“Queda claro
que España es el verdadero “País de Nunca Jamás”, donde nunca jamás a los que
generan graves daños y quebrantos económicos a los demás por su nefasta, torpe
y en ocasiones interesada y particular gestión, les ocurre nada”.
A raíz de la
“puesta” en escena de una nueva presunta estafa protagonizada por el
presidente del consejo de administración de Gowex, Jenaro García, se han visto
imágenes de este ya famoso personaje tocando la campana un 12 de marzo de 2010
con motivo del comienzo de la cotización en la Bolsa española de dicha empresa
tecnológica que opera e instala redes wifi, no sé si lo seguirá haciendo. Esto
me ha recordado aquel 20 de julio de 2011 cuando tuvimos ocasión de ver al
entonces presidente de Bankia, Rodrigo Rato, moviendo el badajo de la campana
anunciando el principio de la cotización en Bolsa de la ya archifamosa entidad
bancaria.
Ambos “acontecimientos”
me han traído a la memoria aquella copla magistralmente cantada por la
inigualable y ya desaparecida interprete de la copla andaluza conocida como “La
Niña de la Puebla”. La copla se titulaba “Los Campanilleros” y en
una de sus estrofas decía lo siguiente: “En los campos de mi Andalucía los
campanilleros por la madruga, me despiertan con sus campanillas y con sus
guitarras me hacen llorar”. También estos dos “campanilleros”,
Rodrigo Rato el que fue ministro de Economía con Aznar y Jenaro García, cuya
trayectoria al frente de su empresa fue considerada como “el ejemplo a
seguir”, “la joya tecnológica española” y de un “ascenso
meteórico” ,“méritos” reconocidos por el Gobierno de Rajoy y premiada por
ello en dos ocasiones con foto incluida en la que se ve a Jenaro García
junto a Rajoy, han hecho llorar a miles y miles de españoles pero no a golpe de
guitarra sino de “vaciado de bolsillos”.
Es de
justicia reconocer también el “mérito” de Miguel Blesa de la Parra, el
que nadie lo pilla y nadie lo agarra, que también contribuyó a que la gente
llorara de “sentimiento” ante el “cante” interpretado por estos
tres artistas. De momento parece ser que a los tres, paradojas de la vida, les
ha “salvado” la campana, Rodrigo Rato salió de Bankia por piernas y fue
a parar a Telefónica y recientemente ha “fichado” por Servihabitat una
inmobiliaria fundada por La Caixa, como miembro de su consejo de
administración. En el caso de Rato, el trato que se le está dando es más
que exquisito. El juez de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu, ha rechazado
embargar los bienes por valor de 24.945 millones de Rato y de su equipo,
porque es preciso “conocer el verdadero alcance” de los hechos y definir el
grado de responsabilidad de cada uno de los imputados.
Esto choca
con la rapidez con que se conoce “el verdadero alcance” del “delito”
cometido por todos aquellos que se han quedado sin trabajo y sin ingresos y
que son desahuciados de inmediato de su vivienda con “acompañamiento”
policial incluido y además, si así lo reclama la parte acreedora, se procede al
embargo del posible subsidio que pueda percibir el damnificado en el caso,
claro está, de que esa ayuda superara el límite establecido para proceder al
embargo de un sueldo, ayuda o pensión, cosa totalmente impensable por lo
irrisorio de su cuantía.
A Jenaro
García le ha sido impuesta por el juez una fianza que él mismo ha considerado
como razonable y a Miguel Blesa de la Parra, al que nadie lo pilla y nadie le
agarra, le están quitando de encima a algún que otro juez que se ha empeñado en
meterlo en la cárcel. Ni Rato ni Blesa van a sufrir “castigo” alguno por
la debacle de Bankia que al margen de lo que les va a costar a sus accionistas,
a sus impositores y a los poseedores de las preferentes, o sea, poseedores de
nada, y a los españoles, a todos, que van a tener que pagar los miles de
millones que ha prestado al Banco Central Europeo para reflotar a una entidad
bancaria víctima de la mala, pésima, desastrosa gestión de unos incompetentes
que encima están considerados como “cerebros privilegiados”. Lo de
Bankia lo va a pagar el encargado de mantener en funcionamiento la caldera de
la calefacción.
Esta es la
moderna versión de “Los Campanilleros”. Queda claro que España es el
verdadero “País de Nunca Jamás”, donde nunca jamás a los que generan
graves daños y quebrantos económicos a los demás por su nefasta, torpe y en
ocasiones interesada y particular gestión, les ocurre nada.
Fuente: www.nuevatribuna.es
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