El historiador israelí Shlomo Sand niega que Israel
tenga la voluntad sincera de acabar con el conflicto mediante una paz justa
IGNACIO GONZÁLEZ OROZCO /
JEAN-PIERRE PALACIO Barcelona 01/08/2014 23:30
El historiador israelí Shlomo Sand |
¿Israel se fundó sobre
principios democráticos? ¿Puede justificarse la existencia de Israel a partir
de antiguos derechos históricos? ¿Israel se defiende de Hamas? ¿Israel quiere
realmente la paz? Son preguntas que atentan contra consignas oficiales
ampliamente difundidas en Occidente, y a las que da respuesta uno de los
intelectuales israelíes más controvertidos: el historiador Shlomo Sand (Linz, Austria,
1946), profesor emérito de la Universidad de Tel Aviv. Hijo de judíos polacos,
supervivientes del Holocausto; veterano de la Guerra de los Seis Días (1967) y
autor del polémico ensayo Cómo y cuándo se invento el pueblo judío
(2008), Sand demuestra con su análisis que pueden mantenerse posiciones
reflexivas y tolerantes aun en los momentos más difíciles de tan largo y
sangriento conflicto.
Fuera
de Israel, muchas personas se preguntan cuáles son los obstáculos que impiden
la creación de un Estado multiconfesional, con capital en Jerusalén. Pero, en
Israel, parece que nadie respalda esta opción. ¿Existe una corriente palestina
favorable a esta solución?
Hace 130 años, la población
árabe ocupaba toda Palestina. En ese tiempo, ¿qué hemos hecho los judíos?
Confinar a los árabes en dos reservas indias, una hostil (la Franja de Gaza) y
otra por el momento relativamente amistosa (Cisjordania). Hemos negado a ese
pueblo su existencia como nación y su derecho a crear una entidad política. Ése
es, seguramente, uno de los mayores obstáculos para la paz.
La solución de un Estado
único tiene una justificación moral evidente, pero no una viabilidad política.
Después de tantos años de ocupación y guerra (se trata del conflicto más largo
de la historia contemporánea), no creo en la posibilidad de un solo Estado. Me
parece una propuesta infantil, sobre todo porque Israel es la sociedad más
racista del mundo occidental. A mi entender, la solución estriba en dos estados
con las fronteras de 1967, uno israelí —no específicamente judío, sino israelí,
de todos sus ciudadanos— y otro palestino. Además, creo que ambos estados
deberían unirse en una confederación, al cabo de cierto tiempo.
Antaño, la izquierda
radical palestina abogaba por un solo Estado, pero actualmente esta facción
ocupa una posición totalmente marginal entre las fuerzas políticas palestinas.
"Israel es la sociedad
más racista del mundo occidental" Israel fue creado según los
principios democráticos occidentales. Sin embargo, los ciudadanos árabes
israelíes han denunciado en muchas ocasiones la vigencia de leyes étnicas
discriminatorias.
Israel no se fundó sobre
los principios políticos democráticos al uso en Occidente. Es cierto que la
cultura política israelí es relativamente liberal. Pero Israel, desde sus
orígenes, se definió como Estado judío, no como un Estado de ciudadanos, judíos
y árabes. ¿Qué quiere decir, en democracia, "Estado judío"? No hay
que olvidar que millón y medio de israelíes no son judíos, sino árabes. Me
gusta poner como ejemplo el conflicto entre Catalunya y España: el Estado
español no se define como exclusivamente castellano, admite una realidad
cultural catalana.
Yo defino a Israel como una
etnocracia liberal. ¿Y por qué liberal? Porque ciertamente es pluralista, de
otro modo yo no podría ser profesor en la Universidad de Tel Aviv.
En la
línea argumental del filósofo y escritor israelí Yeshayahu Leibowitz
(1903-1994), ¿piensa usted que la ocupación de los territorios palestinos ha
corrompido a la sociedad israelí?
