29 JULIO, 2014 AT 8:00 AM
Me refiero a las Brigadas
Internacionales. En realidad, nunca se fueron. Como se pondrá de manifiesto en
el número especial de la revista STUDIA HISTORICA de la Universidad de
Salamanca sobre la bibliografía reciente de guerra civil y que aparecerá este
próximo otoño, una gran parte de la literatura no española ofrece un lugar de
honor a aquellos VOLUNTARIOS de medio mundo que
lucharon en las filas republicanas. En este post, el último de antes de las
vacaciones de verano, me hago eco de dos noticias.
La primera se refiere a
la publicación de un folleto con el título de D´Spueniekämpfer. En
luxemburgués. Se traduce por los luchadores de España y está dedicado a la
memoria de los voluntarios que partieron del pequeño ducado de Luxemburgo en
los años de la guerra civil. Me llegóHACE unos meses. Está
editado por los Amis des Brigades Internationales luxemburgueses y lleva un
prólogo de Jean-Claude Juncker, primer ministro a la sazón del Grand Ducado y
hoy presidente designado de la Comisión Europea.
A los lectores les
sorprenderá saber que un primer ministro socialcristiano, no precisamente de
izquierdas, prologue un folleto sobre tal temática. No soy de quienes ven a un
presidente del Gobierno español lo haga con un libro sobre la guerra civil PERO probablemente han
tenido o tienen cosas más importantes en qué pensar.
Pues bien, un un prólogo
emocionante, Juncker elevó un recuerdo muy sentido hacia aquellos voluntarios
“que se batieron por la España auténtica, la del pueblo, y por una patria que
se llama libertad”. Esta expresión, “la España auténtica”, sin duda hará RECHINAR LOS DIENTES a los evocadores de
la sublevación contra la revolución inminente que todavía entrevén en la España
de la época.
También PARA Juncker (no es
necesario decirlo para muchos políticos e historiadores de izquierda) los
“Spueniekämpfer” fueron igualmente “Fräiheetskämpfer”, combatientes por la
libertad. Y Juncker, al escribir, se rebeló contra el olvido en el que parecen
haber caído hoy el totalitarismo, el fascismo y la opresión. No creo que sean
numerosos los políticos españoles de derechas que manejen este tipo de
lenguaje. Aquí el “18 de julio” se ha visto rememorado por algunos como la
ocasión en que se salvó a una patria en peligro, que ahora -según dicen- vuelve
a estarlo.
Lo que es muy interesante
del folleto es su orientación didáctica y divulgadora. Está profusamente
ilustrado con fotografías de documentos de época y con las de 29 de los 87
voluntarios identificados con nombres y apellidos de entre un centenar. La
mayoría eran luxemburgueses pero también hubo italianos y alemanes amén
de algún polaco, francés y sanmarinense. Sobre los orígenes profesionales de
los brigadistas se ha discutido largo y tendido. En el caso luxemburgués se
trataba de obreros (metalúrgicos, mineros, albañiles, herreros, pintores,
carpinteros, panaderos) más algún que otro empleado y HASTA un peluquero. Hubo
varios legionarios (supongo que de la Legión Extranjera francesa) y un
ingeniero. Como se ve, la clase obrera antifascista no es que estuviera
bien representada. Constituía la práctica totalidad.
En muchos casos se
determina su destino: nueve o diez murieron en España, una docena fallecieron
en el curso de la guerra aunque no necesariamente en ella (hay identificados
casos de muertes en prisión o en campos de concentración alemanes). Una gran
parte de los “Fräiheetskämpfer” pasó la segunda guerra mundial en cárceles o en
algunos de los campos más infames (Dachau, Sachsenhausen, Auschwitz, Natzweiler).
DURANTE muchos años tampoco
en Luxemburgo a los excombatientes se les agradeció su aportación a la lucha
antifascista. Fueron excluidos de la ley de reconocimiento de la resistencia de
25 de febrero de 1967, limitada a los hechos que tuvieron lugar en la guerra mundial
misma tras la invasión por los alemanes del Gran Ducado.
Como ocurre con
frecuencia, fue la sociedad civil la que se puso en vanguardia, en particular a
partir del LX aniversario del estallido de la sublevación militar en España. En
1997 se inauguró un monumento, erigido por suscripción popular, y se
multiplicaron los actos de reconocimiento que desembocaron en la aprobación,
tardía pero unánime, de la ley de 27 de julio de 2003 que derogó la de 10 de
abril de 1937. Fue esta la que prohibió la participación de extranjeros en la
guerra civil. Los brigadistas quedaron rehabilitados tras 66 AÑOS de espera.
¿Una gota de agua? Más
vale tarde que nunca.
La segunda noticia es que
el conocido historiador norteamericano Adam Hochschild (autor de, entre otras
numerosas obras, un tremendo alegato contra la infame ´colonización´ del Congo
como propiedad PERSONAL del soberano belga
Leopoldo II que llevó a un holocausto que algunos cifran en diez millones de
personas) está trabajando en un nuevo libro sobre los voluntarios
norteamericanos en la guerra civil. Es un tema ya explorado pero Hochschild
aportará una nueva visión y un nuevo encuadre.
De entrada, se está
interesando por temas que no han figurado prominentemente en obras previas de
otros autores. COMO los lectores de este
blog saben, quien esto escribe es de los que creen que no se hace historia
definitiva. Nueva evidencia empírica, nuevas perspectivas de análisis y las
preocupaciones de los autores de generaciones sucesivas conducen necesariamente
a nuevos resultados, con otras técnicas, o a la confirmación/rechazo de
afirmaciones pasadas.
Me he absorbido durante
los últimos quince días en preparar el índice analítico de mi próximo libro, ya
en segundas pruebas. Un trabajo penoso y aburrido pero, espero, útil PARA los lectores. Como
saldrá a finales de octubre o principios de noviembre, a la vuelta del verano
me permitiré escribir algo sobre él. No tanto para hacer publicidad sino para
demostrar otra faceta del trabajo del historiador. No versará sobre la República
en guerra sino sobre su adversario.
Deseo a todos los
lectores un feliz verano, dentro de lo que cabe, y prometo volver en
septiembre. Y si en el interín me hacen llegar sugerencias respecto a los temas
que deseen que trate, miel sobre hojuelas.
Fuente: http://www.angelvinas.es/
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