nuevatribuna.es | Por Luis María González | Metalúrgico sevillano, activista por la
libertad, sindicalista imprescindible, comunista, socialista... | 09 Julio 2014 - 19:02 h.
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| Fernando Soto en un comité de CCOO. |
Ha muerto, a
los 75 años, Fernando Soto, histórico sindicalista de CCOO. El metalúrgico sevillano, el
activista por la libertad, el sindicalista imprescindible, el comunista, el
socialista, el del 1001. Hubo un tiempo, en que la policía de Franco se volvía
loca en Sevilla para encontrar a los hombres y mujeres de Comisiones Obreras.
Perseguidos, detenidos, encarcelados, juzgados por defender a las trabajadoras y trabajadores. Soto, Acosta y
Saborido, quizás el trío de militantes antifranquistas andaluces que más
trajo de cabeza a los guardianes de la dictadura, tuvieron el honor y también
la mala suerte de caer detenidos como integrantes de la dirección nacional de
CCOO y ser condenados junto a sus compañeros en el conocido Proceso 1001 a 161
años de cárcel.
Fernando
Soto, al que hace unos meses rendimos un caluroso homenaje en Madrid, junto a
sus compañeros, con motivo del 40 aniversario del Proceso 1001, nos contó aquel
día los avatares de la lucha sindical en la dictadura. Las reuniones en la
clandestinidad, su actividad como representante de los trabajadores, la lucha
por un convenio justo, la dura pelea por la democracia y la libertad. Hoy
miércoles, 9 de julio, se nos ha ido.
Ahora que la
derecha trata de reconstruir la reciente historia de España y de sacar tajada
de una transición que combatió, o incluso cuando intrépidos retóricos de la más
hueca radicalidad arremeten contra un tiempo que no vivieron y que en buena
parte ignoran, nombres como Fernando Soto, emergen como faros de la libertad
para evitar, en palabras de Marguerite Duras, que haya un tiempo
“en que ya no sabremos dar un nombre a lo que nos una. Su nombre se irá
borrando poco a poco de nuestra memoria. Y luego, desaparecerá por completo”.
En CCOO nos
hemos propuesto reivindicar la memoria, hacer justicia a la libertad, poner
nombre a la democracia. Lo que tuvimos en la transición y lo que tenemos
ahora no es la ocurrencia de unas cúpulas. Ni siquiera el resultado de la
audacia institucional. Es la consecuencia de una lucha, en ocasiones heroica,
de sindicalistas y gentes de izquierda (la mayoría de CCOO y el PCE) que
lograron liderar la movilización en las fábricas y en la sociedad para que,
muerto Franco, no valiese cualquier apaño. Intentos hubo, pero
personas como Soto no pararon hasta hacer posible la libertad.
Por eso
sorprende tanta crónica retorcida de aquel tiempo. No han faltado quienes,
desde la izquierda, se han permitido el lujo de sentenciar que la transición la
ganó el franquismo. A veces me imagino a Simón Sánchez Montero, Camacho,
Lobato, Marcos Ana, Soto y tantas otras personas saliendo de la cárcel y
abrazando la libertad al inicio de la transición, y pienso ¿cómo es posible
tanto desatino? Aunque solo sea por respetar la memoria de la honestidad.
Fuente: www.nuevatribuna.es

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