Un repaso en tres
olas a las personas y carambolas que han llevado a Pedro Sánchez hasta la
secretaría general del PSOE
15/07/2014
- 23:57h
1. El barco del Orixe
Sábado, 15 de marzo de 2014
Todo equipo que toma el poder en el PSOE tiene una
primera reunión fundacional. Felipe González, su
clan de la tortilla de 1974. José Luis Rodríguez Zapatero y su nueva
vía, el desayuno con cruasanes en casa de Trinidad Jiménez en la primavera de
2000. ¿Y Pedro Sánchez? Fue una comida en un reservado en el restaurante Orixe,
un gallego en la calle Cava Baja de Madrid.
La lista es corta y los nombres del Orixe no son
demasiado conocidos… aún. Son diez, once con Pedro Sánchez. Nadie más. La
diputada ibicenca Sofía
Hernanz. El diputado y líder del PSOE en Segovia Juan Luis Gordo. Dos diputados
autonómicos andaluces: el granadino Javier
Aragón y el sevillano Alfonso
Rodríguez Gómez de Celis. Un exdirigente histórico del socialismo
andaluz, Rafael
Román. El canario Javier
Abreu, concejal de San Cristóbal de la Laguna. El exconsejero extremeño
y líder del PSOE en Don Benito, José
Luis Quintana. La exdiputada autonómica castellana Mariluz
Martínez Seijo. Y dos cargos de la Federación Española de Municipios y
Provincias: Isaura Leal y
Juan Manuel Serrano.
Los convocados por Pedro Sánchez a la comida del Orixe
tienen procedencias dispares; muchos ni siquiera se conocen en persona y es la
primera vez que se ven. Gómez de Celis, Serrano e Isaura coincidieron con
Sánchez en el grupo de trabajo que montó en el otoño de 2008 el entonces
secretario de política municipal del PSOE, Antonio Hernando. Otros, como Gordo
y Hernanz, han trabajado con él en el Congreso; o en sus viajes por todas las
agrupaciones durante el año 2013 a cuenta de la conferencia política. Todos
llevan meses trabajando por su cuenta en la campaña, cada uno en su territorio.
Cada uno por separado, hasta hoy.
A los diez invitados les unen tres puntos en común. La
convicción de que ninguno de los nombres que hay sobre la mesa en ese momento
para liderar el PSOE –Madina, Chacón, López– es la solución. La sensación de
que Pedro Sánchez tiene todos los atributos necesarios para ser un buen
candidato, ganar las primarias y hacer que el PSOE salga de su depresión. Y la
consciencia, la certeza, de que no lo tienen nada fácil para poder triunfar.
Los once del Orixe se han juntado ese sábado en Madrid
aprovechando que muchos de ellos han venido a la capital para el Comité Federal
del PSOE,
que ese día aprueba la lista del partido a las europeas. Es la primera vez
que se ven en persona, pero la operación ya lleva más de medio año en marcha,
organizados a través de un grupo de Whatsapp. Pedro Sánchez ya ha anunciado que
se va a presentar a esas primarias que, por aquel entonces, se esperaban para
noviembre. Muy pocos apuestan por él.
En aquel momento, hace apenas cuatro meses, detrás de
Pedro Sánchez no había muchos más que estos diez nombres; solo algún otro que
no se pudo acercar. Sin duda no había ningún gran padrino de una operación que
no fue ganadora hasta unos meses después. ¿José Blanco? No. Blanco fue el
mentor político de Pedro Sánchez –sus otros dos 'hijos' son Óscar López y
Antonio Hernando–, pero entonces apoyaba a Carme Chacón y pensaba que Sánchez
se tenía que presentar en las primarias del PSM contra Tomás Gómez, no como
líder nacional. ¿Susana Díaz? Tampoco. Ni siquiera había cruzado una palabra
con él: la primera vez que conversaron por teléfono fue el 2 de junio, una
semana después del desastre electoral de las europeas. ¿Rubalcaba? Menos aún.