No estoy seguro de que sea
exactamente así. El problema radica una vez más en el carácter etnocéntrico del
Estado judío. Más que corrompido, creo que el Estado se ha vuelto cada vez más
cínico, y creo que la corrupción de la sociedad se ha hecho más visible, pero
ello ocurre en la mayoría de los países en estos primeros tiempos del siglo
XXI.
Muchos
europeos son acusados de antisemitas cuando critican la política de ocupación
israelí, pero muchos israelíes son estigmatizados en Europa como genocidas
cuando defienden la existencia del Estado de Israel, incluso si defienden un
diálogo sincero con los palestinos para alcanzar un acuerdo de paz definitivo.
Hay muchos israelíes que
están contra la ocupación y la guerra actual, tanto sionistas como no
sionistas.
A pesar de los abusos
cometidos; de la ocupación de los territorios palestinos, que ha sido una
tragedia; y de su política belicista, yo defiendo la existencia de Israel como
Estado. No porque le reconozca los derechos históricos que reclama, sino por el
solo hecho de su existencia, y también porque cualquier intento de hacerlo
desaparecer traerá consigo nuevas tragedias.
Yo comparo el origen de
Israel con el de un niño que nace a raíz de una violación. Israel nace de la
violación de la población árabe local, pero ya no puede desaparecer. Acabar con
el conflicto obliga también al reconocimiento de un Estado palestino, hecho que
Israel sólo acepta con la boca pequeña.
Un
crimen abominable, el asesinato de tres adolescentes israelíes, dio lugar a un
crimen no menos repugnante, el asesinato de un muchacho palestino. La reacción
del Gobierno israelí ante el primero de estos sucesos fue militar, no policial,
como hubiera sido normal ante actos de esta naturaleza.
Ante todo debe decirse que
Hamas no tuvo nada que ver con el asesinato de los tres colonos israelíes. Sin
embargo, esa fue la excusa para que Israel atacara nuevamente Gaza con toda su
fuerza militar.
Previamente a este suceso,
Israel había vuelto de detener aproximadamente a la mitad de los activistas de Hamas
liberados en 2011, a cambio del sargento Guilad Shalit. Volvió a arrestarlos
sin ninguna prueba contra ellos. Era una declaración de guerra y Hamas no podía
dejar de responder.
Hamas me parece un régimen
espantoso por la islamización forzada de la sociedad, pero tiene motivos para
reaccionar, del mismo modo que la Unión Soviética tenía razones para defenderse
de la agresión nazi en 1941, aunque la dictadura estaliniana fuera aún más
espantosa que la de Hamas.
Por otra parte, me parece
buena señal que Hamas haya renunciado a las acciones terroristas que practicó
en el pasado, y eso a pesar de los daños que Israel está causando a la
población civil de Gaza. Israel ha roto todas las reglas del juego.
"Hamas tiene motivos
para reaccionar"
La
memoria es un elemento constitutivo fundamental de la personalidad individual y
colectiva. Cuando hay tanta herida abierta en ambos bandos, ¿es posible
negociar y llegar a acuerdos? ¿Cómo pueden superarse estos sentimientos
enfrentados?
Estoy de acuerdo en que
existe la situación sobre la que me pregunta, pero usted sabe que la memoria no
es un mecanismo automático, sino un contenido elaborado. La memoria colectiva
es completamente diferente de la memoria individual, en tanto que producto de
la educación; la construyen los maestros, los historiadores... Si usted da
crédito a los libros escolares de Israel, verá que cualquier soldado israelí
puede considerarse descendiente directo de los guerreros del rey David. Muchos
israelíes creen que su historia ya fue escrita hace 3.000 años. La educación
fabrica la identidad colectiva actual. De ella también dependerá el futuro, y
por ambas partes.
Hamas
es un componente esencial del movimiento palestino, pero, aparentemente, no se
presta a ningún acuerdo con Israel. ¿Cómo puede solventarse esta situación?
¿Hamas aceptará finalmente la existencia de Israel?
