Artículos de Opinión | Cristóbal
Orellana | 09-09-2013 |
La red R.A.N.A. (Red
Antimilitarista y Noviolenta de Andalucía) acaba de remitir a la opinión
pública su posicionamiento sobre la guerra en Siria y las amenazas militares de
EE.UU. El meditado texto, escrito en clave de Noviolencia, puede leerse en:
Destaca en este texto,
a mi juicio, aparte de un activo posicionamiento antibelicista, una postura
humanitaria sin ambages: la imperiosa y urgente necesidad de socorrer
inmediatamente a los millones de víctimas (familiares de asesinados,
desplazados, exiliados, etc.) que los dos bandos en conflicto están causando en
Siria (ayudados por otros bandos, claro). Esta es la cuestión de la que nadie
nos habla (o muy poco): las víctimas de las guerras. Los telediarios sí usan a
las víctimas, por supuesto, como armas arrojadizas contra el enemigo de turno
(Sadan, Gadafi, Al Assad...), pero no nos hablan de ellas como personas, sino
de ellas como armas en sí mismas, es decir, como objetos que -debidamente
manipulados- pueden dirigir a la opinión pública en una u otra dirección. Las
víctimas, nos dicen los redactores de los telediarios, no lo son de las guerras
y el militarismo y el "diente por diente, ojo por ojo"... sino solo
del odio que anida en el satán de turno (Al Assad en este caso). Occidente,
manipulando a las víctimas de las armas químicas (las otras no les importan
ya), prepara una guerra para destruir Siria, pero ayuda humanitaria no.
Efectivamente, es
posible que nuestros gobernantes (que ni son tan nuestros ni gobiernan tan para
nosotros, según puede comprobarse en la Andalucía desesperada de hoy, por
ejemplo) terminen por desencadenar una devastadora guerra, regional o mundial,
en todo el Oriente Medio.
Llevan semanas
aparentando cuidadosamente que van a contar con el respaldo de los parlamentos
o con el de la ONU (que aún no tienen) o con el mayoritario de los países del
G20 o con el de algunos países adscritos a la OTAN o con el de partes de la
opinión pública, etc.. Es obvio que Obama, el Premio Nobel de la Paz, ha
cambiado la estrategia de dejar desangrarse a Siria por la de intervenir
militarmente, de modo abierto, en toda la zona… una zona donde hay armas
nucleares (Israel las tiene) y donde ya han tenido lugar otras guerras y donde
se produce o controla gran parte del petróleo que se consume en el mundo y
donde Irán ha sido objeto de múltiples amenazas y donde… Es decir, tratan de
justificar ahora que se puede aplastar con misiles a Siria porque alguien (no
se sabe quién) usó las mortíferas armas químicas a la vez que -esos mismos que
buscan el consentimiento ético del mundo- operan por detrás para apoderarse de
Oriente Medio e instaurar allí un orden de cosas a su exacta medida. O sea: lo
mismo (o muy parecido) que acaban de hacer en Egipto; lo mismo que hicieron en
Irak en 2003 y años sucesivos, lo mismo que hicieron en Libia, en Afganistán...
Algo de gran trascendencia, quizás, se está fraguando de modo rápido como
antesala directa de un posible ataque a Irán y otras intervenciones
’colaterales’ en el área.
Las consecuencias de
la intervención militar de EE.UU. en la zona serían extraordinariamente
negativas para toda la comunidad internacional. En Europa, por ejemplo, un alza
brusca y duradera del precio del petróleo (si esto se produjera) podría
provocar una rápida hecatombe social y económica que, a su vez, podría generar
cambios políticos de todo tipo y de gran envergadura. Por su parte, las
consecuencias humanitarias en la zona de guerra (quién sabe si reducida o no a
Oriente Medio) podrían ser incalculables porque como resultado de una guerra de
ese tipo podrían producirse decenas o centenares de miles de seres humanos
víctimas mortales a manos de los pacificadores occidentales y de sus oponentes
militares.
