nuevatribuna.es
| 08 Diciembre 2013 - 18:30 h.
Muchas,
demasiadas, atrocidades ha perpetrado ya este gobierno y resto de
'responsables' del Partido Popular. Enumerarlas nuevamente resulta embarazoso
por reiterado. Sin embargo, no debemos dejar en el olvido los incumplimientos más
serios del programa electoral de Mariano Rajoy y su comparsa
hasta sumirnos con engaños continuos y mentiras en la más de las absolutas
miserias. He aquí una rápida radiografía,
Dos años,
tan solo dos años han transcurrido desde aquel fatídico 20 de noviembre de
2011, y nos parecen una eternidad. No hay día en que no nos encontremos con una
"mala nueva". Desde aquel final de año en que la vicepresidenta
Soraya Sáenz de Santamaría comunicaba el primer tijeretazo de este gobierno y
anunciaba la única verdad dicha hasta el momento actual: era solo el inicio del
inicio.
Presentaron
"su" verdad como "la" verdad. Se remitieron a
la "herencia recibida". Rajoy, aún ahora, cuando no sabe por
dónde salir para responder a las preguntas que en el Parlamento se le hacen,
acude a tan manida frase.
Cualquier
presidente de gobierno de cualquier país civilizado procuraría no hacer, al
menos, tamaño ridículo tras haber destruido en su tiempo de mandato más de millón
y medio de puestos de trabajo y afirmar justo lo contrario.
A los saqueos
sociales hay que sumar los escándalos que han ido apareciendo en
relación a una increíble corrupción que salpica presuntamente
a lo mejorcito del PP. Los llamados "Papeles de Bárcenas",
el caso Gürtel, la vinculación con el caso Noós...
a lo largo y ancho de la península y las Islas Baleares. Las últimas noticias
que vinculan a Aznar con Blesa en la presunta venta de
armas a Libia, Argelia y EEUU, etc.
Las
manipulaciones y desmantelamiento en Hacienda para
favorecer a determinados personajes o empresas también clama al cielo.
Pero siendo
graves estos asuntos, el mayor de ellos es la Ley de Seguridad
Ciudadana, conocida popularmente como Ley Fernández o
"Ley Mordaza". Si llega a aprobarse lo que a día de hoy es aún
anteproyecto, la guillotina o las concertinas todas juntas habrán
acabado con el pueblo español por obra sin gracia de la brutal dictadura de un
obsceno PP.
Con esta Ley
de Inseguridad Ciudadana se nos quitan todos los derechos,
absolutamente todos. De momento, diversas mareas, la PAH, y otros
movimientos ciudadanos con sus protestas pacíficas en la calle han conseguido
frenar alguna de las aberrantes decisiones del partido en el poder.
Si el
anteproyecto se convierte en Ley -conculcando todo el Título I de la
Constitución vigente-, la condición de ciudadanos de los españoles habrá sido
anulada. Nos hagan lo que nos hagan no podremos ni hablar, ni defendernos
por las ofensas recibidas. Vamos a ser la humillación doliente bajo la
borrachera lujuriosa de una maldad impune. Una maldad suprema y que jamás
hubiéramos podido imaginar. El punto y final de la democracia se habrá
consumado. La dictadura, de nuevo, se habrá asentado en este país
sufriente. Dos años, 730 días, habrán tardado en ponernos en galeras.
La única
solución pacífica que nos queda a los españoles para conseguir acabar de una
vez por todas con un gobierno que nos maltrata constantemente y nos sigue
'amenazando' con nuevas "reformas" exigidas desde la Troika es la
masiva presencia nuestra en las calles. Las 'autoridades' interpretan la fuerza
ciudadana por el número de los que protestamos, no por las tropelías
realizadas por su parte.
Como así es,
es imperativo que salgamos el 99% de los ciudadanos, todos juntos, para exigir
de una vez por todas la dimisión de Rajoy, el responsable mayor y
último de tantos abusos. Vayamos a un proceso constituyente y restablezcamos,
de una vez por todas, el marco de derechos y responsabilidades en una auténtica
democracia bajo una Constitución que la avale.
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