Este
informe de la Fundación 1º de Mayo, señala la influencia de los salarios como
elemento clave de la distribución de la riqueza y, de igual manera, en la
medida que exista una mayor participación de la remuneración de los asalariados
en el PIB, se podrá hablar de sociedades más avanzadas.
nuevatribuna.es
| Enrique Negueruela | 19 Diciembre 2013 - 16:45 h.
El elemento
clave en la economía de un país es la distribución de su riqueza. Esa
distribución se aprecia en el PIB. En la medida en que exista una mayor
participación de la remuneración de los asalariados y de los impuestos sobre la
producción, se podrá hablar de sociedades más avanzadas y con mayor nivel de
integración.
Para ver qué
está pasando, revisaremos los datos del Producto Interior Bruto anualizado al
3º trimestre de 2009, 2011 y 2013. Es decir, se sumará desde el cuarto
trimestre del año anterior hasta el tercer del año que se trata para
comparar la evolución que ha habido en el período 2011 – 2009 con el
registrado entre 2013 y 2011.
La pérdida
de remuneración de los asalariados se ha incrementado desde el 2,8% hasta el
9,2% en el último período, pasando de una disminución de casi 15 mil millones a
algo más de 47 mil millones de euros. Los impuestos sobre la producción de
aumentar un 18,1%, catorce mil cuatrocientos millones, pasan a disminuir en
cuatrocientos treinta millones, un 0,5% menos. Mientras el excedente
empresarial pasa de una disminución de 1,1%, cinco mil millones menos, a un incremento
del 4,3%, más de diecinueve mil millones de euros más.
Para ver en
qué se traduce esta redistribución, basta pasar de mirar la riqueza por rentas,
cómo se distribuye, a mirarla por cómo se gasta:
- En primer
lugar destaca la caída del consumo de las administraciones públicas: pasan de
un nivel de mantenimiento de los servicios, crece solamente un 0,6%, a un
fuerte recorte del 7,7%, 17,3 mil millones menos. En esta reducción están los
recortes en sanidad, educación, prestaciones por desempleo, servicios públicos
de empleo, por solo citar las grandes áreas.
- En segundo
lugar se comprueba que los hogares han dejado de consumir cerca de 12 mil
millones.
Estas dos
grandes reducciones no sirven para que el aumento del excedente empresarial se
aplique a la formación de capital, a la inversión productiva, dado que esta ha
caído casi cuatro puntos más, un 17,4%, 39,3 mil millones. Además el aumento de
saldo exterior, exportaciones menos importaciones, se produce fundamentalmente
por la caída de las importaciones. El crecimiento de las exportaciones es menor
que en el experimentado entre 2011 y 2009, la mitad del que hubo, pero el saldo
exterior de duplica al pasar de un aumento de 6,4% al 12,5%. Es la atonía de
nuestra demanda quien lo hace crecer.
La creación
de empleo no tiene ningún elemento que la justifique. La pretensión de este
gobierno, lo que nos pretende vender, es que una devaluación salarial nos
permitirá exportar más porque los precios podrían bajar. Para tenerla en
cuenta, más que la evolución y el reparto de nuestra riqueza, nos fijaremos en
su composición interna, en lo que representa cada una de las partes.
El saldo
exterior, lo que exportamos menos lo que importamos, ha representado el 3% del
total, el consumo de las administraciones públicas el 20% y el de los hogares
el 60%. Quiere ello decir que el aumento que debe experimentar ese saldo para
suplir la disminución del consumo de los hogares es de uno a veinte y el de las
administraciones de uno a siete.

No hay comentarios:
Publicar un comentario