En este contexto, en
mi opinión, el Movimiento por la Paz en Andalucía, que trabaja por el desarme y
la desmilitarización de las relaciones internacionales, debe activarse al
máximo de sus posibilidades políticas y hacer un frente común no solo para
parar esta guerra, sino también para extender la idea de que los gobiernos que
sostienen las grandes bases militares (Rota, Morón, Gibraltar), las armas
nucleares (Francia, EE.UU.), etc., son gobiernos ILEGÍTIMOS que atentan contra
la Paz y la seguridad de todos. Trabajar por la Paz no es solo intentar parar
una guerra, sino parar el belicismo descarado y permanente de nuestros
gobernantes (también el del gobierno sirio y el de la oposición armada en
Siria). La Paz exige coherencia ética y política, no hipócritas golpes de pecho
ante la opinión pública para luego, en la lógica del bipartidismo, auparse a la
presidencia del gobierno. ¿Cuantísimas veces más las guerras habrán de volver a
enseñarnos su inutilidad, su interesada esencia absurda, sus profundos y
dañinos efectos, sus ruines beneficios para los vendedores de armas, el horror,
en definitiva, del que se alimentan los poderosos buitres de este mundo?.
El PSOE de Andalucía y
la Junta de Andalucía, que han apoyado la instalación del escudo antimisiles en
la Base Nuclear de Rota y que están impulsando sin descanso la industria
militar aeronáutica en esta Comunidad Autónoma, deben corregir su rumbo
belicista y respetar más las exigencias y el talante de Paz y Solidaridad de
los andaluces y las andaluzas. Las bases de Rota, Morón y Gibraltar, si estalla
un conflicto militar en el contexto mediterráneo, también podrían ser objeto de
ataques militares. Por nuestra parte, a la izquierda del PSOE, deberíamos, sin
eliminarlos, conceder una importancia secundaria a los debates sobre quién es
menos democrático, si Obama o El Assad. Porque es, más bien, la Lógica de la
Guerra permanente en todas las direcciones la que debemos poner encima de la
mesa como debate político prioritario. ¿Discutir vehementemente sobre la
conveniencia o inconveniencia de apoyar a determinados regímenes como freno del
imperialismo mientras, delante de nuestros ojos, la Lógica de la Guerra arrasa
Oriente Medio y el futuro de la humanidad?. No, gracias. Desmantelar las bases
de Rota, Morón y Gibraltar debe ser nuestro objetivo concreto común, sabiendo
que en Andalucía jamás se ha dicho, que yo sepa, NO A LA GUERRA para defender a
Gadaffi o a El Assad o, en su momento, a Sadan Husein. En Andalucía se siente y
se dice NO A LA GUERRA no solamente para denunciar el feroz militarismo de
EE.UU. y de la OTAN, sino también para habilitar procesos políticos, concretos
y medibles, de Paz, de Desarme y de Solidaridad Internacional. Es la justicia
social, y el respeto a los derechos humanos, y la dignidad de los pueblos y el
cese de tanta y tanta VIOLENCIA ESTRUCTURAL lo que queremos desde Andalucía
para Siria lo mismo que para EE.UU. El contínuo y voraz intervencionismo
militar de EE.UU. es, sin duda, una grave afrenta para todos los pueblos del
mundo, pero no es el único problema político grave que afecta a la Paz y a la
Justicia.
Es verdad que no es
momento de elucubraciones geoestratégicas mundiales, ni de prospectivas mal
agoreras sobre posibles hecatombes, etc., pero tampoco lo es de pasividad y,
mucho menos, de confianza en el poder destructivo de las armas de la OTAN. Es
momento de activar nuestro corazón, nuestra conciencia y toda nuestra capacidad
política para obligar al gobierno del PP no solo a que no nos meta en esta
guerra, sino a que trabaje decididamente por el desarme en la zona, por la
ayuda a las víctimas de la guerra en Siria, por la Paz en todo Oriente Medio.
Quizás los poderosos decidan reajustar sus cuotas de poder económico y
militar haciendo estallar una gran guerra en Oriente Medio. Nosotros y nosotras
llenemos las calles con pancartas de Paz diciéndoles: vuestro comportamiento es
indigno, es radicalmente antihumanitario y vulnera todos los fundamentos de la
ética y la verdadera democracia. No a la guerra, no a los gobernantes
irresponsables que organizan las guerras, sí al Desarme, sí a la Paz, sí a la
Solidaridad Internacional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario