El
presidente del Tribunal Constitucional, Francisco Pérez de los Cobos, aseguró el 6 de
diciembre de 2005 que el texto de reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña
que acababa de aprobar el Parlament (ese 30 de septiembre) suponía un
“verdadero órdago para la estabilidad constitucional” del Estado, arguyó que
“ningún jurista digno” afirmaría lo contrario y concluyó que era “la primera
manifestación política” de lo que calificó como “desprecio” de los catalanes
“hacia la cultura española”. En una conferencia pronunciada en su localidad
natal, Yecla (Murcia), Pérez de los Cobos —entonces catedrático de Derecho del
Trabajo en la Universidad Complutense de Madrid— lanzó duras críticas contra
los “excesos” del Estatuto y la “clase política”, a la que acusó de ser “el
problema” y de no estar “a la altura de la madurez” del pueblo.
A partir de
hoy, y durante tres días, el pleno del Tribunal Constitucional debatirá la
recusación planteada por la Generalitat y el Parlament de Cataluña contra Pérez
de los Cobos tras publicar EL PAÍS en julio que este siguió pagando su cuota de militante en el PP tras ser
nombrado magistrado en diciembre de 2010. Esta militancia
política, interrumpida en 2012 y autorizada —aunque hay discusión sobre ello— para
los magistrados del Constitucional que no provienen de la judicatura, ha
arrojado grandes sombras sobre su imparcialidad al frente del órgano que
interpreta la Constitución. Las instituciones catalanas pretenden apartar a De
los Cobos de cualquier decisión sobre un total de 25 recursos, impugnaciones y
conflictos de competencia que les afectan directamente.
En la
conferencia de Yecla el 6 de diciembre de 2005, día de la Constitución, el
jurista conservador aseguró sobre el Estatuto: “El verdadero problema, y creo
saber de lo que hablo, es que, como consecuencia de errores del pasado, varias
generaciones de catalanes han sido ya educadas en el desprecio, expreso o
tácito, hacia la cultura española, y el Estatuto es la primera manifestación
política de ese desprecio”. También
Previamente,
Pérez de los Cobos había advertido al auditorio que “el yeclano no está hecho
para lo políticamente correcto”. En otro pasaje de su discurso, el catedrático
laboralista defendió “un gran pacto de Estado en torno al modelo de Estado y la
educación que se imparte en el conjunto del mismo” con el fin de “evitar males
mayores”. “Lo que entre todos hemos conseguido en estos 27 años es mucho, pero,
no nos engañemos, también es vulnerable y frágil, y hay que exigirle a nuestra
clase política que sepa estar a la altura de las circunstancias, lo que no
siempre hace”. Aunque en su intervención hablaba de los políticos en genérico,
Pérez de los Cobos hizo una referencia que apuntaba al Gobierno socialista
de José Luis Rodríguez Zapatero, enfrentado con
la jerarquía católica tras la aprobación de la ley del matrimonio homosexual,
el divorcio exprés y la Educación para la Ciudadanía: “Si nos faltaba algo
ahora han redescubierto el fantasma del anticlericalismo”, dijo.
Francisco Pérez de los Cobos nació
en la localidad murciana de Yecla hace 51 años. Allí pasó sus primeros años, lo
que le marcó. “Si la infancia es la edad de la conformación del carácter y el
carácter es, como decía Heráclito, el destino del hombre, seguramente mi
carácter y también mi destino están inexorablemente ligados a Yecla”. Fueron
sus palagras de introducción, el 6 de diciembre de 2005, en el discurso al que
fue invitado por el Ayuntamiento, gobernado por el PP, para celebrar el
aniversario de la Constitución. Entonces era profesor y catedrático de Derecho
del Trabajo de la Universidad Complutense de Madrid.
El entonces alcalde de Yecla, Juan
Miguel Bendito, del PP, llamó al líder del PSOE en la oposición y le informó
del invitado ese año: un profesor muy serio. Ya habían acudido otros años
catedráticos y figuras relevantes con el mismo objetivo: ensalzar la
Constitución de 1978. Pérez de los Cobos aceptó el envite, llegó ese día, comió
con todos, pronunció la conferencia, con un tono que alguno de los presentes
recuerda muy vehemente, y cosechó una gran salva final de aplausos. Se levantó
casi todo el auditorio. Casi. El portavoz entonces del PSOE en el Ayuntamiento,
el médico Domingo Carpena, se quedó sentado y no aplaudió. No le gustó ni el
tono ni el fondo del discurso. “Me pareció muy integrista, un poco incendiario,
y, sobre todo, muy antinacionalista y anticatalán”, recuerda ahora, ya retirado
de la política. “Yo creía que tenía que hacer todo lo contrario”, explica.
Aunque Carpena recuerda esa invitación como un error con la perspectiva del
tiempo casi la considera un mal menor: “Es que tres o cuatro años más tarde el
alcalde invitó para hablar de la Constitución a Alejo Vidal-Quadras”.
La noticia
de que Pérez de los Cobos fue militante del PP al menos hasta 2011 ha generado
una catarata de recusaciones. El Parlament y la Generalitat pretenden apartar al
presidente del Tribunal Constitucional de causas como la
impugnación de la declaración soberanista aprobada en enero por la cámara
autonómica; los recursos contra la prohibición de las corridas de toros; o las
leyes catalanas de educación y del cine. En su condición de presidente, Pérez
de los Cobos dispone del voto de calidad que permitiría deshacer un empate en
el pleno del Constitucional, que consta de 12 magistrados, siete conservadores
y cinco progresistas.
En el momento en que el pleno del
Constitucional empiece a debatir sobre las recusaciones, Pérez de los Cobos
abandonará la sala y dejará la decisión en manos de sus 11 compañeros. Fuentes
del tribunal afirman que en las últimas semanas el presidente se ha movido para
lograr la unanimidad o una amplísima mayoría para rechazar sus recusaciones.
Está previsto, salvo sorpresa mayúscula, que los seis magistrados conservadores
voten en bloque contra las recusaciones. Entre los progresistas, sostienen
fuentes del tribunal, cunde la división y hay al menos tres magistrados
partidarios de rechazar las protestas del Parlament y la Generalitat.
En 2007, el tribunal aceptó —por
seis votos contra cinco— la recusación presentada por el PP contra el
magistrado Pablo Pérez Tremps para que no participara en el estudio del recurso
de la formación conservadora contra el Estatuto de Cataluña. Pérez Tremps había
redactado un dictamen sobre la legalidad del Estatuto a petición de la
Generalitat, que le había pagado por ello 6.000 euros.
Además de las presentadas por las
instituciones catalanas, también los letrados del secretario general de Sortu,
Arnaldo Otegi, y del ex líder del sindicato abertzale LAB, Rafael Díez
Usabiaga, registraron la semana pasada una petición para que se anule la
decisión del Constitucional de mantenerles en prisión mientras se falle el
fondo del recurso contra la condena del caso Bateragune sobre el intento de
reconstruir las estructuras de la ilegalizada Batasuna. Según los letrados de
ambos dirigentes independentistas vascos, Pérez de los Cobos “tenía una
posición prefijada, sobre ETA y sobre el caso Batasuna, como militante del PP”.
Estas recusaciones abertzales no llegaron a tiempo para discutirse esta semana,
según fuentes del tribunal.
elpais.com
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