La chica del puño en alto - |
C.
FIDALGO | PONFERRADA 04/03/2015
«Yo
diría que es mi tía y a su lado está mi madre. A las dos les raparon el pelo
sólo porque habían ido a aquella manifestación». El fotógrafo villafranquino
Ramón Cela nació en 1940 y nunca conoció a Álvaro de la Parra, el hombre que
quemó sus negativos y se fue de la localidad cuando los falangistas empezaron a
usar las imágenes que había tomado de una manifestación a favor de Azaña para
asesinar a los participantes que identificaban. Pero cuando se detiene a
observar con detalle la fotografía de aquella marcha por el viaducto recuperada
por la Asociación de la Memoria Histórica, está casi seguro de que la chica con
el puño en alto que aparece a la derecha del encuadre, junto a unas banderas
republicanas y con la ventana de La Preferida al fondo, es su tía María García.
Y muy cerca de ella, le parece reconocer a su madre, Aurora. Las dos hermanas
eran poco más que unas adolescentes, pero asistir a aquella manifestación les
costó una humillación el año en que acabó la guerra. «Y menos mal que no las
mataron», cuenta Cela. María García nunca perdonó la vejación que sufrió cuando
fueron a buscarlas a su casa de la Cábila aprovechando que su madre era viuda y
su hermano aún seguía movilizado con la Falange, lejos de Villafranca, sobre
todo porque los hombres que les cortaron el pelo eran gente «con la que se
cruzaban todos los días». Aurora sí lo superó. Y así se lo dijo a hijo cuando
tendría unos 17 años. «Yo les perdoné en el momento en que me hicieron aquello
porque eran unos ignorantes y ahora mismo me vas a prometer que no vas a tomar
venganza sobre ellos ni sobre nadie», le pidió. Y Cela le hizo caso.
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