una querella para juzgar los crímenes del Franquismo en Argentina.
Dos años después, un grupo de abogados españoles y argentinos, coordinan la
causa que instruye la jueza María Romilda Servini, que vendrá a España en unos
meses para tomar declaración a familiares y víctimas del Franquismo.
Represaliados de La Comuna, ya han viajado a Argentina para aportar documentos
y testimonios.
DIAGONAL: ¿En qué momento
está el movimiento de recuperación de la memoria histórica?
CARLOS SLEPOY: Creo que en España
se ha producido algo magnífico. En estos últimos años se empieza a abrir las
primeras fosas, se crea la Asociación para la Recuperación de la Memoria
Histórica, el Foros por la Memoria y diversas organizaciones.
A partir de ese momento, la lucha por la
memoria histórica adquiere unas dimensiones cada vez mayores. Lo que parecía
que estaba olvidado y que no había ninguna posibilidad de ser recuperado tiene
una pujanza social muy grande. Se inicia un fenómeno parecido al de Uruguay,
Argentina o Chile: homenajes a desaparecidos, apertura de fosas y movilización
de la sociedad civil, sin apoyo institucional. Esto es atribuible a las
víctimas, a sus familias y a las personas que se solidarizan con ellas. Pero,
aunque la independencia es importante, es
el Estado quien tiene la obligación de reparar a las víctimas, asegurar la
memoria y enjuiciar a los responsables.
D.: ¿Cómo valora que se haya apartado al
juez que quiso investigar los crímenes del Franquismo?
C.S.: Es bochornoso, llena de descrédito a
lamagistratura española. Está muy claro que todo comienza cuando Garzón intenta
investigar los crímenes del Franquismo. Además, es condenado en la trama de
corrupción del PP, ahora en el Gobierno, y lo es por unas escuchas, una medida
de prueba que ordenan muchos jueces sin que ninguno se haya visto jamás
sometido por eso.
Garzón al intentar investigar los crímenes
del Franquismo traspasó una línea roja y en ese mismo momento fue condenado. Luego el estrategia
de absolverlo en la causa del Franquismo, pero a la vez aprovechar esa
sentencia para decir que fue un error y que los hechos de la dictadura no
pueden ser investigados... Eso vulnera el derecho internacional y el español,
es dictar una resolución contraria a la doctrina del Tribunal Supremo. No
olvidemos que el Supremo condenó al militar Adolfo Scilingo a más de 1.000 años
de prisión por crímenes de la misma naturaleza cometidos a 12.000 km de
distancia y no había españoles implicados. Además, en la sentencia se dice que
no se puede investigar los crímenes por la Ley de Amnistía, la prescripción de
delitos...
Los recursos que se van a interponer en el
Tribunal Europeo de Derechos Humanos terminarán diciendo que el Supremo vulnera
el Derecho Internacional. También tenemos confianza en la causa
argentina.
D.: ¿Cuál ha sido su papel en la
querella abierta en Argentina?
C.S.: Soy uno de los redactores e
impulsores de la misma. La idea de la querella surgió en un viaje a Argentina;
en ese momento se iniciaban las actuaciones contra el juez Garzón, en marzo de
2010. Planteé en una entrevista que sería
muy importante que Argentina devolviera el favor que hizo la Justicia española
para que se pudiera terminar con la impunidad en Argentina y Chile.
Hechos como la detención de Pinochet, el juicio y condena a Scilingo, la
detención y extradición de Cavallo... La propuesta tuvo un efecto inmediato y
me empezaron a llamar abogados. Ahora somos un equipo y hay muchos
denunciantes.
Al principio el fiscal dijo que estimaba que
se estaban investigando estos delitos en España y como no impulsaba la causa,
la jueza la archivó. Lo recurrimos ante el Tribunal Superior y la Cámara de
Buenos Aires y la Cámara Federal ordenó que se iniciaran las investigaciones y
se requirió a las autoridades españolas que informaran si se estaban
investigando los crímenes.
Después de enviar un exhorto al Gobierno
español, el fiscal general del Estado, entonces Cándido Gómez Pumpido, dijo que
había muchos procedimientos en marcha. Contestamos diciendo que eso era una
falacia y pedimos al Estado nombres de torturadores, empresas que utilizaron a
presos políticos como esclavos, etc. Aún no han respondido. Los crímenes del
Franquismo se van a juzgar. Igual pasó en Argentina: se pensaba que era
imposible, surgió un juez que empezó y el proceso fue irreversible. Hay razones
para ser optimistas.
"El
número de niños robados en España es infinitamente mayor que los registrados en
Argentina"
DIAGONAL: ¿El robo de bebés
se va a investigar en la causa abierta de Argentina contra los crímenes del
Franquismo?
CARLOS SLEPOY: Sí. Cuando las
Abuelas de la Plaza de Mayo denunciaron la existencia de unos 500 niños
secuestrados por la dictadura, esto causó un tremendo estupor en España. Lo que
no estaba presente en la sociedad española era que el número de niños robados
en España era infinitamente mayor qu en Argentina.
Garzón registró en
sus autos que había 30.000 niños apropiados hasta finales de 1951. Unos hechos
que constituían un plan, una práctica legalizada con decretos que establecían
que las mujeres republicanas sólo podían tener a los niños en las prisiones
hasta los tres años. Luego, los menores eran retirados para ser entregados a
afectos al régimen. Se legalizó la apropiación de niños, con la idea de que
había que extirpar el “virus marxista”, así se legalizó la práctica del
secuestro y apropiación de niños. Se naturalizó esa práctica durante toda la
dictadura franquista y aún durante la democracia.
Miles de niños
fueron apropiados
ya no por la naturaleza política sino porque empezó a ser un negocio. A las
madres pobres se les decía, como es conocido ahora, que sus hijos se habían
muerto, pero el bebé era entregado a familias que estaban apuntadas para
adoptar, entre comillas, saltándose todas las prescripciones legales.
Es muy grave y llama la atención que el
Tribunal Supremo, cuando se adoptan las resoluciones contra la investigación de
los crímenes del Franquismo no haga la más mínima alusión a estos niños. Si una
persona fue privada de su identidad cuando era pequeña, el delito se sigue
cometiendo porque esa persona sigue con su identidad sustituida, y los que se
apropiaron de él o ella, siguen cometiendo el delito. Por tanto, el crimen se
sigue cometiendo, es un delito permanente, lo mismo que la desaparición forzada
de personas, no ha prescrito. El robo de bebés en España es un verdadero
escándalo.
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