El párroco que se negó a darle la comunión a una discapacitada se reafirma en su postura. La madre de la afectada está "dispuesta a ir donde tenga que ir" para denunciar los hechos
Los padres de Mónica Suárez muestran una foto de su hija el día de la comunión. LASEXTA NOTICIAS.
Ramón Barral, el cura que recientemente se negó a dar la comunión a una joven discapacitada se ha reafirmado hoy en su postura. "¿Cómo le voy a dar la comunión a una persona que durante la misa se durmió y roncó?", justificó el párroco en declaraciones a Efe.
Ernestina Vidal, la madre de afectada, confirmó que su hija Mónica Suárez se había quedado dormida durante la liturgia del pasado 9 de julio. Pero tenía un buen motivo: poco antes había sufrido una crisis. Mónica, de 32 años y con una discapacidad reconocida del 96%, padece el Síndrome de Lennox Gastaut desde su nacimiento. Y esta enfermedad consiste en un trastorno epiléptico con crisis generalizadas, informa Efe.
Ahora, Ernestina asegura que irá "donde tenga que ir" para denunciar estos hechos que, según informa el diario La Voz de Galicia, no es la primera vez que ocurren. Cuando Mónica tenía 16 años, el mismo cura, que ofrece misa en la capilla de Bascuas, en el municipio coruñés de Padrón, hizo lo mismo. "No sé si es porque yo vine del extranjero, yo sé que a otros niños este hombre les ha dado la comunión, y a mi hija es la segunda vez que se la niega en la misma capilla", explicó la mujer.
El párroco intenta excusarse: "Este verano he confirmado a un minusválido"
"He confirmado este verano a un minusválido aquí en la parroquia", intentó excusarse Barral, "pero no estuvo en la actitud que estuvo ella ese día", añadió. "¿Que me haya equivocado?, pues me equivocaría, pero yo lo percibí según mi conciencia", continuó el párroco. "Si es una persona subnormal, ya no debe acercarse a comulgar", espetó después.
"Si no la defiendo yo, no la defiende nadie", lamentó, por su parte, la madre de Mónica, que asegura que ninguno de los asistentes a la misa del pasado 9 de julio protestó ante la actitud del párroco con su hija. "Nadie dijo nada, ni bien, ni mal", aseguró. "Solo hablé yo, le pregunte a él, al cura, que por qué se le negaba. Yo le dije que mi niña tenía todos los documentos en casa, que estaba bautizada y había hecho la Comunión y me dijo que no quería ver ningún documento, que no se la iba a dar", relató Ernestina, que con su denuncia pública sólo quiere defender los derechos de su hija.
"Yo no quiero que este hecho perjudique a la Iglesia", insistió, "pero tengo que defender a los discapacitados porque mi hija es una de ellas". Y porque los discapacitados no son animales, son personas como nosotros, y como dice la Iglesia, todos somos iguales ante Dios", concluyó.
Fuente: http://www.publico.es/
Ernestina Vidal, la madre de afectada, confirmó que su hija Mónica Suárez se había quedado dormida durante la liturgia del pasado 9 de julio. Pero tenía un buen motivo: poco antes había sufrido una crisis. Mónica, de 32 años y con una discapacidad reconocida del 96%, padece el Síndrome de Lennox Gastaut desde su nacimiento. Y esta enfermedad consiste en un trastorno epiléptico con crisis generalizadas, informa Efe.
Ahora, Ernestina asegura que irá "donde tenga que ir" para denunciar estos hechos que, según informa el diario La Voz de Galicia, no es la primera vez que ocurren. Cuando Mónica tenía 16 años, el mismo cura, que ofrece misa en la capilla de Bascuas, en el municipio coruñés de Padrón, hizo lo mismo. "No sé si es porque yo vine del extranjero, yo sé que a otros niños este hombre les ha dado la comunión, y a mi hija es la segunda vez que se la niega en la misma capilla", explicó la mujer.
El párroco intenta excusarse: "Este verano he confirmado a un minusválido"
"He confirmado este verano a un minusválido aquí en la parroquia", intentó excusarse Barral, "pero no estuvo en la actitud que estuvo ella ese día", añadió. "¿Que me haya equivocado?, pues me equivocaría, pero yo lo percibí según mi conciencia", continuó el párroco. "Si es una persona subnormal, ya no debe acercarse a comulgar", espetó después.
"Si no la defiendo yo, no la defiende nadie", lamentó, por su parte, la madre de Mónica, que asegura que ninguno de los asistentes a la misa del pasado 9 de julio protestó ante la actitud del párroco con su hija. "Nadie dijo nada, ni bien, ni mal", aseguró. "Solo hablé yo, le pregunte a él, al cura, que por qué se le negaba. Yo le dije que mi niña tenía todos los documentos en casa, que estaba bautizada y había hecho la Comunión y me dijo que no quería ver ningún documento, que no se la iba a dar", relató Ernestina, que con su denuncia pública sólo quiere defender los derechos de su hija.
"Yo no quiero que este hecho perjudique a la Iglesia", insistió, "pero tengo que defender a los discapacitados porque mi hija es una de ellas". Y porque los discapacitados no son animales, son personas como nosotros, y como dice la Iglesia, todos somos iguales ante Dios", concluyó.
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