Asesinado por los fascistas el 6 de agosto de 1.936
Por Francisco González Tejera -
Canarias-semanal.org
Jueves, 7 de agosto de 2014
Querido
Eduardo, tantos años después de tu paso por Tamaraceite acompañado del
delegado del Gobierno, el socialista, Fernando Egea, el mismo día que te
paraste en aquel coche en la casa consistorial, en la misma carretera general,
donde te aguardaba el alcalde comunista, Juan Machado, el majorero, Matías
López y los demás compañeros del municipio de San Lorenzo, que esperaban
fieles tus ordenes.
Era una mañana calurosa de aquel julio de 1.936 y bajaste con tu mirada limpia
por el pueblo inundado de almas desconcertadas, voces alzadas contra el
fascismo, defensoras de la democracia, la república y la libertad. Tu voz sonó
como siempre balsámica, como si no pasara nada, justa como tus actos y tu lucha
eterna en defensa de la clase trabajadora.
Poco después y tras aconsejar tranquilidad, movilizarse de forma pacífica para
evitar el golpe de estado, esperar noticias y resistir, partiste hacia Arucas,
hacia esa parte de la historia de la que solo las personas honradas y justas
forman parte. Te fuiste con gesto heroico hacia una muerte segura, tras la vil
traición en las aguas de la Aldea de San Nicolás, los cañonazos del
barco fascista, la detención en aquella cueva, la tortura, el consejo de
guerra, el fusilamiento en el campo de tiro de La Isleta en ese agosto
tan trágico.
Todo fue tan rápido Eduardo, que casi no hubo tiempo de rememorar tantos
momentos de claridad, de felicidad y ternura revolucionaria, la misma que
entregaste en tu lucha con las mujeres tabaqueras, con lo mejor de nuestro
pueblo, en su batalla universal por la dignidad, la emancipación y la justicia.
Años después aquí seguimos tus mismos camaradas luchando, siempre en la fila
digna del pueblo, esa que no se vende por nada. Ahora en 2.014, gobiernan los
mismos que te asesinaron amigo, los mismos ladrones corruptos que masacraron a
casi cuatro mil canarios que fueron fusilados, asesinados, desaparecidos en
pozos, simas, fosas y cunetas.
Los herederos de esos criminales que masacraban a nuestra gente en jornadas
laborales esclavistas, los que ejercían el derecho de pernada sobre nuestras
mujeres, quienes no respetaban la edad, haciendo trabajar desde el amanecer
hasta la noche a nuestros chiquillos y chiquillas.
En estos días Eduardo, estos asesinos han aprendido a matar de otra forma, se
han hecho según dicen, “demócratas de toda la vida”. Siguen los dictados
de la mafia financiera internacional, de este criminal sistema capitalista,
para masacrarnos con reformas, recortes sociales, privatizaciones, saqueos
permanentes del patrimonio público para llenarse los bolsillos, sin importarles
una mierda que solo en dos años se hayan suicidado más de cuatro mil personas
en el estado español por razones económicas, que tres millones de niños estén
pasando hambre y bajo el umbral del empobrecimiento extremo, que seis millones
de personas no tengan trabajo, que nuestros jóvenes tengan que emigrar, que
seamos la vergüenza del mundo al estar gobernados por ladrones.
Si Eduardo, los mismos criminales manejan ahora los hilos de un estado en manos
de empresarios y banqueros delincuentes, ni siquiera podemos sacar los huesos
de nuestros muertos de las fosas comunes, ya que los jueces del régimen español
nos lo prohíben. Una de esas fosas está en el cementerio de Las Palmas, donde
hay enterrados más de ochenta republicanos asesinados por los fascistas, los
mismos que a ti te asesinaron. Ni siquiera nos permiten tener una tumba donde
ponerles flores rojas y hablan de que esto es una democracia. Nos cierran
puertas a las víctimas del franquismo, a las familias de quienes sufrieron el
horror, la tortura y la muerte.
Tú inmensa lucha, el sacrificio, tu gran ejemplo, ahora son más necesarios que
nunca, queda gente luchadora, organizaciones y personas que no agachan la
cabeza por un sobre de dinero corrupto, robado, saqueado de nuestra sanidad, de
nuestra educación, de nuestros servicios sociales.
La esperanza sigue aflorando y viene con brisa revolucionaria, la misma de
aquel agosto donde partiste para siempre acribillado a balazos, para formar
parte de esa vanguardia universal, la que nunca tuvo ni tendrá nada que perder,
la que hace historia y libera a los pueblos de la opresión capitalista.
(*) Artículo escrito para el acto homenaje a Eduardo
Suárez y Fernando Egea, organizado por el Partido Comunista del Pueblo Canario
el 6 de agosto de 2014.
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