Incluso le había recriminado que se hubiese postulado tan pronto como
candidato, rompiendo el pacto interno de no abrir ese melón hasta después de
las europeas.
"Estamos todos en el mismo barco", dice uno
de los convocados en el Orixe en un improvisado discurso, parafraseando el nombre del blog que entonces tenía
Sánchez y enumerando la difícil travesía que tienen por delante. ¿Qué barco?
Uno de juguete, un velero tan pequeño como entonces parecen las posibilidades
de triunfar. Es una maqueta que aún se puede ver en el Orixe, decorando una de
las paredes del comedor donde arrancó el grupo de Pedro Sánchez. Es ésta:
El barco del restaurante Orixe.
El barco del Orixe se convirtió en el talismán secreto
del grupo. Su foto ha circulado mucho por Whatsapp entre los once que comieron
allí ese sábado. Valía para decir algo sin usar palabras; para recordar lo
pequeño y frágil que era aquel proyecto cuando todo empezó.
2. San Isidro en Toledo
Jueves, 15 de mayo de 2014
La segunda reunión importante de todo el equipo de
Pedro Sánchez se celebra en Toledo, en una casa rural. A diferencia de la
comida del Orixe, aquella reunión sí se filtra:
la prensa local les pilla cuando salen a comer por la ciudad. A la cita se
suman más nombres a aquel pequeño grupo inicial. Entre otros, llega
Javier Rueda, director de la Empresa Municipal de la Vivienda de Toledo y
antes jefe de gabinete de Emiliano García Page. César Ramos, diputado
autonómico en Extremadura. Félix Bolaños, letrado del Banco de
España y el experto del equipo para los temas jurídicos. Guzmán
Garmendia, que no acude a Toledo pero entra en el equipo por esas
fechas y es quien lleva la comunicación en las redes sociales. Pepe Sanroma,
que se ocupa del discurso político. Y sobre todo llegan entonces dos nombres
que serán claves en la carrera por la secretaría general: José Cepeda y
José Luis Fernández Peña. Uno coordinará la campaña; el otro, la
comunicación.
Cepeda es uno de los hombres fuertes del PSM y diputado
en la Asamblea de Madrid. Llegó al PSOE de la mano de Rafael Simancas, fue mano
derecha de Tomás Gómez y ahora es
uno de sus principales críticos. Es especialista en primarias: estuvo con
Borrell (frente a Almunia), con Morán (frente a Leguina) y con Tomás Gómez
(frente a Jiménez), siempre del lado ganador. Cepeda entra en Toledo, pero
antes de esa reunión hay otra cita más reducida –dos semanas antes, en el Café
del Nuncio de Madrid– donde Sánchez le encarga la coordinación de la campaña,
que entonces iban a ser unas primarias en otoño, no un congreso extraordinario
en apenas un mes.
En el Café del Nuncio, Sánchez también ficha a José
Luis Fernández Peña, un hombre muy popular en el Madrid de la política, aunque
nadie lo llama así en realidad. Es mucho más conocido como 'Chunda':
el jefe de comunicación y principal asesor de José Bono durante casi veinte
años. Es, de largo, uno de las personas con mejor agenda política del país y,
además de su conocimiento en comunicación, aporta algo importante al grupo: su
experiencia. Cuando Bono fracasó por solo nueve votos frente a José Luis
Rodríguez Zapatero, Chunda estaba allí.
3. El séptimo de caballería
Martes, 10 de junio de 2014
A las nueve de la mañana lo anuncia en la Cadena
SER:
Susana Díaz no se presentará la secretaría general del PSOE. La presidenta
andaluza da sus razones: "Creo que mi lugar es aquí. Y donde puedo aportar
a Andalucía, a España y a la política es cumpliendo con mi palabra". Su
renuncia llega quince días después de que Rubalcaba abdique, dos semanas
aceleradas en las que Pedro Sánchez ha pasado de ser un barquito al
portaaviones ganador.
