EN REALIDAD EL
TORMENTO DE LA TARIFA ELÉCTRICA ES PROPIO DE UNA INSTRUMENTO DE TORTURA DE
INTIMIDACIÓN SOCIAL
Hemos sido sometidos a un electroshock
colectivo. Podría tratarse de un experimento extremo para comprobar si este
país estaba definitivamente zombi. La reacción balbuciente del Gobierno,
ocupado como un solo hombre en abortar los derechos femeninos, fue poner el
asunto en cuarentena, mientras se dilucida si en el belén estamos vivos o
electrocutados. Esta descarga parece la secuencia de un filme de villanos
embriagados de kilovatios, que deciden atemorizar al pueblo del Abismo y, de
paso, por el coste, acabar con la lectura nocturna. Yo todavía estoy aturdido,
así que la columna va a golpe de calambre. Mientras tanto, el Gobierno español,
constituido en sucursal del fanatismo integrista, volvía a aplicar a la mujer
las leyes medievales. En realidad el tormento de la tarifa eléctrica, con
incrementos compulsivos, es propio de esa picana de intimidación social que se
ha dado en llamar doctrina del shock. En este caso, primero se anunció
que no subiría el precio de la electricidad, que figura ya entre los más caros
del mundo. Luego se habló de que sí habría aumento, pero suave, un simple
cosquilleo en la piel. Al final, la descarga fue humillante, con la conciencia
y la inteligencia en pelotas. Una de las bobadas establecidas en los espacios
de opinión pública es esa de que las conspiraciones no existen. En los procesos
de ocupación institucional y expolio que estamos viviendo, las conspiraciones
son la regla y no la excepción. ¿Alguien puede pensar hoy día que en lo
ocurrido en Bankia no hay un plan de facción para hacerse con todo? Los datos
son contundentes, el guion está minutado. Para que esta sustracción del bien
público se produzca hay que intoxicar el lenguaje con palabras estupefacientes.
Así, el dogma del déficit se interioriza de tal manera que se convierte en un
endeudamiento de la conciencia, en una hipoteca de los derechos. El último que
se vaya, que no apague la luz.
Fuente: www.elpais.com

No hay comentarios:
Publicar un comentario