El 2 de febrero de 2014 se
cumplen 35 años del crimen de estado que fue el asesinato de nuestra compañera
del PST Yolanda González. Si bien los ejecutores materiales fueron juzgados y
condenados, cosa que no sucedió en otros crímenes perpetrados por bandas
fascistas y grupos parapoliciales durante la llamada transición, la impunidad y
la connivencia del aparato del estado con los asesinos continúa siendo
evidente.
La evolución de la denuncia
periodística de la colaboración de Emilio Hellín, el asesino de Yolanda (en
libertad tras 14 años de condena, con dos fugas, una de ellas de 3 años en los
que trabajó para los servicios secretos de la dictadura de Stroessner en
Paraguay), con las instituciones policiales del estado es una demostración de
que aún perviven elementos franquistas en el aparato del estado. Dicha
denuncia, publicada por EL PAIS en febrero del 2013, inició una campaña
impulsada por las organizaciones que procedemos del PST (Lucha
Internacionalista y Corriente Roja) partido en el que militábamos con ella,
junto a ex compañeras, amigas y familiares de Yolanda. El objetivo, aun no
conseguido, era esclarecer la colaboración del asesino Emilio Hellín con las
diferentes policías del Estado (Nacional, Ertzainza y Mossos d’Esquadra)
mediante cursos impartidos desde una empresa/ tapadera, determinar
responsabilidades políticas, y evitar que esa colaboración pueda continuar.
Para ello se instó a los parlamentos y gobiernos vasco y catalán, y al
parlamento y al gobierno de España, a iniciar procesos de investigación.
Después de la presentación
de miles de firmas, de la realización de actos y charlas de divulgación, de las
interpelaciones de diferentes grupos parlamentarios (en el Congreso de los
Diputados -PSOE, CIU, PNV, IU, ICV-EUiA, CHA; La Izquierda Plural y el Grupo
Mixto, entre ellos Amaiur, BNG y ERC, a los que hay que añadir CUP-AE –de la
que LI forma parte- en el parlament de Catalunya), después de varias
entrevistas con representantes del gobierno español y de los gobiernos vasco y
catalán, sólo hemos obtenido evasivas, sin que se haya llevado a cabo ni las
investigación ni información pública alguna. La última iniciativa parlamentaria
fue desestimada por la Mesa del Congreso de los Diputados el pasado mes de Mayo
de 2014.
Diversas iniciativas se han
sucedido desde entonces. El pasado mes de octubre, vecinos y asociaciones de
Deustuibarra, barrio natal de Yolanda, presentaban una moción al Ayuntamiento
de Bilbao para dar el nombre de Yolanda a una plaza junto a su casa natal.
>En diversas ciudades, otros murales recuerdan a Yolanda, como los del
movimiento antifascista o como el de la CABA (Casa Autogestionada del Barrio de
Aluche, en Madrid), barrio en el que vivía cuando fue secuestrada y asesinada.
Este último mural amaneció
lleno de pintadas fascistas en los días que siguieron al asesinato por miembros
del Frente Atlético del antifascista Jimmy, del grupo Riazor Blues. Los medios
de comunicación apenas dieron cuenta del hecho, pues se encontraban en plena
campaña de confusión intentando desacreditar a los grupos antifascistas,
igualándolos con las bandas de extrema derecha, culpabilizando a la víctima,
Jimmy, y no a sus verdugos, los matones fascistas del Frente Atlético.
Y esto nos suscita una
reflexión sobre el fascismo que empieza a reaparecer como algo más que «bala en
la recámara» ante las respuestas a la crisis. La policía y las leyes del estado
no son suficientes para enfrentar las luchas que sin duda van a ir en aumento
contra las medidas económicas y políticas con que el capitalismo gestiona su
crisis. El fascismo no emerge de la nada, sale de las instituciones del régimen,
que lo promocionan mediante leyes xenófobas y represivas, y con propaganda
tendente a crear el clima de opinión que permite a estos grupos ganar apoyo
social en los sectores obreros y populares más desfavorecidos. En ese contexto
hay que entender no sólo la actual «ley mordaza», sino también la campaña de
propaganda con que se ha tergiversado el asesinato de Jimmy en Madrid. Las
leyes represivas, la ley de extranjería, la campaña contra el derecho de
autodeterminación de los pueblos vasco y catalán… constituyen la base
ideológica para fomentar la existencia de estos grupos parapoliciales, que
serán fuerza de choque del capital en la lucha de clases. El régimen monárquico
español, por ser continuidad del franquismo, es aún más claramente protector y
promotor del fascismo, como demuestra la raquítica reparación a los luchadores
y luchadoras antifascistas, la desmemoria histórica y la protección al asesino
de Yolanda.
Como compañeras y
compañeros de militancia de Yolanda, sabemos que ella estaría con nosotros, independientemente
de cuál hubiera sido su evolución política posterior, en la lucha contra la
crisis y contra el fascismo, por la libertad y por la construcción de un futuro
socialista.
¡Yolanda, no olvidamos!
¡Hasta el socialismo
siempre!
Luca Gomez Pintado
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