Estoy seguro de que Hamas
llegará a aceptar la existencia del Estado de Israel según las fronteras de
1967, al igual que hizo en su momento la Organización para la Liberación de
Palestina (OLP). Pero Israel, a mi entender, no quiere realmente la paz, porque
se niega a reconocer cualquier forma de soberanía palestina sobre su propio
territorio. Así lo mostró su acción contra la Flotilla de la Libertad (mayo de
2010). Puedo entender que la Marina israelí controlara aquellos barcos, para
asegurarse de que no llevaban armamento, pero luego debía haber permitido que
la flotilla siguiera rumbo a Gaza. Acciones así muestran que Israel representa
un papel teatral de falso diálogo.
Yo quisiera que Israel
aceptara las condiciones de tregua solicitadas por Hamas, es decir, el
levantamiento del bloqueo impuesto a Gaza. Desde hace ocho años, Gaza está
completamente aislada del mundo, por culpa de Israel y con la complicidad
actual de Egipto. Creo que es un compromiso de obligado cumplimiento para
construir una paz verdadera.
Marwan
Barghouti, uno de los líderes de la segunda Intifada palestina (2000-2005), que
está preso en Israel desde 2006, ha sido presentado en muchas ocasiones como la
persona capaz de conducir un proceso de paz estable. Una suerte de Mandela
palestino. ¿Qué piensa usted sobre Barghouti?
No conozco personalmente a
Barghouti, pero soy laico y estoy convencido de que es una personalidad de
futuro; espero que sea un buen adversario político frente a Hamas. Por
desgracia, no tiene ningún peso político actualmente, debido a su condición de
preso.
¿Cree
usted que asistimos a un fortalecimiento del integrismo religioso en ambos
bandos? ¿Están perdiendo protagonismo los sectores laicos?
Como les he dicho, yo soy
laico. Creo que unir política y religión es una perversión, y que introducir la
religión en el conflicto solo puede conducir a la catástrofe. Por desgracia, el
conflicto está aumentando la influencia islamista en la sociedad palestina, del
mismo modo que crece la influencia religiosa judía en la sociedad israelí. El
principal peligro no estriba en que la gente sea religiosa, sino en que lo sea
el Estado; cuando la religión desborda el ámbito privado para tener una
dimensión nacional, el enfrentamiento se agudiza.
Se
dice que Gaza posee yacimientos de hidrocarburos y que Israel se niega a ceder
su explotación a los palestinos.
"Israel
representa un teatro de falso diálogo ayudado por EEUU"
Creo que solo son
suposiciones. La raíz del problema de Gaza no es material, sino ideológica, y
estriba en que Israel se niega a reconocer la existencia de una nación árabe
palestina. No quiere aceptar la evidencia de la presencia del pueblo palestino,
y no puede soportar ninguna expresión de independencia en Palestina. Israel no
quiere la paz, pero representa un papel teatral de falso diálogo, ayudado por
los Estados Unidos y ante la pasividad de Europa.
¿Los
colonos judíos de los asentamientos cisjordanos representan un grave obstáculo
para la solución del conflicto?
Los colonos no deben ser un
obstáculo para la paz. En la Universidad de Tel Aviv hay estudiantes nacidos en
los asentamientos que se muestran críticos con la ocupación; sin embargo, sus
raíces están en las colonias. ¿Cuál es la solución? Puesto que creo en la
posibilidad de dos estados soberanos pero confederados, del mismo modo que hay
árabes israelíes, los colonos podrían quedar en sus asentamientos como
ciudadanos palestinos.
¿Cuál
es su balance final acerca de la situación en que se haya el conflicto?
Por supuesto, sigo creyendo
en el diálogo entre palestinos e israelíes. Pero mi visión es muy pesimista en
estos momentos. Pienso que el proceso de paz necesita una ayuda exterior;
necesitamos que Europa salga de su pasividad, porque el tiempo apremia.
Fuente: www.publico.es
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