El próximo Pleno rendirá homenaje
a la corporación asesinada.
Gabelas
y su familia. A la izquierda Marina, que todavía vive. - parra
C. FIDALGO | PONFERRADA 04/03/2015
El
próximo Pleno del Ayuntamiento de Villafranca del Bierzo servirá para homenajear
al alcalde fusilado en 1936 después de un consejo de guerra, Antonio Gabelas
Álvarez, y a toda la corporación municipal que presidía y que también terminó
frente a un paredón. La alcaldesa, Conchi López, dará cuenta a los concejales
de la carta remitida al Ayuntamiento por la familia de Gabelas en la que
informan a la corporación de la reparación moral de la figura de Gabelas,
expedida a finales del pasado año por el Ministerio de Justicia en aplicación
de la Ley de la Memoria. El reconocimiento del Pleno se hará extensivo a todos
los concejales asesinados y la alcaldesa también adelantó ayer que el equipo de
gobierno tratará de consensuar con la oposición dedicar una calle de la
localidad o incluir algún hito en el callejero de Villafranca para honrar la
memoria de todas las víctimas de la represión franquista.
«La
represión en Villafranca fue terrible. En Villafranca no hubo guerra, pero si
mucha represión. Se hicieron barbaridades y en algunos casos ni siquiera fue
por política», reconocía ayer López después de lamentar que todavía hoy existan
«familias que siguen sufriendo porque hay gente tirada por las cunetas». La
alcaldesa recordó además Gabelas, que pertenecía al partido de la Unión
Republicana, integrado en el Frente Popular, y su corporación, ocupaban sus
cargos «legítimamente». Gabelas, de 33 años, casado y con cuatro hijos, y
carpintero de profesión, y sus concejales, f que apenas llevaban cinco meses en
sus cargos desde el triunfo electoral del Frente Popular cuando estalló la
guerra «no le habían hecho mal a nadie».
La
carta remitida al Ayuntamiento la firma uno de los nietos del regidor fusilado
en Ponferrada el 21 de septiembre de 1936, el médico cirujano Manuel
Juaneda-Magdalena Gabelas.
Carta
del nieto
«Mi
mayor deseo es que su sacrificio y el de los que yacen sin reconocimiento y sin
honor no sea en vano. Por desgracia es demasiado tarde para él, su viuda y
algunos de sus hijos, que jamás conocerán esta felicidad, pero al menos sí mi
madre y sus nietos gozan con la satisfacción de haber hecho lo imposible por
conseguirla», escribe Juaneda-Magdalena Gabelas a la corporación actual.
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