Vicenç Navarro | Catedrático de Políticas Públicas
de la Universidad Pompeu Fabra
nuevatribuna.es
| 12 Diciembre 2013 - 20:08 h.
Los últimos
datos del Eurostat, la agencia de recogida de datos de la Unión Europea (UE), y
del Idescat, la agencia de recogida de datos de Catalunya (con datos
homologables a los del Eurostat), permiten conocer la situación social de
España, incluyendo Catalunya. Tales datos muestran un gran deterioro de la
situación social en España y en Catalunya. En este artículo me centro en
Catalunya, donde tal deterioro ha sido incluso más acentuado, y en las
razones para tal deterioro comparando la situación de Catalunya con el promedio
de los países de la UE-15.
Empecemos
por el mercado de trabajo. La tasa de ocupación de la población es mucho más
baja en Catalunya que en el grupo de países de la UE de similar desarrollo
económico al nuestro (es decir, a la UE-15), y esto se debe a la escasa
disponibilidad y gran destrucción de puestos de trabajo que caracterizan el
espectacular deterioro del mercado de trabajo. Esto también explica la
elevadísima desocupación (especialmente elevada entre los jóvenes), una de las
más altas de la UE-15, una situación que no cambia. El porcentaje de personas
que están paradas durante más de un año es casi tres veces más elevado en
Catalunya que en la UE-15. Catalunya es también uno de los países de la UE-15
con mayor precariedad entre los trabajadores. Es más, y en contra de la opinión
de los economistas ultraliberales que tienen gran visibilidad en los medios de
información, tanto privados como públicos, incluyendo los medios públicos
catalanes, como TV3 y Catalunya Ràdio, Catalunya es uno de los países con mayor
flexibilidad laboral, como lo muestra el hecho de que Catalunya tenga uno de
los porcentajes más bajos de trabajadores con contrato fijo de la UE-15. Y es
también uno de los que tiene salarios más bajos (y que han bajado incluso más
durante los años de crisis).
Una
situación igualmente preocupante aparece en cuanto al gasto público social (que
financia la sanidad pública, la educación pública, los servicios sociales
públicos, las escuelas de infancia públicas, los servicios de dependencia
públicos, la vivienda social, y un largo etcétera). Catalunya tiene uno de los
gastos públicos sociales por habitante más bajos de la UE-15, y esto a pesar de
ser uno de los países más ricos de la UE-15 (su PIB per cápita es el 110% del
de la media de la UE-15). Este menor gasto público no se debe al hecho de que
Catalunya tenga menos necesidades. Todo lo contrario. En educación, por
ejemplo, el porcentaje de la población de 20 a 64 años que ha conseguido al
menos la enseñanza secundaria es de los más bajos de la UE-15. Una cosa
parecida ocurre en la sanidad pública, una de las sanidades europeas con menor
gasto público sanitario por habitante.
Y en contra
de lo que la sabiduría convencional mediática y política promueve en Catalunya,
la mayor causa de este deterioro de la Catalunya social no se debe
primordialmente al déficit fiscal (llamado belicosamente por los
independentistas catalanes “expolio de Catalunya por el Estado español”) –que
existe, aunque en cantidades menores de las que se presentan por ellos, como he
documentado en mis trabajos–, sino en el “expolio de una clase (las clases
populares) por una minoría (que vive en Catalunya y es catalana)”. Las leyes
que han causado este deterioro de la situación social de Catalunya,
perjudicando a las clases populares (con las sucesivas reformas laborales y los
recortes sociales), las han aprobado partidos políticos catalanes en las Cortes
españolas, que sistemáticamente han favorecido a una minoría a costa de la
mayoría de la población. Y algunos de ellos (representantes de las minorías),
como CiU han prometido, como ocurrió hace unos días, al mundo empresarial que
cuando consigan la independencia bajarán sus impuestos, mientras que algunos de
los gurús ultraliberales independentistas que aparecen en TV3 son conocidos
defensores de la total privatización de las pensiones públicas.
La mayor
causa del atraso histórico de la Catalunya social es el enorme dominio que las
fuerzas conservadoras y liberales (en alianza con las fuerzas políticas de la
misma sensibilidad política existentes en el Estado español) han tenido en la
vida política y mediática de Catalunya (y España, de la cual Catalunya es
parte) desde los años cuarenta, tanto durante la dictadura como durante el
periodo democrático. No es por casualidad que los países que están también a la
cola de la UE-15, que son Grecia y Portugal, hayan sido países que han tenido
dictaduras ultraconservadoras sustituidas por democracias muy limitadas,
altamente influenciadas por intereses económicos y financieros que han
configurado sus políticas públicas. Hablar solo de nación sin hablar de clase es
insuficiente para entender el problema social de Catalunya. Esta es la realidad
ignorada, cuando no ocultada, en los mayores medios de información y persuasión
en Catalunya.

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