Por Dina
Bousselham | Este
año se cumplían 77 años desde que en 1936 Melilla se sublevara dando inicio a
la Guerra Civil, acontecimiento histórico que cambió el rumbo de España en
general y del Real Madrid en nuestro caso...
nuevatribuna.es
| Dina Bousselham | 08 Diciembre 2013 - 14:31 h.
Plantilla
Real Madrid 1931-1932
Este año se
cumplían 77 años desde que en 1936 Melilla se sublevara dando inicio a la
Guerra Civil, acontecimiento histórico que cambió el rumbo de España en general
y del Real Madrid en nuestro caso. Entre el 2 y el 4 de Agosto de aquel año el
Club blanco y por entonces republicano, sería incautado por el Frente
Popular. La junta directiva liderada por Rafael Sánchez-Guerra, fue
sustituida por Juan José Vallejo. Aún no había empezado el asedio a Madrid, el No
Pasarán resistía y
la capital se convertía en el icono mundial del antifascismo. El club blanco
era una referencia para los valores republicanos y de izquierda mundial. La
franja morada en el escudo nos recuerda como un día este club estuvo cerca del
pueblo, defendiendo la libertad y la igualdad desde el terreno de juego.
Porque ingenuo sería aquel que pensase que en el futbol sólo se lucha por unos
colores. En el fútbol también se defienden unos determinados valores sociales y
políticos. Por tanto el fútbol también es política.
El
fútbol creativo es de izquierdas, mientras que el fútbol de pura fuerza,
marrullero y brutal, es de derecha – Jorge Valdano
El anterior
presidente Rafael Sánchez-Guerra, hijo de José Sánchez-Guerra Martínez
(ministro con varias carteras durante el reinado de Alfonso XIII, encabezó en
Valencia el 29 de enero de 1929 una rebelión contra la dictadura de Primo de
Rivera, hecho que coincidió con el partido de copa del Madrid-Espanyol que
estuvieron a punto de suspender) fue político republicano, se presentó en las
elecciones municipales de 1931 bajo el paraguas republicano-socialista. Tras la
derrota en la guerra fue condenado a 30 años de cárcel. En los años 40
consiguió huir y exiliarse en Francia donde fue ministro del gobierno de la
República en el exilio. Uno de los hechos simbólicos que hizo el Madrid CF tras
la proclamación de la II República en 1931 fue la de quitarse el nombre de
“Real” que alude a su vínculo y simpatía con el régimen monárquico, y
sustituyendo la bandera rojigualda por una franja morada castellana en el
escudo.
Muchos
(muchos culés) en los típicos piques entre madridistas y el resto de
aficionados se escudan en el hecho de que el Madrid fue el equipo de Franco[1]
y por tanto obtuvo favores, ligas, campeonatos, etc. de él. Mentira.
Porque si bien es cierto que el fútbol ha estado históricamente al servicio de
la política, y en el caso de los regímenes fascistas[2] más aún (sólo hay que
echar un vistazo a la historia de los mundiales de fútbol en el periodo de
entreguerras, sin ir más lejos…) la dictadura franquista conocedora del poder
de influencia del fútbol supo sacarle el máximo partido. No obstante es falso
el mito de que con Franco el Madrid ganó todo. Fue concretamente durante el
periodo republicano el momento histórico en el que el Madrid obtuvo el mayor
porcentaje de títulos, logrando 2 de las 5 ligas (40%) y 2 de las 5 copas
(40%). Si en algún momento histórico se puede decir que el Madrid fue el equipo
del Régimen fue en la II República dado que sus presidentes, sus símbolos
incluso su propiedad eran afines al régimen político e incluso los éxitos
deportivos eran coherentes con la afinidad entre equipo y sistema político.
