Carlos Barra Galán | Médico Especialista del Sistema
Nacional de Salud
nuevatribuna.es
| 19 Diciembre 2013 - 16:50 h.
Es evidente
que los españoles tenemos enorme capacidad de aguante y resignación ante las
reiteradas agresiones que sufrimos desde los poderes públicos.
Se está
desmontando nuestro Estado de Bienestar: nuestra Sanidad Pública ha dejado de
tener cobertura universal y está privatizada en un importante porcentaje, el
derecho a la educación está en entredicho y la formación universitaria vuelve a
ser, como en el franquismo, de muy difícil acceso a la clase trabajadora,
nuestros servicios sociales y la incipiente ley de dependencia están siendo
fumigados.
La reforma
laboral, que sólo el Gobierno y sus afines defienden sirva para crear empleo,
está siendo una máquina de destrucción de puestos de trabajo y de precarización
en los pocos que se crean, así como instrumento para poder efectuar despidos
fáciles y baratos; todo ello parece aún insuficiente para quienes en realidad
dirigen nuestra política económica que nos dicen tenemos que endurecer
aún más la reforma laboral vigente.
Los derechos
de reunión y manifestación son cada día más difíciles de ejercitar, el derecho
de huelga está en el punto de mira del Gobierno que trata de reducirlo a algo
testimonial y carente de contenido-
El Ministro
de Justicia nos anuncia la derogación de la vigente ley de salud sexual y reproductiva
e interrupción voluntaria del embarazo y su sustitución por otra que
retrotraerá el derecho al aborto a épocas anteriores y que sólo servirá
para el beneplácito de los sectores sociales más reaccionarios y la jerarquía
de la Iglesia. Como colofón, se anuncia una Ley de Seguridad que nos convertirá
en una democracia vigilada, donde las protestas ante las agresiones de los
poderes públicos serán de difícil y peligroso ejercicio, recordando así
situaciones predemocráticas. Este proyecto de ley ni se justifica por un
incremento de criminalidad que en realidad ha disminuido, ni tampoco porque
obedezca a una demanda social tal como parece haber dicho el propio Director de
la Policía. Lo cierto es que en nuestras calles hay cada vez más
ciudadanos que mendigan y son más, los que sin techo para dormir, lo
hacen a la intemperie.
Las
desigualdades sociales aumentan de manera brutal y hoy son ya muchos los
ciudadanos para los que calentar sus casas en estos días preinvernales es un
lujo inalcanzable que lo será más aún con la próxima subida del recibo de la
luz y la negativa del PP a aprobar una norma que impidiera se le cortase el
suministro en los meses de invierno a quienes no pudieran hacer frente al pago
de los recibos. Nuestros niños, garantía de nuestro futuro, sufren
también las consecuencias de estas políticas depredadoras y los casos de
desnutrición infantil ya no son una simple anécdota sino una cruda realidad en
nuestro país.
Ciertamente
es una fea imagen la de nuestra realidad social, más aún si al unísono
los ciudadanos contemplamos con indignación como:
La
corrupción política, financiera y empresarial alcanza niveles insoportables; la
gran patronal, que ha apoyado e incluso de alguna manera orientado la reforma
laboral que lleva a los trabajadores a salarios de miseria, tiene a su anterior
Presidente encarcelado acusado de delitos muy graves y a un Vicepresidente
inmerso en asuntos poco edificantes.
El Partido
que sustenta al Gobierno, está acosado por numerosos casos de corrupción de
extrema gravedad, tiene imputados a numerosos cargos públicos y condenados a
varios de ellos. Asimismo aparecen serios indicios de contabilidad B en las
cuentas del Partido y sobresueldos no conocidos por la ciudadanía a altos
dirigentes del mismo; la estrecha relación de la trama mafiosa Gürtel con el
Partido Popular y Administraciones Públicas gobernadas por él es un hecho
cierto que hoy es muy difícil negar. La gran cantidad de adjudicaciones
irregulares e incluso ilegales que en la Comunidad de Madrid tuvieron como
adjudicatarias a empresas de la Gürtel, los cientos de actos institucionales
que las empresas de la trama cubrieron y los actos electores del PP que también
realizaron, suponen unos niveles de suciedad inaceptables que exige que
la Justicia llegue hasta el final caiga quien caiga. Los papeles de Bárcenas,
negada su autenticidad en principio y comprobada después, suponen un hecho de
tal magnitud que no se entiende no haya producido aún la asunción de ninguna
responsabilidad política por parte de la cúpula del Partido Popular,
gobernantes a imitar (según Rajoy) como el Sr. Matas, y el
Sr. Fabra son condenados a pena de prisión. En fin todo un ejemplo de ética ,
honradez y transparencia.
Los
responsables de las entidades financieras que generaron el gran agujero que nos
llevó a esta profunda crisis, no han sido juzgados y condenados ( si sus
prácticas hubiesen comportado acciones delictivas).
Los
ciudadanos nos preguntamos como el enorme agujero de Bankia ( 23.000 millones
de euros) que hemos pagado nosotros, no ha concluido ya con la apertura de
juicio oral a sus máximos responsables en estos años; los correos del Sr.
Blesa conocidos estos días, exigen en mi opinión que se evite su destrucción,
se analicen en sede judicial y de ser ciertos se actúe con contundencia; sólo
así se volverá a generar en la ciudadanía confianza en una justicia igual para
todos. Resulta incomprensible que sea el juez que investiga quién esté en
dificultades, haya sido separado de sus funciones y corra el riesgo de ser
expulsado de la carrera judicial mientras que quienes generaron el mayor
agujero bancario de nuestro país se sienten perseguidos y ofendidos. Sin duda
estamos ante el mundo al revés.
La amnistía
fiscal promulgada por el Gobierno exoneraba a los grandes defraudadores,
auténticos gánsteres de guante blanco, en un país como el nuestro, donde una
inmensa mayoría de ciudadanos no vivieron nunca por encima de sus posibilidades
(basta ver los salarios medios para ver lo demagógico de esa afirmación) y
cumplieron sus obligaciones tributarias.
La oposición
política aparece ante la ciudadanía como impotente para evitar este auténtico
desastre social, perdida en un juego parlamentario que sinceramente no parece
servir para la necesaria regeneración política y social que nuestro país
necesita, sin propuestas claras y concretas que puedan generar confianza y por
tanto sin conseguir recuperar credibilidad.
Lo expuesto
refleja en alguna medida nuestra realidad social, una realidad que se hace
insufrible; en mi opinión si no se abordan de inmediato medidas que modifiquen
sustancialmente la situación y se sigue agrediendo las condiciones de vida de
muchos ciudadanos, éstos no aguantarán más y los ejecutores de políticas tan
depredadores se estarán convirtiendo en auténticos enemigos del Sistema. ¡BASTA YA!

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