¿Por qué Díaz no cruza Despeñaperros y se presenta como
candidata a liderar el PSOE a pesar de que es la clara favorita para ganar? Hay
dos versiones. Los partidarios de Díaz argumentan que no lo hizo por
responsabilidad: porque apenas lleva nueve meses en la presidencia, aún no ha
ganado unas elecciones y podía pasar a la historia como la persona que lo
perdió todo para el PSOE, tanto la Junta como el partido.
Los partidarios de Eduardo Madina dan otra versión de
su renuncia, mucho más dura: que Susana Díaz solo podía conseguir la secretaría
general del PSOE en estos momentos si era coronada por aclamación; que no podía
presentarse a una competición tan reñida como un congreso donde cada militante
vota porque no podría venderlo a los andaluces; solo podía cruzar Despeñaperros
en este momento si era proclamada por unanimidad,
como de hecho intentaron varios barones –coordinados por Antonio
Hernando y José Blanco– a los pocos días de que Rubalcaba anunciase su
renuncia.
A pesar de la demostración de fuerza de los barones y
de muchas presiones y llamadas por parte de Felipe González, José Luis
Rodríguez Zapatero y hasta el rey Juan Carlos de Borbón, Madina no se movió. Y
–según esta versión de los hechos– el empecinamiento de Madina provocó que
Susana Díaz no pudiese entrar en la pelea. Y, a la postre, que Pedro Sánchez se
convirtiese en el favorito de la competición.
Fuese de una forma u otra, lo cierto es que la retirada
de la carrera de la presidenta andaluza convirtió a Pedro Sánchez en el caballo
ganador. Y a su barquito se sumaron muchos de los grandes buques del PSOE,
"el séptimo de caballería", como internamente se referían a los
refuerzos que entonces llegaron.
En ese momento es cuando entran en el equipo varios
nombres más. Teresa Cunillera, diputada del PSC y una de las
mujeres más importantes del equipo que en el anterior congreso respaldó a Carme
Chacón. Luis Arroyo, experto en comunicación y otro de los
hombres de Chacón, que fue quien preparó el debate. César Luena,
secretario general del PSOE en La Rioja, diputado, exsecretario de organización
de las Juventudes Socialistas y uno de los nombres que más suenan hoy en muchas
quinielas para la nueva Ejecutiva del PSOE. José Blanco, Oscar López
y Antonio Hernando, que no estuvieron físicamente en la campaña pero sin
duda se movieron para apoyar a Sánchez contra Madina. Y los aparatos de Andalucía,
de Madrid, de Valencia, de Castilla-La Mancha… la mayor parte de los barones,
con la única excepción de Extremadura y Asturias.
Para cualquier de los que conocen de cerca la compleja
vida interna del PSOE, fue una suerte de gran coalición contra Eduardo Madina,
simbolizada por casos chocantes como el de Tomás Gómez, ayer archienemigo de
Pedro Sánchez (y de Cepeda) y hoy aliado de los dos. O ver a los hombres de
José Blanco, codo con codo con los de Carme Chacón.
¿Ha ganado Pedro Sánchez por el apoyo del aparato? En
un proceso democrático donde han votado más de 100.000 personas, este análisis
es hoy difícil de sostener. A Sánchez sin duda le ha ayudado el apoyo orgánico,
pero ha ganado porque ha sido el candidato que mejor ha conquistado la confianza
de una organización herida de muerte, en su peor momento en décadas.
Más allá de todos los nombres que he enumerado en este
artículo, Pedro Sánchez se ha convertido en el secretario general del PSOE
gracias a esos 63.984 militantes socialistas que han votado por él. ¿Está aquí
para quedarse? Aún es muy pronto para saberlo y tiene por delante una carrera
de obstáculos nada fácil, cuyas primeras batallas se decidirán en la
configuración de su Ejecutiva –donde las presiones por los puestos clave han empezado
ya– y la fecha de las primarias, que muchos en el partido prefieren retrasar
hasta después de las municipales.
¿Qué será del barquito que arrancó en el Orixe? ¿Podrá
salvar al Titanic en el que hoy parece haberse convertido el socialismo
español? Está por ver. El futuro de Pedro Sánchez aún está por escribir.
Fuente: www.eldiario.es

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