¿Qué
importancia tiene todo esto? Probablemente para muchos sólo sea un breve repaso
histórico o algo meramente anecdótico. Sin embargo, en el imaginario de mucha
gente esta época del madridismo republicano jamás existió o fue un momento muy
marginal de la historia del club[3]. La historia la escriben los vencedores[4],
me dijeron una vez en clase. Y no podría ser más cierta la cita. Hoy en día son
muchos los que como yo aman este club y se sienten identificados con él. Y más
allá del fútbol somos de izquierdas, porque creemos en unos determinados
valores sociales y políticos. Porque a pesar de que sea difícil luchar contra
un poder hegemónico cultural que se ha asentado en nuestro imaginario
ideológico y que vincula a veces explicita pero muchas implícitamente un Real
Madrid monárquico, con unos valores conservadores típicos de la derecha…
nosotros no somos del Madrid por motivos históricos ni políticos. Yo soy
madridista porque mi padre lo fue siempre, porque crecí con la figura de Raúl
presente en casa, porque simplemente me sentía orgullosa de jugar al fútbol con
una camiseta blanca encima. Sí, por muy irracional que eso parezca.
La
derecha española por su parte se ha reapropiado de la simbología madridista en
aras de conseguir esa hegemonía cultural, haciendo del fútbol un instrumento
para sus negocios, creando unos fuertes vínculos entre el fútbol como
deporte-espectáculo de masas y la industria publicitaria (Nike y CR7 son un
buen ejemplo), entre el fútbol y asuntos institucionales (el éxito/fracaso de
que a un país le den un Mundial de fútbol influirá directamente en la
reelección del gobernante de turno), el fútbol también está sustentando los
medios de comunicación (que Intereconomía ceda su frecuencia al RealMadrid TV
que se dará en abierto a partir de Enero es también política), un fútbol
creador y amasador de identidades (en el caso del Barça esto es muy claro, la
Senyera es muestra de la estrecha línea entre la búsqueda del reconocimiento de
la nación catalana y el fútbol), ser futbolista es como tocarte la lotería (ya
lo dijo Eto’o “correré como un negro para vivir como un blanco”) y un largo
etcétera. La “revolución del fútbol” impulsada por los grandes equipos,
propietarios de las estrellas que atraen a las masas de aficionados a los
nuevos estadios (estadios por cierto que venden su marca a empresas…el famoso
“naming right” que encontramos tanto en el “Emirates Stadium” como en “Liga
BBVA”) es síntoma de que el fútbol es un asunto demasiado importante/rentable
para dejarlo en unas manos cualquiera. La mercantilización del fútbol no es más
que otra cara de la mercantilización de la sociedad. Pero eso da para escribir
otro artículo.
Lo que hoy
pretendo decir es que los madridistas también podemos ser de izquierdas. Que el
fútbol debería volver a ser un deporte para el disfrute de los aficionados,
siendo el espectador el centro de atención, un deporte desvinculado de los
valores ideológicos de unos frente a los otros, un deporte coherente con los valores
democráticos, desmercantilizado, es hora de recuperar al club y que sea de
todos. No solo de aquel que pueda pagarse el desorbitado precio de las
entradas. Tampoco sólo de aquel que viste la pulserita rojigualda en la mano y
con ello se siente más madridista que todos. Porque aunque en este mundo todo
se ha convertido en interés, luchas de poder y negocios. Tenemos derecho a
recuperar el fútbol y el deporte como algo lúdico, divertido y
condenar/criticar con fervor todo el circo político-económico que se ha
generado entorno a ello, consiguiendo hacer de este deporte un fuerte mecanismo
de control de masas, una herramienta para construir valores culturales
hegemónicos. Mi Madrid, aquel Madrid de la franja morada está en el centro de
todo esto.
Dina Bousselham | Politóloga, especialista en
América Latina
[1] El tema
de Franco es muy llamativo, y hay que ir desmitificando leyendas que corren por
ahí. En este sentido no debemos olvidar que fue gracias al Generalísimo que el
Barcelona FC consiguió resolver sus problemas financieros, así como apoyos
desinteresados relacionados con la recalificación de terrenos, autorizaciones y
favores a personajes de la directiva como Juan Gich entre otros)
[3] En la
celebración del Centenario del Madrid apenas se tuvo en cuenta ese periodo
histórico de máximo esplendor del Club.
[4] No
fue casual que Perico Escobal, único capitán republicano de la historia del
Madrid, acabara exiliado en Nueva York, muriendo en el 2002 sin que nadie se
atreviera siquiera a nombrarle.

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