Más de 1200 millones de euros al año de apoyo público para un
sector que aporta muy poco, según un nuevo estudio del mercado español. Se
presenta a pocos días de que el Parlamento Europeo vote acerca de las políticas
de fomento de los controvertidos carburantes.
España | Tercera Información |
10-09-2013 |
La industria española
de los agrocombustibles recibió cerca de 1200 millones de euros anuales en
forma de de objetivos de consumo obligatorio y exenciones fiscales, a pesar de
los pobres resultados del sector en la creación de oportunidades de empleo y
desarrollo rural, mejora de la seguridad energética a nivel estatal y reducción
de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). La producción de carburantes
de origen vegetal en España sigue realizándose mayoritariamente con materias
agroalimentarias importadas, con los impactos negativos que eso supone para
terceros países.
Así se concluye en un
nuevo estudio titulado “Biocarburantes - ¿A qué coste ? Una revisión de los
costes y beneficios de las políticas españolas de biocarburantes”.
Carece de sentido seguir apoyando esa producción con políticas y recursos
públicos, como subraya Ecologistas en Acción a dos días de una votación
decisiva en el Parlamento Europeo.
“Pagamos demasiado por casi nada”
El informe, realizado
por el Instituto Internacional de Desarrollo Sostenible, toma 2011 como base de
estudio para evaluar los costes y beneficios derivados de las políticas
actuales en la materia. Ese año la industria española de agrocombustibles
recibió entre 1168 y 1239 millones de euros en forma de de objetivos de consumo
obligatorio y exenciones fiscales. Los primeros tienen un efecto al alza sobre
los precios de los agrocombustibles en la Unión Europea (cuando se comparan con
los precios medios en los mercados internacionales), que pagan los y las
conductoras. Las exenciones fiscales, en cambio, suponen una pérdida de
recaudación para las finanzas públicas, que pagan todos los y las ciudadanas en
tiempos de recortes asfixiantes en el gasto social o ambiental. Esta cifra, al
ser comparada con la contribución del sector al PIB de 426 millones de euros
(según datos de la propia industria, APPA), lleva a la organización ecologista
a concluir que desde un análisis económico convencional, se trata de un mal uso
de los recursos públicos.
Más importante aún es
que ninguno de los tres objetivos por los que la Unión Europea decidió impulsar
el consumo de agrocombustibles se está cumpliendo: ni reducción de emisiones
GEI, ni una mayor seguridad energética, ni oportunidades de empleo y desarrollo
rural. Y es que el biodiesel supuso en 2011 más de cuatro quintas partes del
mercado total de agrocombustibles, acaparando la mayor parte de las ayudas. El
beneficio en la economía rural española es casi inexistente si se tiene en
cuenta que ese biodiesel se fabricó en más de un 95% a partir de materias
primas importadas: soja argentina y palma de Indonesia. Además ambos casos
presentan unas emisiones indirectas de GEI que anulan cualquier hipotético
ahorro de emisiones atribuido a los agrocombustibles. De hecho, el estudio
estima que, lejos de reducir las emisiones GEI, al considerar las emisiones
generadas por los cambios indirectos de uso del suelo (ILUC), los
agrocombustibles consumidos en el Estado español supusieron un incremento de
6,5 millones de toneladas de CO2 emitidas a la atmósfera en 2011.
“Cuando conocemos
datos sobre el retorno a la sociedad española, la conclusión es clara: pagamos
demasiado por casi nada, y no tiene ningún sentido seguir apoyando con
políticas y recursos públicos estos productos», explica Abel Esteban, portavoz
de Ecologistas en Acción. El efecto en otras sociedades es más grave todavía.
“La actual producción y consumo de agrocombustibles está vinculada a
importantes impactos socioambientales en los lugares de cultivo de sus materias
primas, como deforestación, acaparamiento de tierras y expulsión de comunidades
campesinas, competencia con la alimentación (que afecta principalmente a las
capas sociales más humildes) o fomento de monocultivos industriales”, apunta
Esteban.
Votación decisiva en el Parlamento Europeo
El caso español es
extensible a nivel comunitario. El próximo miércoles, los eurodiputados votarán
una propuesta de la Comisión Europea para reformar los aspectos relativos al
fomento de biocarburantes y las emisiones acerca de las políticas europeas de
agrocombustibles y son muchas las organizaciones que exigen un cambio de rumbo.
Ecologistas en Acción
se suma a esa petición, que incluye las siguientes medidas
- -que se limite al máximo el consumo de
agrocombustibles, incluyendo también aquellos procedentes de cultivos
energéticos (árboles de crecimiento rápido, jatrofa...) y Organismos
Genéticamente Modificados (transgénicos).
- -Que se incluya en la contabilidad de las
emisiones (GEI) de los agrocombustibles las emisiones debidas a los ILUC,
para que de esta forma sólo se apoyen con dinero y políticas públicas
biocarburantes «buenos para el clima».
- -Que el consumo de los denominados biocarburantes
de segunda generación o avanzados se fomente solamente bajo el
establecimiento de estrictos criterios de sostenibilidad.
En este sentido,
Ecologistas en Acción apoya la campaña www.stopbadbiofuels.org,
la cual muestra mediante infografías las principales implicaciones negativas de
los agrocombustibles, e incluye una petición a los y las eurodiputadas, a la
que toda la ciudadanía europea puede sumarse.
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