Los médicos infectados
que han sido repatriados a EEUU sirven de conejillos de indias del tratamiento
experimental ZMapp. La OMS, que alerta de los posibles riesgos de seguridad, debatirá
sobre quién debe recibir el tratamiento
SINC
07/08/2014 17:13 Actualizado: 07/08/2014 17:52
La epidemia de ébola en
África ha matado ya a 900 personas. El sacerdote español infectado ya se
encuentra en el hospital Carlos III de Madrid. EFE
El
tratamiento experimental contra el ébola denominado ya como "suero
secreto" y que hasta el momento sólo se ha probado en humanos con los
dos médicos estadounidenses repatriados a EEUU pertenece a una empresa que
tiene lazos con el Departamento de Defensa de dicho país. Se trata,
según el diario The New York Times, de la firma de biotecnología
"poco conocida" llamada Mapp Biopharmaceutical, con sede en
San Diego, productora del ZMapp.
La
Organización Mundial de la Salud (OMS), por su parte, reunirá a un grupo de
especialistas en ética médica para estudiar la posibilidad de usar dicho
tratamiento contra la epidemia desatada en África occidental, que ya ha
acabado con la vida de más de 900 personas e infectado a otras 1.300, según ha
indicado la organización en un comunicado.
Actualmente
no hay un medicamento registrado o vacuna contra el virus, pero existen algunas
opciones experimentales en fase de desarrollo. Este es el caso del tratamiento
que está siendo suministrado al médico estadounidense Kent Brantly
y su colega Nancy Writebol, que resultaron infectados tras tratar a enfermos de
ébola en Liberia. Ambos fueron trasladados hace unos días desde el país
africano al Hospital Universitario de Emory, en Atlanta, uno de los mejores
centros sanitarios de EE UU.
La
OMS: "El ensayo con humanos nos plantea un dilema serio: dada la cantidad
muy limitada de este medicamento disponible, si se usa, quién debe
recibirlo" Los dos trabajadores médicos infectados son miembros de
Samaritan's Purse, una organización religiosa que en los últimos meses ha
ayudado a tratar a pacientes locales. Ahora están recibiendo un tratamiento
experimental llamado ZMapp, que está siendo denominado "suero
secreto" y lo produce una firma de biotecnología poco conocida llamada
Mapp Biopharmaceutical, con sede en San Diego. La empresa tiene lazos con
del Departamento de Defensa de EEUU, según asegura The New York Times.
El
suero, que no había sido probado hasta ahora en humanos, es un cóctel de tres
anticuerpos monoclonales humanizados que se producen utilizando plantas
de tabaco de rápido crecimiento y tiene la capacidad de bloquear el virus.
Según ha informado el hospital, los dos pacientes han recibido tratamiento
con el suero y Brantly ha experimetado mejoría, en tanto que Writebol sigue en
un estado similar al que tenía previamente.
El
fármaco tiene componentes de otros dos medicamentos más antiguos también en
fase experimental: ZMabb, desarrollado por la Agencia de Salud Pública de
Canadá, y MB-003, que ha demostrado actividad en monos infectados con ébola, y
que fue producido también por Mapp Biopharmaceutical.
Cuestión de ética y
seguridad
La
OMS ha mostrado preocupación por el uso de este suero experimental y por ello
ha convocado la reunión de la próxima semana. La organización dice tener dudas
sobre si es seguro el uso de un medicamento nunca antes ensayado con humanos.
Además, añade, "nos plantea un dilema serio: dada la cantidad muy limitada
de este medicamento disponible, si se usa, quién debe recibirlo".
"Nos
encontramos ante una situación inusual en este brote. Tenemos una enfermedad
con una alta tasa de mortalidad sin tratamiento o vacuna probada ", dice Marie-Paule
Kieny, directora general adjunta de la OMS. "Tenemos que pedir a los
especialistas en ética médica que nos den orientación sobre cuál es la decisión
más responsable en este caso", agrega.
La
organización pone de relieve que "el estándar de oro para la evaluación de
nuevos medicamentos implica una serie de ensayos en humanos: empezar poco a
poco para asegurarse de que el medicamento es seguro para su uso. Después,
los estudios se amplían a más gente para ver lo efectivo que es, y se busca la
mejor manera de utilizarlo".
El
principio rector para el uso de cualquier medicamento es que no haga daño.
"La seguridad es siempre la principal preocupación", concluye
el comunicado.
Fuente: www.publico.es
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