Javi López Diputado del PSC, Parlamento Europeo
Publicado: 20/02/2015 12:32 CET Actualizado: 20/02/2015
12:37 CET
"Vamos a darles
una lección a los griegos. Nos han mentido, han abusado y les vamos a
crujir". Wolfgang Schaüble, ministro de Finanzas de Alemania
Estas fueron las palabras Wolfgang Schaüble, ministro alemán
de Finanzas, según las notas de Tim
Geithner, secretario de Estado de EE UU en febrero de 2010, tres meses
antes del desembarco de la troika en Atenas.
Definen a la perfección el imaginario económico dogmático,
puritano y estúpido de la derecha alemana. Serían hasta cómicas si estas ideas
no hubieran pilotado -como así lo han hecho- la gestión de la crisis de la zona
Euro y no se hubieran aplicado con mano de hierro sobre los presupuestos (y
poblaciones) de buena parte de Europa.
Pecaste. Y ahora toca purgar tus pecados. Sadomasoquismo
fiscal como cicuta redentora. Fuera de cualquier lógica académica. Como si de
un cilicio se tratase. El castigo como método de gobierno. Grecia ha perdido
durante el rescate de la troika el 25% de su PIB. Más que en cualquiera de las
grandes depresiones: Alemania 1919-24, EEUU 1929-34 o Reino Unido 1918-23. Sólo
comparable a una guerra.
Su deuda ha escalado hasta el 170% del PIB. Si esa era
obsesivamente la fuente de todos sus problemas, ¿por qué nada de lo que se ha
hecho la ha disminuido? Su paro ha aumentado hasta el 25%. Vive una gravísima
crisis social. En España, conocemos bien el sufrimiento del desempleo y el
desgarro de unas desigualdades galopantes. La austeridad ha sido, allí donde se
ha aplicado, una espectacular transferencia de rentas de la mayoría hacia los
más acaudalados.
Grecia necesita tiempo y espacio para acometer las reformas
necesarias en un Estado que se ha mostrado absolutamente disfuncional.
Corrupción, clientelismo y una fiscalidad deplorable e injusta son los
verdaderos lastres del país. A ninguno de ellos se ha hecho frente durante los
últimos años, y lo ejecutado ha sido simplemente una poda sistemática del
Estado y de la dignidad de la ciudadanía. Esa es la tarea hercúlea que le
espera a Tsipras por delante.
Para llevar a cabo estas reformas, el Eurogrupo tiene el
deber moral de escuchar con la mente abierta las nuevas propuestas de un
Gobierno elegido en las urnas (Syriza), con un mandato claro de renegociación
de las condicionalidades y términos del rescate.
Las negociaciones durante esta semana están siendo de
infarto. Atenas quería evitar a toda costa utilizar el actual programa de
crédito y pactar un nuevo crédito puente de cara a la verdadera negociación: el
tercer plan de rescate. No ha sido así. Tras durísimas presiones, ha solicitado
la línea de crédito actual acompañada de una nueva retórica que permita cierto
grado de maniobra en casa. Cesión de Atenas.
Y cuando el acuerdo se daba por descontado llegó la
naturaleza del escorpión. Inexplicablemente, Schaüble rechaza vía comunicado
(de 42 palabras) la petición griega. El chantaje alemán es insoportable. Su
negativa busca la humillación del nuevo Gobierno, sitúa a Europa al borde del
abismo y la democracia en punto muerto.
La nueva reunión del Eurogrupo se espera de alto voltaje. No
son pocas las voces que se empiezan a alzar ante la todopoderosa posición
germana. Y en Alemania, Gabriel, vicecanciller del SPD, ya ha criticado el rechazo
de la oficina económica del Gobierno.
El papelón de Dijsselbloem
en las negociaciones ha sido deleznable. Cabe destacar el papel de Moscovici
al plantear una posición de negociación aceptable por Atenas pero que
finalmente retiró el Eurogrupo. Los Gobiernos de España y Portugal han actuado
como verdaderos halcones con calculadora electoral en mano. Patético.
Se requiere un acuerdo que dé tiempo (6 meses) y algo de
espacio a la espera de la gran negociación. Los acuerdos comportan cesiones,
pero no pueden ser una humillación. Alemania debería saberlo mejor que nadie.
Generosidad, empatía y solidaridad. Frente al matonismo, los
castigos moralistas o los pulsos de fuerza. Esos son los únicos elementos que
nos pueden hacer encontrar la salida al laberinto griego. De eso trataba
Europa. ¿No?
Fuente: http://www.huffingtonpost.es/
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